No tires las bufandas: por qué las olas de frío extremo serán paradójicamente más frecuentes con el cambio climático

Frío extremo

Reuters

  • Un nuevo estudio publicado en la revista Science revela que los eventos climáticos extremadamente fríos, como las olas de frío de América del Norte el pasado mes de febrero de 2021, podrían atribuirse al calentamiento del Ártico. 
  • Las olas de frío pueden volverse más probables con el calentamiento global, tal y como explica la investigación.
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Cuando dicen que "el tiempo se ha vuelto loco", en realidad es el cambio climático quien acecha detrás de las catastróficas inundaciones de Alemania, los incendios de Australia o California, la gélida Filomena, la virulenta multiplicación de la DANA o las intensas olas de calor que llegan a sitios otrora impensables como Canadá o Siberia

Aunque a nivel global el calentamiento global está provocando una subida generalizada de los termómetros en comparación con la época preindustrial, y comúnmente se asocia a sequía, desertificación, tormentas o récords en el mercurio, el cambio climático también conllevará olas de frío extremo más frecuentes.

Es una de las conclusiones de un nuevo estudio publicado en la revista Science, y que explica que los eventos climáticos extremadamente fríos podrían atribuirse al calentamiento del Ártico

Detrás de este fenómeno estarían las olas de frío que azotaron Norteamérica el pasado mes de febrero impactando desde Canadá al norte de México. 10 millones de personas se quedaron sin electricidad y solamente en Texas 125 muertes fueron asociadas al fenómeno. 

Los datos fueron impactantes: en Estados Unidos fue el febrero más frío en más de 30 años y aquella tormenta de invierno se convirtió en la más cara jamás registrada en el país.

Los cambios en el jet stream, o corriente en chorro, que cayó hacia el sur, originaron temperaturas bajo cero. Esta onda atmosférica fluye de oeste a este, pero se está debilitando. 

Las anomalías en esta corriente en altura, presuntamente originadas por el cambio climático, intercambian aire de las masas polares y extratropicales, amplificando los eventos de calor y de frío. Dicho de otro modo, las ondas atmosféricas transmitieron la influencia del cambio climático en el Ártico a partes de América del Norte y Asia.

La reciente investigación explica que, contrariamente a lo que cabría esperar, eventos como la ola de frío de febrero pueden volverse más probables con el calentamiento global. Cabe recordar que el Ártico se calienta al doble de velocidad que el promedio mundial. Su hielo marino se derrite y a finales del otoño, aumenta la capa de nieve sobre Siberia. 

Como detallan desde el Foro Económico Mundial, el hielo y la nieve proporcionan una capa aislante y son altamente reflectantes: sus modificaciones alteran en gran medida la energía y humedad que se mueven entre la superficie de la Tierra y la atmósfera. 

Las ondas se desplazan hacia arriba en la estratosfera e interrumpen el vórtice polar estratosférico, que a su vez se debilita y se estira.

A medida que estas ondas que se mueven hacia abajo se acumulan en altitudes más bajas sobre América del Norte, crean una inmersión hacia el sur en la corriente en chorro, lo que lleva el aire frío más al sur de lo habitual. 

Los investigadores utilizaron aprendizaje automático y analizaron los eventos de vórtice estirado para demostrar su vínculo con el cambio climático: los cambios de temperatura de la superficie identificados en el Ártico son similares a los asociados con el derretimiento del hielo marino y el aumento de la capa de nieve siberiana. 

Línea temporal que muestra el camino desde el cambio climático del Ártico hasta las bajas temperaturas en América del Norte.
Línea temporal que muestra el camino desde el cambio climático del Ártico hasta las bajas temperaturas en América del Norte.

Mathew Barlow/Universidad de Massachusetts

Empleando un modelo computarizado de la atmósfera para establecer la causa y el efecto, descubrieron que este reproducía la secuencia de eventos observada.

El equipo anota que los grandes cambios en el Ártico no son solo una preocupación local, también tienen impactos de gran alcance en América del Norte y partes de Asia. Aunque la gran amenaza viene en forma de calor, el frío también seguirá estando detrás de eventos climatológicos extremos y graves.

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