"Nos adaptamos a lo que hay, pero todo tiene unos límites": los técnicos denuncian escasez de materiales ante la burbuja de festivales de música

Imagen de Oasis Sound Festival.
Imagen de Oasis Sound Festival.

@eyearoundtheworld / Oasis Sound Festival

El verano de 2022 probablemente será recordado en España como el de los festivales de música

En la temporada estival anterior a la pandemia ya había muchos festivales en nuestro país, pero este año el número de eventos se ha multiplicado y así lo han hecho también —en algunas ocasiones— las malas condiciones de técnicos y artistas. 

Los técnicos han denunciado trabajar muchos días sin dormir y "asustados" por lo que vendrá después de que el verano termine. Los artistas han asegurado haberse visto convertidos en "relleno" para completar los carteles de estos macrofestivales en los que a veces parece que solo importan las bandas que los encabezan. 

El Mad Cool Sunset 2022, un evento de nueva creación organizado por los promotores del Mad Cool que iba a tener lugar el día 10 de septiembre, parece que ha querido dar la razón a esos mismos músicos. 

Tras el anuncio por parte de Rage Against The Machine de la cancelación de su gira europea por problemas de salud de su cantante, Zack de la Rocha, el festival madrileño ha decido cancelar definitivamente

Su caso no ha sido único, ya que se suma a una larga lista que incluye a algunos como el Fan Fan Fest en Madrid, el festival Diversity en Valencia, el Puro Reggaeton en Madrid, el Benás Festival en Huelva o el Reggaeton Beach Festival en Tenerife. Muchos de ellos han sido cancelados por problemas relacionados con la organización o con la falta de planificación. 

 

Al fin y al cabo, se trata de eventos que han ido surgiendo a raíz del final de las restricciones pandémicas y que muchas veces han sido ideados por promotores cuyo objetivo era maximizar la rentabilidad. La intención de estos festivales era consolidarse en un mercado que genera cerca de 160 millones de euros al año (solo con la venta de entradas).

Esta situación ha provocado que más de una veintena de festivales de música acumulen denuncias por irregularidades, según Europa Press

Las reclamaciones vienen de asociaciones de consumidores como FACUA, entidad que ya ha denunciado a eventos como el Reggaeton Beach Festival, el Puro Latino Fest, el Marenostrum, el Low Festival, el Madrid Puro Reggaeton o el Festival Interstelar. El organismo ha declarado al respecto que los organizadores se creen "impunes" y ha señalado 2022 como el "el summum de las anomalías y los fraudes".

Un año marcado por la burbuja de los festivales de música, como se cuenta en este reportaje en profundidad publicado por Business Insider España

Los técnicos denuncian escasez de materiales: "Nos adaptamos a lo que hay, pero todo tiene unos límites"

Elena González, técnica de sonido que trabaja con bandas como Lori Meyers.
Elena González, técnica de sonido que trabaja con bandas como Lori Meyers.

@rakelodel

Una de las muchas implicaciones que ha tenido la burbuja de festivales para los trabajadores del sector musical ha sido el empeoramiento de sus condiciones laborales

En una entrevista con Business Insider España, varios técnicos de sonido e iluminación han reconocido haber visto trabajar a gente sin dormir, teniendo que pedir agua porque desde la organización no se les ofrecía para poder trabajar o, básicamente, asustados por lo que puede venir cuando todo esto acabe. 

La incertidumbre, sumada a esas mala condiciones laborales, puede estar detrás de accidentes como el que se producía en junio, durante el montaje del escenario principal del O Son do Camiño. El derrumbe del festival de Santiago de Compostela dejó 3 ingresados en el hospital, con uno de ellos teniendo que ser atendido en la UCI. 

Sin embargo, a esas malas condiciones también se suman muchas veces cuestiones del día a día del trabajo de los técnicos, como puede ser la escasez de materiales que se da ante la proliferación de eventos. 

Elena Gonzálezes una técnica de sonido que trabaja con bandas como Lori Meyers o Niños Mutantes (habituales en este tipo de eventos musicales) y denuncia que "ha habido una especie de boom exagerado en el que no hay personal, no hay equipo de sonido, no hay material físico y no hay transporte". 

Técnicos sin dormir y un "caos increíble" en un verano "salvaje": la burbuja de festivales está a punto de estallar, denuncian trabajadores y artistas

González cuenta que cuando acompaña a Lori Meyers como técnica de sonido va "con la misma mesa siempre", que cuenta con unos sistemas de monitoraje inalámbricoin ear que utilizan las bandas en la actualidad. 

Sin embargo, a veces quieren llevar una serie "superior", una PSM1000 de la marca Shure. "Este verano no hay unidades, no te las puedes comprar, por lo que tienes que tirar de una serie antigua como sería una G3 de la marca Sennheiser", denuncia. "Es lo que hay", lamenta mientras afirma que los profesionales han tenido que adaptarse a estas circunstancias

La escasez de materiales electrónicos, "pies de micro" o sistemas de monitorización no son las únicas consecuencias que está teniendo la burbuja de festivales y que condicionan el día a día de su trabajo. 

En lo que se refiere a las tarimas, también asegura que está ocurriendo "un croquis extraño, como un Frankenstein". Según la técnica esto se debe a que los proveedores llegan a un evento y dicen: "Hostia, no tenemos patas suficientes porque tenemos esta tarima en no sé cuántos festivales".

La solución por la que optan, explica González, es reducir la superficie de los escenarios, algo que notan tanto los artistas que se colocan sobre ellos como los técnicos de sonido e iluminación que tienen que trabajar con menos espacio del que contaban. "Vas y los escenarios son más chicos de lo normal".

La reducción del tamaño de los escenarios puede parecer algo circunstancial, pero condiciona cuestiones tan relevantes a la hora de celebrar un concierto como la escenografía, el número de pantallas que se pueden desplegar o la iluminación que va a ambientar la actuación. 

"Esto no estaba así antes"

Imagen de uno de los conciertos del Oasis Sound Festival.
Imagen de uno de los conciertos del Oasis Sound Festival.

@eyearoundtheworld / Oasis Sound Festival

El técnico de iluminación Juan Correia concuerda con las demandas de Gonzalez y achaca la situación al número de festivales que se han intentado llevar a cabo este verano en España. 

"Antes de la pandemia, imagínate que hubiera, por decirte, 10 eventos... ahora hay 30", dice. "Por eso ahora no hay equipo ni gente. Además, las fábricas han colapsado y no te dan materiales que necesitas sí o sí, como cables, por ejemplo", asegura molesto.

Esta situación genera preocupación y se suma a la inestabilidad económica y profesional que ya caracterizaba al sector antes de la pandemia. "No hay stock, no consigues a gente que alquile equipo... Eso es lo que está pasando y es lo que nos preocupa un poco a todos", indica Correia. 

La precariedad de los trabajadores en los festivales de música se extiende: los técnicos trabajan sin dormir y están "asustados" por lo que vendrá en octubre

La escasez de materiales y la falta de suministro necesaria para que realicen correctamente su actividad no solo les afecta a ellos, ya que condiciona también la calidad de los conciertos. "Me estoy encontrando con producciones carentes de cosas profesionales que se veían antes de pandemia". 

La técnica de sonido sostiene que no se debe a que la gente no esté preparada, sino a que "está saturada, sobrepasada de trabajo, sin dormir, sin encontrar material, y cansada de intentar, con los pocos medios que pueda, hacer algo que exige mucho nivel…".

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