Los bancos están dejando a las mujeres atrás, y eso les cuesta 700.000 millones de euros al año

Mary Ellen Iskenderian,
Mujeres alrededor del mundo sufren la desigualdad.

Savanna Durr/Business Insider

700.000 millones. 

Esa es la cantidad de ingresos anuales adicionales que podrían generar los bancos y otros proveedores de servicios financieros si prestaran servicios financieros a las mujeres en la misma proporción que a los hombres. 

Al ignorar a las mujeres, el sector financiero está perdiendo una oportunidad de negocio que podría aportar unos ingresos que triplican la fortuna estimada de Elon Musk

Como explico en mi libro, There's Nothing Micro about a Billion Women(No hay nada micro en 1.000 millones de mujeres), esta cantidad de mujeres de todo el mundo están excluidas del sistema financiero formal, a pesar de que muchas de ellas ejercen una influencia considerable en las decisiones de compra como administradoras de las finanzas del hogar o propietarias de empresas. 

¿Por qué ocurre esto? Los proveedores de servicios financieros, especialmente en el mundo en desarrollo, han tardado en diseñar productos que respondan a las necesidades de las mujeres, y como resultado, el dinero no fluye. 

Esta inercia no beneficia a los bancos. Las mujeres son clientes fieles para los proveedores de servicios financieros: un análisis de 2018 reveló que, en Estados Unidos, el 61% de las mujeres permaneció más de cinco años en el mismo banco, en comparación con el 46% de los hombres. El análisis también descubrió que las mujeres suelen tener mayores tasas de reembolso de préstamos que los hombres y son menos propensas a presentar cheques sin fondos.

Durante la mayor parte de los últimos 50 años, la "banca de los pobres" ha sido, en gran medida, competencia de las instituciones de microfinanciación, pero la tecnología ha reducido drásticamente el coste que los proveedores de servicios financieros convencionales tienen que afrontar para atender a estos clientes. 

La ampliación de los servicios financieros a las mujeres desatendidas y sin respaldo bancario del mundo desarrollado representa una formidable oportunidad de mercado sin explotar: poco menos de 2.000 millones de euros en nuevos depósitos y alrededor de 65.000 millones en nuevos ingresos netos por intereses y comisiones de hipotecas y otros créditos al por menor. 

Se calcula que en el mundo en desarrollo hay 320 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, que contribuyen a dos tercios del empleo del sector privado y hasta el 40% del PIB de sus respectivos países. 

Aunque una cuarta parte de estas empresas están dirigidas por mujeres, muchas de ellas tienen dificultades de conseguir financiación, lo que supone casi unos 1.700 millones de euros de necesidades de crédito no cubiertas. 

Dar a las mujeres un mejor acceso a los préstamos y a otros tipos de financiación seríauna gran ayuda para los propios bancos y las economías de sus países

Portada 8M

Los cambios necesarios para cerrar la brecha de género en el acceso de las pequeñas empresas al capital son demasiado complejos e interrelacionados, pero deben ser abordados por todos los actores implicados. Los Gobiernos deben elaborar políticas que aborden las diferencias en el acceso de las mujeres a la tecnología y los servicios financieros. 

Por su parte, los bancos y las empresas financieras tendrán que empezar a valorar a las mujeres como  clientas valiosas

Un sistema financiero más equitativo no solo significaría una economía mundial más fuerte y más ingresos para los bancos, sino también más libertad financiera para mujeres de todo el mundo.

Reformar las leyes para dar a las mujeres acceso al capital 

Los gobiernos pueden desplegar una serie de herramientas políticas para ampliar el acceso al capital de las minipymes. Los datos sugieren que la primera razón por la que se deniegan las solicitudes de préstamos bancarios es que los solicitantes no ofrecen activos aceptables o adecuados como garantía del préstamo. 

Si la empresa no puede devolver un préstamo garantizado con un aval -que puede ser desde bienes inmuebles hasta facturas por cobrar-, el prestamista puede embargar esos activos y venderlos para intentar recuperar el dinero. 

Aunque no parece que las mujeres sean rechazadas más a menudo que los hombres, es menos probable que soliciten préstamos para empezar, alegando su falta de avales. 

Pero, ¿y si el problema no es tanto una falta de activos como un marco legal que no permite que los activos que poseen las mujeres se utilicen como aval?

La tierra y los edificios constituyen el 73% de los activos utilizados como aval por los bancos de los países en desarrollo. Pero aproximadamente el 40% de los países limitan de alguna manera los derechos de propiedad de las mujeres. 

Las leyes prohíben que una mujer sea propietaria de bienes o exigen el consentimiento de su marido antes de que pueda pedir un préstamo sobre una propiedad, incluso si esa propiedad se adquirió durante el matrimonio o la mujer la aportó al mismo. Otras restricciones son la imposibilidad de reclamar bienes en caso de disolución del matrimonio y la ausencia de derechos de herencia para las esposas e hijas 

LET'S DO BETTER CAPITALISM: modelos de negocio sostenibles e innovadores

Estos marcos jurídicos discriminatorios suelen reflejar normas sociales y culturales restrictivas y, por ello, las tan necesarias reformas han sido lentas. 

Mientras tanto, un número cada vez mayor de países se está moviendo para permitir el uso de los activos de una empresa, como el equipo o el inventario (la llamada garantía mobiliaria), abriendo la puerta a las mujeres que no tienen acceso a tierras o propiedades para conseguir préstamos. La ampliación de los tipos de activos que las empresas pueden utilizar para lograr fondos también puede llevar al desarrollo de un conjunto más diverso de instrumentos financieros y a la creación de instituciones destinadas a atender a las pequeñas empresas. 

