Bankia ya atesora una reserva multimillonaria para su dividendo extra

Cristina Triana,
José Ignacio Goirigolzarri, presidente ejecutivo de Bankia.
José Ignacio Goirigolzarri, presidente ejecutivo de Bankia.
  • La entidad bancaria, presidida por José Ignacio Goirigolzarri, cuenta con más de 500 millones de euros en capital para repartir entre sus accionistas.
  • José Ignacio Goirigolzarri ya no se atreve a poner la mano en el fuego sobre la posibilidad de que el banco alcance un beneficio de 1.300 millones en 2020.
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El giro en las expectativas de tipos de interés en la zona euro en los últimos meses ha puesto contra las cuerdas los planes estratégicos de los bancos españoles. A pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) defiende que su política, salvo casos excepcionales, no está dañando la rentabilidad de la banca, la realidad es que las entidades financieras no hacen otra cosa más que tratar de defender sus compromisos con el mercado y Bankia está siendo especialmente incisiva en insistir en que repartirá 2.500 millones en dividendos en tres años (2018-2019-2020).

José Ignacio Goirigolzarri, presidente del banco, volvió a repetirlo hace pocos días. El primer ejecutivo de Bankia ya no se atreve a poner la mano en el fuego sobre la posibilidad de que el banco alcance un beneficio de 1.300 millones en 2020 -la media de analistas calcula que rondará los 700 millones-, pero defiende a capa y espada el objetivo de dividendo.

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El banco está optimizando la generación de capital y, según adelantó Goirigolzarri la semana pasada, en un año y medio ya ha capturado todas las sinergias previstas en el plan estratégico por la integración de BMN.   

Esta mejor gestión interna le está permitiendo generar capital a un ritmo que respaldan sus planes de reparto de dividendo. Así, durante cinco trimestres, hasta marzo de este año, Bankia habría generado 1.170 millones de capital de forma orgánica, de acuerdo con datos del banco.

Teniendo en cuenta el impacto en capital de algunos cargos extraordinarios en 2018 y los dividendos desembolsados con cargo a los resultados de ese mismo ejercicio -357 millones-, a 31 de marzo de 2019, el banco conservaba una reserva de 548 millones entre dividendos no repartidos y exceso de capital disponible para remunerar al accionista.

De acuerdo con su plan estratégico, Bankia se comprometió a devolver a sus propietarios toda la reserva de capital que superara el ratio de capital del 12% de CET 1 Fully Loaded. Al cierre del primer trimestre, este termómetro estaba en el 12,54%, teniendo en cuenta el impacto de la venta de activos no productivos anunciada este año.  

El grueso de ese importe extraordinario irá a parar a manos del Estado, que ostenta cerca de un 62% del banco y que, si Bankia vaciara ahora esta reserva, recibiría 340 millones. 

Bankia, a la espera de visibilidad regulatoria

En febrero de 2018, el banco se comprometió a repartir el exceso de capital cuando el ratio de capital CET 1 Fully Loaded superara el 12%. El banco está preservando ese mínimo, por lo que, una vez consolidada esa cifra, el grueso de la generación de capital puede destinarse a la retribución al accionistas. Si mantiene el ritmo de 2018, Bankia estaría produciendo más de 200 millones de capital orgánicamente por trimestre.

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Por el momento, sin embargo, todavía falta una pieza clave en cuándo al extraordinario, como es la fecha de reparto. Por ahora los analistas la retrasan hasta 2020, a la espera de que se defina totalmente el plano regulatorio en el que se tendrá que mover Bankia en los próximos ejercicios. Hasta hace aproximadamente un mes, la entidad no conocía exactamente los requisitos de MREL (Minimum Required Eligible Liabilities) que tendría que cumplir el 1 de julio de 2021; algo que obligó al consejo a retrasar la valoración del pago del extraordinario (en un principio Bankia pensaba estudiarlo anualmente, en la primera reunión del año del órgano ejecutivo).

Con esta pieza despejada ahora, todavía queda otra pendiente, que debería solucionarse también a lo largo de los próximos días, como es la aprobación de lo que se conoce como el banking package en la Unión Europea, que fija, entre otras cosas, la guía para afrontar resoluciones financieras y define claramente los activos elegibles para completar el MREL.

Tanto el Parlamento Europeo como el Consejo Europeo ya lo han validado, pero hasta este lunes no se había publicado en el Boletín Oficial de la Unión Europea.

   

Artículo Original deEconomía Digital

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