La electricidad y los productos frescos se encarecen en agosto: la caída de la inflación se frena

El hundimiento de los precios provocado por el coronavirus se ha detenido ligeramente durante el mes de agosto. Pese a que la inflación suma su quinto mes en tasas negativas desde el inicio de la pandemia, el abaratamiento de los productos y servicios se ha moderado durante el verano, especialmente en los suministros energéticos con mayor demanda durante la pandemia.

Así, la inflación anual estimada del Índice de Precios de Consumo se ha situado en un -0,5% en agosto, según el indicador adelantado que ha publicado este lunes el Instituto Nacional de Estadística. Parte de esa subida se atribuye al encarecimiento de la electricidad, que contrasta con los descensos que experimentó hace 12 meses, mientras que la subida en el precio de los paquetes turísticos es menor que la de agosto de 2019.

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Como refleja la siguiente gráfica, la tasa anual del IPC repunta una décima respecto a julio, cuando se situaba en un -0,6%, y se mantiene por quinto mes consecutivo en cifras negativas, tras desplomarse hasta el 0% en marzo y retroceder al 0,7% en abril, en plena expansión de la pandemia y con gran parte de la actividad económica y el consumo paralizados por los efectos del coronavirus. Los datos de agosto, aún preliminares, muestran los primeros indicios de estabilización.

Además, el INE destaca que sus estadísticas sobre el IPC siguen destacando en 2 categorías especiales a los productos y servicios cuyos precios se han visto más afectados por el coronavirus "para permitir analizar la situación tras la finalización del estado de alarma". De este modo, los denominados bienes COVID-19 se han abaratado una décima respecto a julio, mientras que los servicios se han encarecido 9 décimas ante la subida del precio de la luz.

En concreto, la tasa anual del grupo especial de bienes COVID-19 se ha situado en el 1,7%, debido a que los precios de los productos envasados han caído 4 décimas, en tanto que los de los frescos han aumentado exactamente en la misma proporción, aunque para situarse en un IPC anual del 3,5%. Por su parte, el grupo de servicios ha avanzado al -2%, acusando el incremento interanual del precio de la electricidad.

Mientras, en tasa mensual, los precios se han mantenido sin cambios respecto a julio, aunque sí han registrado cambios en los productos y servicios que han sufrido un mayor efecto del coronavirus. Así, los alimentos y bebidas no alcohólicas se han encarecido una décima frente a julio, los alimentos frescos no registraron cambios mensuales y los envasados se abarataron una décima, en tanto que los servicios han incrementado sus precios en 2 décimas respecto al mes anterior.