Por ejemplo, un agricultor podría financiar la compra de un tractor utilizando el propio tractor como aval, a través de un préstamo bancario tradicional o quizás a través de una empresa de arrendamiento de equipos. 

A la hora de evaluar una solicitud de préstamo, los bancos también se fijan en el historial de devolución del prestatario, pero en muchos países en vías de desarrollo las oficinas de crédito del Gobierno tienen datos principalmente de las grandes empresas. Esto deja a los bancos con poca información para considerar nuevos préstamos a empresas dirigidas por mujeres.

Muchas oficinas de crédito de los países en desarrollo excluyen la información sobre los reembolsos de las instituciones de microfinanciación, que suelen ser los únicos prestamistas dispuestos a conceder créditos a las pequeñas empresas dirigidas por mujeres. Como resultado, aunque una empresa tenga un historial impecable de reembolso de préstamos a una institución de microfinanciación, tiene que restablecer su historial de crédito en busca de un préstamo bancario. 

Por ejemplo, cuando el registro de crédito de Afganistán empezó a recopilar datos de reembolso de las instituciones de microfinanciación, los bancos pudieron incorporar esta información a sus procesos de aprobación de créditos. Los préstamos a mujeres basados en los datos de los registros de crédito pasaron de ser insignificantes al 20% del total de los préstamos concedidos en solo 18 meses. 

Sara Serantes, fundadora de Sushifresh y Freshperts

Las fintech pueden ayudar a cerrar la brecha... 

Las fintechs pueden reducir muchas de las barreras a las que se enfrentan las mujeres para obtener un préstamo. 

El uso de fuentes alternativas de datos —como los pagos telefónicos y de servicios públicos— para tomar decisiones crediticias puede ser especialmente útil para las mujeres, ya que les permite demostrar su solvencia incluso sin una oficina de crédito.

Con el acceso a los datos de los smartphones de los posibles prestatarios, los prestamistas digitales elaboran un algoritmo para determinar su capacidad de reembolso y decidir si ofrecen un préstamo a clientes que probablemente no tengan una puntuación de crédito tradicional. Una vez que el prestatario devuelve el primer préstamo, tiene un historial crediticio en el que se pueden basar las siguientes decisiones de préstamo. 

En este momento,los modelos de negocio fintech se están convirtiendo en una vía más rápida y menos engorrosa que los bancos tradicionales para poner en contacto a las empresas con los prestamistas. A través de estas plataformas, las personas pueden pedir un préstamo proporcionando información sobre sus negocios y planes para utilizar los fondos solicitados. Los prestamistas de la plataforma toman decisiones de préstamo basadas en la información proporcionada y luego ganan dinero a través del pago de los intereses de su préstamo.

La inflación y la subida de tipos ponen en jaque a inversores y emprendedores tras años de liquidez récord: "Ideas que no se deberían haber financiado en el pasado, ahora se quedarán fuera"

Amartha, una empresa fintech indonesia, es el ejemplo de este modelo. Ofrece microcréditos a mujeres emprendedoras de zonas rurales utilizando una plataforma entre iguales y un sistema propio de puntuación de créditos basado en más de 90 parámetros; entre ellos, la información demográfica y su historial de pago de servicios públicos o tasas escolares. 

Los prestamistas eligen una solicitud para financiarla en función del perfil del cliente. Amartha se encarga del reembolso de los fondos y los inversores y prestamistas reciben pagos semanales de capital e intereses, que pueden consultar en línea. 

Amartha establece la solvencia de la prestataria, le asigna una puntuación crediticia, aprueba su solicitud de préstamo y, a continuación, publica la solicitud de préstamo en su mercado online. A continuación, los prestamistas eligen un préstamo para financiarlo en función del perfil del cliente. Amartha se encarga de desembolsar los fondos, y los inversores-prestamistas reciben pagos semanales en concepto de capital e intereses y pueden supervisar el estado del préstamo online.

... pero todos los proveedores de servicios financieros deben dar un paso adelante

Cuando el mayor banco de Kenia, KCB, decidió ampliar su cartera de micro, pequeñas y medianas empresas, centrándose especialmente en las dirigidas por mujeres, su primer paso fue evaluar estas compañías en función de la cantidad de efectivo que generan en lugar de fijarse en las garantías que ofrecía el prestatario. 

También amplió su club de negocios para empresarios, incluyendo oportunidades de establecer contactos y formación ejecutiva a cargo de una escuela de negocios local. Para igualar las oportunidades de préstamo, el banco formó a los agentes de crédito sobre las diferencias en las necesidades y preferencias financieras de hombres y mujeres. 

Estos cambios produjeron resultados impresionantes casi inmediatamente: las sucursales aumentaron los préstamos a las empresas dirigidas por mujeres hasta una media del 50% de su cartera. 

Una imagen del metaverso de Facebook

El impacto del programa también se notó fuera del banco: las empresas que habían recibido préstamos de KCB aumentaron su número de empleados en una media de 113% en comparación con el aumento del 40% de los no prestatarios. 

Los proveedores de servicios financieros de los mercados emergentes, como KCB, están empezando a reconocer que las empresas propiedad de mujeres son un segmento de mercado valioso y desatendido. 

Los proveedores de servicios financieros en general -desde los proveedores tradicionales, como los bancos y las aseguradoras, hasta los recién llegados, como las empresas de tecnología financiera y los proveedores de dinero móvil- no han prestado atención a las mujeres. 

Mientras estas empresas se enfrentan a las consecuencias económicas de la pandemia y la recesión, es hora de que entiendan que una oportunidad de ingresos anuales de 700.000 millones de dólares es demasiado grande para ignorarla.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.