El Banco de España recorta su previsión de crecimiento de la economía al 4,1%, pero da una buena noticia: el límite al precio del gas reducirá la inflación en 0,5 puntos

Fachada del Banco de España

España crecerá menos de lo esperado como consecuencia del impacto económico de la guerra en Ucrania. No es una sorpresa para nadie: la OCDE ya lo avisó esta semana y hoy el Banco de España ha vuelto a insistir.

"La guerra en Ucrania está afectando negativamente a la actividad económica", avisa el organismo, que hoy ha rebajado todavía más sus previsiones de crecimiento.

Si en abril, cuando ya había estallado el conflicto, preveía un avance del 4,5% este año, ahora que no parece que los nubarrones vayan a abandonar el horizonte, el pronóstico es todavía peor: España ya no crecerá un 4,5%, sino un 4,1%, un recorte de 0,4 puntos porcentuales en cuestión de 2 meses.

Esta rebaja se debe a varios factores: en primer lugar, a un peor arranque del año, con un avance del PIB de sólo un 0,3%, por el impacto de la variante ómicron en las actividades de ocio y, en segundo lugar, a los efectos económicos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en el segundo trimestre, cuando el PIB crecerá un 0,4%.

En los últimos meses, la guerra en Ucrania ha agravado la subida del precio de las materias primas (energéticas, minerales y alimenticias), y ha lastrado la confianza de inversores y consumidores, en un contexto ya de por sí golpeado por los cuellos de botella en las cadenas de suministro.

Pero hay dos buenas noticias. La primera, que se espera una segunda mitad del año mejor que la primera. 

"La actividad económica cobraría un mayor dinamismo a partir del tramo final de este año, en consonancia con la mejora paulatina de la confianza, la atenuación gradual de las alteraciones de las cadenas de aprovisionamiento y el despliegue progresivo de los fondos europeos", avanza el Banco de España. 

El peligro, ahora, es que el endurecimiento de las condiciones financieras, a raíz de la subida de tipos anunciada por el BCE, lastre la actividad.

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La segunda buena noticia tiene que ver con la inflación. El Banco de España prevé una menor tensión de precios este año, y esto es gracias al mecanismo para limitar el precio del gas y la rebaja en la factura eléctrica pactados entre el Gobierno y la Comisión Europea.

En abril, el organismo calculaba que la inflación cerraría 2022 subiendo un 7,5%. Ahora, el avance seguirá siendo significativo, pero algo menor, del 7,2%.

"Los precios esperados de la electricidad se han revisado a la baja, en parte por la incorporación, en este ejercicio de proyecciones, del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y rebajar la factura de la electricidad que España y Portugal han acordado con la Comisión Europea", señala el informe.

Bajo el supuesto de que este mecanismo entra en vigor el 15 de junio, en 2022 la inflación media se reduciría en 0,5 puntos porcentuales.

El organismo, de hecho, vaticina una desaceleración del precio de la energía, de modo que su tasa de variación interanual, que fue del 46% en el primer trimestre de 2022, pasaría a ser negativa a partir del verano de 2023. El coste de los alimentos, sin embargo, continuará generando tensiones.

En cualquier caso, el Banco de España avisa de que España no recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023.


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