Hachazo a la recuperación: el Banco de España recorta del 6,3% al 4,5% su previsión de crecimiento para la economía

Pablo Hernández de Cos, presidente del Banco de España, en el Congreso.
Pablo Hernández de Cos, presidente del Banco de España, en el Congreso.
  • El recorte de previsiones pone en entredicho el optimismo del Gobierno, que confía en que el PIB crecerá un 6,5% este año.
  • El organismo apunta a la inflación desbocada y a la crisis de desabastecimiento como las dos grandes causas del enfriamiento de la economía.
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Conforme nos acercamos al final de 2021, los nubarrones son cada vez más negros para la economía española. 

El Banco de España acaba de lanzar un jarro de agua fría sobre sus previsiones: el PIB no crecerá un 6,3%, como pronosticaba en septiembre, sino un 4,5%, casi dos puntos menos, según su último informe trimestral, publicado hoy.

Este recorte de previsiones deja en entredicho el optimismo del Gobierno, que sigue confiando en que la economía española cierre el año creciendo un 6,5%. Unos cálculos de crecimiento de los que depende el cuadro macroeconómico y, por ende, los presupuestos.

Y no es el único. El Banco de España se suma a la larga lista de organismos que han enfriado sus previsiones de crecimiento para la economía española, desde el FMI, hasta la OCDE, pasando por la Comisión Europea. 

¿Qué ha podido pasar en apenas tres meses para semejante desplome en las previsiones? 

El organismo explica que, en el último tramo de 2021, "la actividad económica estaría viéndose afectada por la compresión de las rentas de hogares y de empresas inducida por el aumento de costes y de precios, y por la persistencia de los cuellos de botella en algunos procesos productivos". 

En otras palabras, la inflación galopante y la crisis de desabastecimiento. Dos amenazas que el organismo ya advirtió hace semanas que ponían en riesgo la recuperación de la economía.

5 amenazas para la economía española en 2022.

Las constantes subidas de precios y de costes de los últimos meses ya han golpeado el bolsillo de consumidores y también afectan a las empresas, que tienen que elegir entre subir precios (lo que de nuevo afecta a los consumidores) o recortar márgenes, poniendo en riesgo su viabilidad

Esta situación se traduce en menores ventas de las empresas y un consumo más débil de lo esperado, y la recuperación, mientras no llegan los fondos europeos, depende de la demanda interna.

El banco también rebaja el avance del PIB para el año que viene al 5,4%, frente al 5,9% que tenía en su anterior cálculo y el 7% que ha dibujado el Gobierno en sus presupuestos de 2022. Eso quiere decir que la ansiada recuperación de niveles prepandemia no llegará hasta 2023, advierte.

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