El cambio de contratos temporales a indefinidos aumenta el consumo en 3.000 millones, según el Banco de España

Hay una gran diferencia entre la estabilidad de un contrato fijo y la incertidumbre de uno temporal. En dinero contante y sonante, esa diferencia se traduce en 3.000 millones de euros.

La conversión de contratos temporales en indefinidos que ha venido de la mano de la reforma laboral se ha traducido en un aumento del consumo. Según estimaciones del Banco de España, el gasto de las familias ha aumentado entre 2.000 y 3.000 millones de euros gracias a ese cambio.

Los empleados con contrato fijo dedican de media un 81% de sus ingresos al consumo, frente al 72% que dedican los trabajadores con contrato temporal, calcula el Banco de España. Pero cuando un empleado temporal pasa a ser indefinido, entonces empieza a gastar aproximadamente un 20% más que antes, durante los 2 meses siguientes a la conversión del contrato.

El informe del Banco de España también señala que, desde la aprobación de la reforma laboral, la tasa de temporalidad se ha reducido de forma muy intensa, aproximándose a la media europea. En concreto, la ratio de temporalidad se ha reducido en 13,5 puntos porcentuales con respecto a la observada en noviembre de 2021.

Sin embargo, un 25% de esa reducción de la temporalidad se debe a un aumento de contratos fijos discontinuos. Para este tipo de contrato, el Banco de España señala que la tasa de baja ha aumentado en los últimos meses y se ha aproximado a la tasa de baja de los contratos temporales.

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Este análisis no supone una valoración de la reciente reforma laboral, según ha insistido el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, durante la presentación del Informe Trimestral de proyecciones macroeconómicas.

Así, ha enfatizado que se deberá realizar un estudio sobre la reciente reforma, en vigor desde enero de este año, en múltiples dimensiones y exigirá disponer de más información para identificar adecuadamente relaciones causales.

No habrá recesión en 2023, pero sí un crecimiento débil

El Banco de España también ha revisado hoy sus previsiones de crecimiento para la economía española. El PIB crecerá en 2022 un 4,6%, una décima más de lo esperado, gracias al  comportamiento de la economía en el segundo trimestre. 

En cambio, en 2023 el organismo avisa de una "considerable debilidad". El PIB crecerá un 1,3%, una décima menos. "Para el primer trimestre de 2023 se espera que las dinámicas de la actividad económica española sigan caracterizadas por una considerable debilidad". 

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En parte, porque la inflación continuará presionando al alza, el Banco Central Europeo seguirá endureciendo las condiciones financieras y la actividad económica global continuará siendo débil.

A pesar de eso, y a diferencia de otros países, la economía española no entrará en recesión. En parte gracias a las medidas desplegadas por las autoridades para hacer frente a la crisis energética y a la llegada de los fondos europeos.