El café se pudre antes de lo que crees: ¿es seguro beberlo así? ¿Qué hacer para alargar su frescor?

Si eres de los que necesitan tomar su buena taza de café por la mañana para ser persona, quizás has notado que algunos días el sabor no está muy allá pese a que no has cambiado tu forma de preparar la bebida. Lo que seguramente está pasando es que el café se ha podrido y no te has dado cuenta. Y es que este alimento empeora más rápido de lo que crees.

Antes de nada, calma y tranquilidad: tu salud no está en peligro si te has bebido café algo pasado.

"El café se pudre, como cualquier otro alimento", explica Makenzie Bryson Jackson, científica experta en comida, para Well and Good. "No te va a enfermar, pero sí que te impedirá saborear una buena taza. La mayor víctima de un café pasado es la calidad de la experiencia. Su gusto será muy mustio y seguramente rancio debido a que el aceite se ha desprendido del café".

Jackson cree que no necesitas ser un gran sibarita del café para detectar que ya toca tirarlo y comprar otro. Huele los granos antes de hacer el café o bien aspira el líquido recién hecho: si tiene un olor desagradable (y su sabor es insípido), entonces es que los granos ya pasaron a mejor vida.

El problema de raíz dentro de una situación es que el café no dura tanto como mucha gente cree. El café molido tan solo dura una semana. En cambio, si compras los granos de café, estos aguantan perfectamente 3 meses. 

Así que la clave consiste en moler tu propio café. "Te durará más, y tendrás una mejor experiencia, si solo mueles el café antes de beberlo", explica el experto. "Los granos enteros además aguantan más. Eso se debe a que el café molido, como tiene su superficie expuesta, se oxida más rápido y pierde todos aquellos componentes que dan a esta bebida su toque".

Si quieres multiplicar por 3 la duración de los granos de café,la clave es almacenarlos en las mejores condiciones. "Si los guardas al vacío te pueden durar perfectamente 9 meses, aunque con el tiempo irás notando que el sabor se va haciendo menos único".

El científico experto en alimentación no quiere saber nada sobre la alternativa de guardar café en el congelador. "Ni hablar. Solo conseguirás que su sabor desaparezca más rápido".

Así que la clave es trasladar el café de la nevera a un lugar oscuro y fresco, sin llegar a ser congelante. Y guardar los granos en un contenedor hermético. 

"Me gustan los contenedores metálicos. La luz, el calor, la humedad, el oxígeno: todos estos elementos amenazarán con quitarle frescura al café. Los granos permanecerán frescos una semana después de que abras su bolsa. Pero guárdalos como he recomendado y tardarás en tirarlos... y su sabor aguantará".