Llega el final de los tipos negativos: Lagarde marca la primera subida en julio y en septiembre dejará de haber tasas negativas

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Reuters

Ya no hay dudas. Después de meses de incertidumbre sobre cuándo se produciría la esperada subida de tipos de interés, hoy el Banco Central Europeo (BCE) ha despejado todas las incógnitas.

Julio será el mes de la primera subida de tipos, y en septiembre llegará el final de las tasas negativas, según ha confirmado hoy la presidenta del BCE, Christine Lagarde.

"Espero que las compras netas en el marco del APP (el programa ampliado de compra de activos) terminen muy pronto en el tercer trimestre. Esto nos permitiría una primera subida de tipos en nuestra reunión de julio", ha avanzado Lagarde en un comunicado.

A principios de marzo, el BCE ya anunció que pondría coto a las compras de deuda dentro de su programa ampliado de compra de activos. El Consejo de Gobierno decidió que reduciría las compras netas a 40.000 millones de euros en abril y 30.000 millones en mayo, de manera que para junio, éstas fueran de 20.000 millones. Un recorte de la mitad en sólo dos meses.

Una vez completado este objetivo, el siguiente paso era subir los tipos de interés. Esto es lo que marca que el BCE anticipe que "es probable que estemos en condiciones de salir de las tasas de interés negativas para fines del tercer trimestre".

Así te afectará la subida de tipos de interés: suben las hipotecas, créditos más caros, beneficios para ahorradores y daños colaterales en renta variable

Hasta ahora, la política monetaria del BCE había consistido básicamente en darle a la rueda de fabricar billetes e inyectarlos en el mercado a través de compras masivas de deuda. El objetivo era mantener el impulso de la economía y de una inflación que, hasta hace un año, se mantenía por debajo del objetivo del 2%.

Pero ahora que la inflación arde, inflamada por la escalada de precios de la energía y la guerra de Rusia, y que no será fácil sofocarla, la política de compras de activos del BCE era echar más leña al fuego. 

Por eso el organismo ha regresado a la que siempre fue su meta: encarrilar la inflación a una senda de crecimiento normalizado del 2%.

"A medida que se acerca la fecha esperada del despegue de las tasas de interés, se vuelve más importante aclarar el camino de la normalización de la política que tenemos por delante, especialmente dado el entorno complejo que enfrenta la política monetaria en la zona del euro", ha señalado Lagarde.

"Si vemos que la inflación se estabiliza en un 2% a medio plazo, será apropiada una mayor normalización progresiva de las tasas de interés hacia la tasa neutral", anticipa el organismo, aunque matiza que el ritmo y la escala general del ajuste no pueden determinarse a priori.

Los analistas coinciden en que habrá un par de subidas para finales de este año, y que en 2023 podría haber otro par más. La previsión mayoritaria es que el aumento de tipos alcance el entorno del 0,4 en 2022 y suba al 1 en 2023.

Hasta ahora, los tipos estaban cercanos a cero o negativo, lo que significa que los créditos fluían más baratos que nunca (seguramente tu banco te ha ofrecido en los últimos meses la posibilidad de solicitar créditos sin que hubieras pedido información al respecto). Esto estimulaba el consumo, lo que a su vez tensaba la cuerda de los precios.

Si el BCE sube tipos, ocurrirá justo lo contrario: la subida de tipos significa que los bancos tienen que pagar más para que el BCE les preste dinero y, por tanto, también encarecerán los préstamos que ofrezcan a consumidores y empresas.

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