El calor excesivo en el interior de un vehículo puede ser mortal para un niño o una mascota, según un reciente estudio

El calor, el sudor, las prisas, el llanto del niño. Llegas tarde. Encuentras aparcamiento después de muchas vueltas, y todo para una gestión que debería ser rápida. Parece que no hay sombras para estar de pie con el niño. Bajas con la confianza de que será un momento y no te das cuenta de dejar encendida la climatización. En plena ola de calor esto puede derivar en un golpe de calor para el bebé. O en su defecto, para tu mascota. 

Entre las 14 y las 17 horas, con una temperatura exterior media de 21 a 24 grados, un coche puede alcanzar en una hora una temperatura interior de 41 grados, según un estudio sobre cómo afecta el golpe de calor en el interior de un vehículo de Rivekids y la Sociedad Española de Atención al Paciente Crítico (SEAPC).

Si bien el estudio remarca que la mayoría de los coches cuenta con sistemas de climatización, apunta como momentos críticos cuando los padres dejan momentáneamente a los niños o las mascotas en el vehículo para evitar que esperen en la calle. Esa decisión, si se alarga en el tiempo, puede generar mayor peligro de golpe de calor para el menor, según la empresa vallisoletana de componentes de seguridad infantil.

"Si vas en el interior de un vehículo sin climatización y en el exterior hace mucho calor, alguno de los ocupantes puede sufrir lo que conocemos como un golpe de calor. 

Una de las formas en las que se empieza a notar es sentir más calor, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, sequedad o algo de desorientación”, señala José Lagunar en la nota informativa.

Estas consecuencias, remarcan, son extensibles también para personas mayores, otro de los grupos de riesgo, y las mascotas, sobre todo las razas braquicéfalas como los Bulldogs y Pugs ingleses y franceses, que suelen ser las grandes olvidadas y que también sufren el calor y pueden padecer golpes de calor. 

El estudio, que fue realizado entre julio de 2020 y junio de 2021, en Zaragoza, Valladolid y Madrid, demuestra que incluso unos minutos pueden generar un peligro fácilmente evitable si se siguen las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría: extremar la vigilancia de los niños pequeños, especialmente los menores de un año y nunca dejar a un niño solo en un vehículo estacionado y cerrado sin ningún tipo de ventilación.