Los Boeing 737 Max reciben la autorización para volver a volar en EEUU después de una larga revisión de seguridad que se ha prolongado durante 20 meses a raíz de 2 accidentes mortales

Boeing 737

La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidosha autorizado la vuelta a las operaciones del Boeing 737 MAX, que permanecía en tierra desde marzo de 2019 tras dos accidentes mortales.

La FAA asegura que las modificaciones en el software, diseño y el entrenamiento de los pilotos para dirigir este modelo han hecho que el avión sea seguro. Aun así, la compañía debe llevar a cabo esos cambios de diseño para poder volver a volar.

"Estos cambios no permiten que el Max vuelva inmediatamente a los cielos", ha avisado la FAA en un comunicado. "La FAA deberá aprobar las revisiones de los programas de entrenamiento de pilotos de los 737 Max y mantendrá su autoridad para emitir y exportar certificados para todos los 737 Max fabricados desde que la FAA ordenó su parón".

"Además, las aerolíneas que han aparcado sus Max deberán seguir los pasos de mantenimiento requeridos para prepararlos para volar otra vez". 

A la vez, el organismo se ha mostrado "100% seguro" de la seguridad del avión. "Estoy cómodo al 100% con que mi familia viaje en él", ha apuntado el jefe de la FAA, Steve Dickson. 

Boeing ha estado trabajando en las actualizaciones de los 737 MAX durante estos 20 meses en los que las autoridades aéreas de todo el mundo lo tenían vetado. Los cambios incluyen modificaciones en los ordenadores de las aeronaves.

Asimismo, cada aerolínea estadounidense que quiera operar el 737 Max necesitará entrenar de nuevo a sus pilotos, centrándose en los problemas que provocaron los accidentes.

Durante este tiempo, la compañía ha realizado vuelos de prueba con las autoridades de Estados Unidos, Canadá, Brasil y la Unión Europea para conseguir la certificación.

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El fabricante estadounidense tuvo que detener su avión después de dos fatales accidentes que terminaron con la vida de 346 personas en menos de 5 meses. Ha supuesto el mayor parón de un fabricante en Estados Unidos, y ha costado a Boeing unos 20.000 millones de dólares. El modelo comenzó a operar en 2017.

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