¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar la almohada?

Almohada

Ron Lach/Pexels

La almohada es el elemento más olvidado de la cama. Mientras que cada cuánto hay que cambiar el colchón o cada cuánto hay que lavar las sábanas son preguntas de higiene y descanso frecuentes, el momento de reemplazar la almohada es desconocido para la mayoría de personas. Y como todo objeto, tiene una vida limitada. 

La almohada juega un papel crucial en tu sueño: su altura, su higiene y su calidad determinan un descanso confortable. Sin embargo, llega un día en el que este soporte debe ser sustituido por el grado de desgaste.

Cada cuánto debes cambiar la almohada

Tal y como explican desdeLivestrong, la inmensa mayoría de almohadas convencionales duran entre 1 y 2 años, pero depende mucho del material del que estén elaboradas.

Estos son los más habituales y su vida media útil.

  • Fibra de poliéster o plumón sintético: son las almohadas más comunes y baratas. Duran entre 1 y 2 años.
  • Espuma de polietileno: estas, basadas en una pieza sólida de espuma, deben sustituirse cada 2 o 3 años.
  • Espuma viscoelástica: como las anteriores, tienen un promedio de vida útil de 2 a 3 años.
  • Látex: son las más duraderas que puedes encontrar, ya que duran al menos de 2 a 4 años.
  • Plumón o pluma: aquellas de materiales naturales tienen una durabilidad de 1 a 3 años.

Si quieres prolongar la vida útil de tu almohada y ralentizar el deterioro del material de relleno interno, puedes usar un protector de almohada que evita que la suciedad, el polvo y los fluidos corporales alcancen la parte de dentro.

Limpia siempre las manchas al instante para que no se vuelvan persistentes, lava tanto la funda como la almohada con regularidad —siguiendo escrupulosamente las instrucciones del fabricante—, y prestando atención al grado de confort que te ofrece para saber cuándo hay que cambiar la almohada.

Por otro lado,hay factores que indican que una almohada debe pasar a mejor vida: los bultos molestos que impiden un soporte consistente, olores desagradables y manchas permanentes que no desaparecen con el lavado, aplanamiento o desniveles. 

Apresúrate a cambiar la almohada si te despiertas con dolores de cuello, hombro o espalda, ya que una almohada gastada puede impedir un buen apoyo y la correcta alineación con la columna vertebral. También si tu postura favorita para dormir ya no te resulta cómoda, o si padeces una afección médica que requiere una nueva almohada. 

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