Barcelona expulsa a las cocinas fantasma y las 'dark stores' del centro de la ciudad: "No queremos este tipo de negocios en nuestras calles"

dark kitchen

Barcelona lanza un mensaje claro contra la proliferación de las llamadas cocinas fantasma y las dark stores o supermercados fantasma: "No queremos este tipo de negocios en nuestras calles".

Así lo aseguró ayer en rueda de prensa Janet Sanz Cid, segunda teniente de alcaldía y regidora de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, al presentar el nuevo plan del consistorio catalán que regula este tipo de actividades.

Sanz fue muy crítica con estos modelos de negocio que tras la pandemia han experimentado un enorme auge debido al cambio en los hábitos de consumo de gran parte de la población tras pasar varios meses encerrada entre cuatro paredes por el confinamiento a raíz de la pandemia. 

Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona, tras haber paralizado durante un año la concesión de nuevas licencias, ha presentado su nuevo plan que, entre otras medidas, restringe la aparición de nuevas cocinas fantasma en el entorno urbano, y prohíbe la apertura de más dark stores.

Las cocinas fantasma (dark kitchens en inglés) son locales cerrados al público, sin mesas, ni sillas, ni camareros, donde se prepara exclusivamente comida para llevar. Existen diferentes modelos, desde locales más pequeños -de 30 a 300 metros cuadrados- a macrococinas que ocupan superficies de más de 1.000 metros cuadrados en zonas residenciales.

Los supermercados fantasma, por su parte, son almacenes no abiertos al público de entre 200 y 500 m² aproximadamente que se dedican exclusivamente a los envíos ultrarrápidos, es decir, al reparto por debajo de los 15 minutos.

Ambos modelos de negocio, a medida que crecían dentro de las ciudades y se expandían, han despertado las críticas de los vecinos ante los ruidos, los malos olores y el constante tráfico de repartidores que se concentran alrededor de estos espacios. 

El Ayuntamiento de Barcelona, siguiendo el ejemplo de otras ciudades europeas, ha decidido "poner orden" en una apuesta que, según aseguran, quiere "proteger el comercio de proximidad, equilibrar el uso de los espacios urbanos y garantizar un modelo comercial sostenible".

Además, desde el Govern municipal han impuesto nuevos requisitos a los establecimientos de platos preparados que ofrezcan servicios de delivery, incluso aunque tengan espacio que la clientela consuma allí sentada. 

"Se trata de hacer compatibles las nuevas actividades económicas con el día a día de los residentes y con el derecho a la vivienda", remarca el Ayuntamiento.

El Plan aprobado por la Comisión del Govern entra ahora en un período de espera de 2 meses y se inicia un proceso participativo para recoger las aportaciones del gobierno, entidades comerciales y grupos políticos de cara a la aprobación definitiva del documento, que tiene como fecha límite los 2 años.

"Este plan lo que hace es apostar por el comercio de barrio y dice no a los comercios fantasma. No queremos negocios fantasma en nuestra ciudad. Estas actividades no estarán permitidas en las calles de nuestros barrios", recalcó este jueves en rueda de prensa Janet Sanz Cid.

Qué va a pasar con las 'dark stores' o supermercados fantasma en Barcelona

No se podrá abrir ningún nuevo establecimiento de este tipo en la ciudad de Barcelona. Los que actualmente están operativos, eso sí, podrán seguir funcionando al contar ya con licencia.

La medida impacta de lleno a empresas como Glovo, Getir o Gorillas: entre las 3 suman cerca de 30 de estos almacenes en la ciudad condal. 

Con la nueva regulación, verían seriamente mermados sus planes de expansión. Para estas compañías, tener una amplia red de dark stores es clave en su apuesta por entregar los productos en 15 minutos.

Barcelona regula también las cocinas fantasma

Otra de las nuevas medidas afecta de lleno a las macrococinas fantasma. Es decir, cocinas industriales que albergan varias cocinas agrupadas y que han sido una de las principales fuentes de problemas para los vecinos, ya que muchas están instaladas al lado de viviendas e incluso colegios.

El nuevo plan municipal solo acepta la creación de estos espacios en zonas industriales y con una serie de requisitos muy restrictivos.

Por ejemplo, solo podrán estar en calles de más de 25 metros de ancho, separadas por un radio de 400 metros de distancia respecto a otros establecimientos del mismo tipo, y nunca serán contiguas a viviendas.

Por el momento, la regulación propuesta por el Ayuntamiento de Barcelona no diferencia o concede diferentes licencias en función del tamaño de las cocinas fantasma, como se tiene previsto que suceda en Madrid. 

Por lo tanto, estas restricciones son iguales tanto para cocinas industriales como para cocinas compartidas más pequeñas.

A la pregunta de cuantas cocinas se podrían legar a abrir bajo esta nueva regulación, la respuesta de Janet Sanz Cid ha sido concisa: "Pocas".

Una nueva tasa al delivery

Además, el nuevo Plan presentado por el Ayuntamiento afecta a bares y restaurantes que ofrecen el servicio de delivery sin estar únicamente dedicados a ello. 

Durante la pandemia muchos bares y restaurantes se amarraron al reparto de comida para sobrevivir, y ahora la nueva regulación les obliga a contar con una licencia específica para poder realizar envíos de comida a domicilio.

Uno de los requisitos para tener el permiso es que tanto bares como restaurantes deberán disponer de espacios de espera para los repartidores y sus vehículos de reparto. La medida de los espacios será proporcional a la superficie del establecimiento, y será siempre en el interior del local.

Esta medida será para los nuevos locales que se vayan a crear, y tiene previsto que se empiece a exigir la licencia dentro de un año.

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