Por qué el cambio de hora de otoño es menos peligroso para tu salud que el de primavera

Cambio de hora

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  • En el cambio de hora de otoño los relojes se atrasan una hora. En la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de octubre a las 3:00, las manecillas se giran y vuelven a ser las 2:00. 
  • Durante los días siguientes al organismo le cuesta adaptarse, pero aun así el salto es menos peligroso para la salud que el cambio al horario de primavera.
  • Estas son las principales consecuencias para la salud y la forma de minimizar el impacto del cambio de hora.
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En la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de octubre, los relojes se atrasan una hora para pasar al horario de invierno, y los días se vuelven más cortos y oscuros: es tiempo de lluvia y de frío, de calefacción y de manta. Este fin de semana dormimos una hora de regalo, pero no todo es coser y cantar. 

Durante los primeros días al organismo le cuesta procesar el cambio y puede haber problemas de sueño o apetito. Sin embargo, el cambio de hora de otoño es menos peligroso que el de primavera. ¿Quieres saber por qué?

El paso al horario de invierno provoca pequeños desajustes pero no grandes trastornos en el organismo. 

Puede haber peor rendimiento físico e intelectual, alteraciones del sueño o fluctuaciones en el estado anímico. El engranaje que interviene en ellas el hipotálamo, la parte del cerebro encargada de regular el reloj biológico y los ritmos circadianos

En general, el organismo tarda en acostumbrarse alrededor de 3 días al cambio de hora.

Horario de primavera: más fatiga, accidentes y riesgo de infarto

La somnolencia al volante tras el cambio de hora de primavera puede resultar peligrosa.
La somnolencia al volante tras el cambio de hora de primavera puede resultar peligrosa.

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En el cambio de hora de otoño se gana una hora, mientras que en el de primavera se pierde. Esta "hora perdida" puede propiciar fatiga, cansancio, mal humor y somnolencia en el trabajo. De hecho, el desfase horario provoca más accidentes laborales y de tráfico. 

SegúnHealthline, los datos revelan que en Estados Unidos, los accidentes mortales los días siguientes al cambio al horario de verano se incrementan un 6%. 

Además, se producen más problemas de salud después de que las manecillas de los relojes se adelanten una hora en marzo: una investigaciónde la Sociedad de Investigación del Sueño encontró un aumento del 18% en los eventos médicos adversos relacionados con el error humano en la semana posterior al cambio al horario de verano.

El corazón también tiembla ante la llegada del nuevo horario de verano: un estudio llevado a cabo en Finlandia revela que el riesgo de sufrir un infarto repentino causado por un coágulo que bloquea el flujo de sangre al cerebro se incrementa en un 8%. 

El peligro es más elevado entre la gente que sufre cáncer (un 25% más), y también en los mayores de 65 años, quienes tienen un 20% más de probabilidad de sufrir un infarto tras el cambio de hora. El riesgo de eventos cardiovasculares no dura más allá de 2 días tras el cambio de hora. 

El cambio de hora de primavera también perjudica al sueño: según datos de la Sleep Foundation, si los ritmos circadianos no están alineados con los ciclos naturales de luz y oscuridad el descanso puede verse perjudicado. Además, algunas personas también experimentan síntomas de insomnio debido a los cambios de horario.

Apuntes para una mejor transición al horario de invierno

Cambio de hora de otoño

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Para una transición saludable al horario de invierno los especialistas recomiendan atrasar el momento de irse a la cama y levantarse antes, evitar sustancias como el alcohol y la cafeína y huir del uso de pantallas antes de dormir para no inhibir la segregación de melatonina ni sobreexcitar el sistema nervioso.

También es aconsejable el consumo de alimentos que te aporten energía y reduzcan la fatiga, como los frutos secos, los granos integrales, las patatas, los plátanos o las semillas. 

Otros alimentos para combatir la ansiedad son los ricos en vitamina D, omega-3 y triptófano. Destacan los huevos, pescados grasos o chocolate negro. Entre las bebidas, se recomiendan el té verde o la leche dorada, rica en cúrcuma. 

Hacer ejercicio regular, practicar meditación y pasear al aire libre es especialmente recomendable entre quienes padecen trastorno depresivo estacional, un tipo de depresión que comienza a finales de otoño y principios del invierno y desaparece durante la primavera y el verano. 

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