Canarias es el epicentro de la vigilancia contra asteroides que podrían causar catástrofes en la Tierra

Alberto Iglesias Fraga
Gran Telescopio de Canarias
  • El Gran Telescopio Canarias es una de las herramientas clave en la vigilancia de los asteroides potencialmente peligrosos para la vida en la Tierra.
  • Este dispositivo ha monitorizado recientemente un asteroide de entre 20 y 40 metros de diámetro, pudiendo determinar con toda precisión que el 26 de febrero de 2082 este objeto pasará entre la Tierra y la Luna, a una distancia aproximada de 165.000 km.
  • Para ello se emplea un gigantesco espejo primario compuesto por 36 piezas hexagonales que, unidas, tienen una superficie colectora de 75,7 metros cuadrados.

A pesar de las infinitas y remotas distancias que nos separan de lo más profundo del cosmos, gran parte de su exploración se produce muy cerca de nosotros. Concretamente, en el Gran Telescopio Canarias, ubicado al borde del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, a 2.396 metros de altitud, en el término municipal de Garafía (La Palma).

Este gigantesco edificio cuenta con un espejo primario compuesto por 36 piezas hexagonales que, unidas, tienen una superficie colectora de 75,7 metros cuadrados. Aparte del espejo primario, se utilizan un espejo secundario y un tercer espejo para enviar la luz a los focos donde se ubican los instrumentos científicos.

Y allí es donde se vigilan, por ejemplo, los asteroides potencialmente peligrosos para la vida en la Tierra. Tal es el caso del 2019 DS1, examinado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Agencia Espacial Europea (ESA).

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El 2019 DS1 fue descubierto el 28 de febrero de 2019 por el programa de búsqueda Catalina Sky Survey cuando estaba aproximadamente a 1.000.000 km de la Tierra y desde entonces se fue alejando rápidamente de nuestro planeta.

El Gran Telescopio Canarias lo observó a más de 50.000.000 de km y, gracias a los datos obtenidos, se ha podido prever que el 26 de febrero de 2082 el asteroide pasará entre la Tierra y la Luna, a una distancia aproximada de 165.000 km.

"El seguimiento de estos asteroides es de fundamental importancia para el programa de Defensa Planetaria", señala Julia de León, Investigadora Principal del grupo del Sistema Solar del IAC. "La determinación temprana de un posible impacto permitiría tomar las medidas necesarias para evitarlo o minimizar sus efectos".

No en vano, y siguiendo con el ejemplo del 2019 DS1. este asteroide tiene entre 20 y 40 metros de diámetro y, en caso de impactar con la Tierra podría generar una catástrofe similar a la que generó el objeto que impactó en Tunguska en 1908.

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