Huesos de aceitunas como alternativa barata al diésel: los hogares de una ciudad siria se calientan en invierno con este biocombustible

Aceitunas

Reuters

  • En la ciudad siria de Armanaz se emplean un combustible de biomasa elaborado a partir de residuos de aceitunas para calentar los hogares en los meses más fríos, ahora que el diésel alcanza precios inasumibles. 
  • Los huesos de oliva se emplean para crear gránulos de orujo cilíndrico secados al sol conocidos localmente como birin, de carácter ecológico y fabricación económica. 
  • "El diesel es ahora demasiado caro para que la gente lo compre, por lo que la alternativa es usar birin, dice Abu Saeed, supervisor de la fábrica.
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El diésel y la gasolina están por las nubes, obligando a los consumidores a rastrear alternativas más económicas para sus desplazamientos o la calefacción de sus viviendas. A más de 3.700 kilómetros de España, una ciudad siria aprovecha un desecho común como son los huesos de aceituna para producir un combustible ecológico que permita calentar los hogares en invierno

Los lugareños de Aramanaz, en la parte noroeste de la provincia de Idlin, han ideado una forma asequible y ecológica de generar combustible barato en Siria ahora que los precios del diésel se han disparado y son inasumibles para muchas familias. 

Su biocombustible se elabora con huesos de aceitunas, un desperdicio conocido como birin.Los residuos de oliva se prensan con una máquina especial y se dejan secar al sol. Después, se convierten en pellets cilíndricos que actúan como combustible de biomasa: para los productores hacerlo es gratis y además, beneficioso para el medio ambiente. 

"El diesel es ahora demasiado caro para que la gente lo compre, por lo que la alternativa es usar 'birin'", explica Abu Saeed, supervisor de la fábrica, en declaraciones a Euronews. 

El precio del diésel ha aumentado significativamente en Siria en los últimos años como resultado de la devastadora guerra, que ha durado diez años. La ventaja es que el residuo de aceituna abunda en esta región: de hecho, Siria es la tierra natal de oliva. 

Los bosques de olivos son extremadamente densos y abundantes y los árboles crecen hasta ser bastante viejos. Incluso algunos de ellos superan los 1.000 años de Antigüedad. Desde Siria, Irán y Palestina los olivos llegaron  la cuenca del Mediterráneo hace 6.000 años, siendo una fuente clave de la alimentación. 

El gran potencial que esconden los residuos de oliva

No es la única solución que los científicos han creado en los últimos años para aprovechar al máximo la cosecha de aceituna y la producción de aceite de oliva

En 2017, responsables del Instituto de Ciencia de Materiales Mulhouse de Francia adoptaron un enfoque innovador para convertir las aguas residuales de las almazaras en biocombustible, fertilizantes y agua limpia.

Tal y como explican desdeNew Atlas, mezclaron las aguas residuales con aserrín de ciprés,  otro producto de desecho común en el Mediterráneo, donde se produce el 97% del aceite de oliva del mundo.

Esa mezcla se secó rápidamente y el agua se recogió a medida que se evaporaba, limpia y útil para regar cultivos. Por otro lado, el material seco restante se sometió luego a pirólisis, descomponiéndose en gas combustible y bolitas de carbón.

El gas se condensó para dar lugar a bioaceite, con capacidad para ejercer de fuente de calor para los procesos de secado y pirólisis. Por su lado, el carbón vegetal, que contiene altas cantidades de nutrientes como potasio, fósforo y nitrógeno, fue recolectado y utilizado como fertilizante para cultivos que mejoraron sustancialmente el crecimiento de las plantas. 

Los resultados de su experimento aparecieron publicados en la revista ACS Sustainable Chemistry & Engineering.

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