La encrucijada logística del juguete: una industria con buena salud y una fuerte dependencia de China, que ensombrecerá su crecimiento esta Navidad

En imagen, una fábrica de juguetes en Xingtai, al sur de la provincia de Hebei (China).
En imagen, una fábrica de juguetes en Xingtai, al sur de la provincia de Hebei (China).

Reuters

  • El mercado nacional del juguete alcanzó en 2020, pese la pandemia, una facturación de 1.558 millones de euros, un 5,8% menos que el año anterior. 
  • Es un sector resistente pero vulnerable por su estacionalidad y su elevada dependencia de China.
  • La crisis logística mundial, que tiene su epicentro en el país asiático, anticipa un paisaje sombrío que se dejará notar en 2022. 
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"La previsión del sector es de crecimiento y esa es la pena", arranca José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). 

La contradicción de la frase se explica en que la demanda existe y es sólida, pero la tensión en la cadena de suministro mundial, y el consiguiente sobrecoste en la producción, anticipan un paisaje sombrío en las próximas semanas.

"Se venderán más juguetes: la expectativa es de crecimiento en unidades, pero el problema vendrá por el incremento de costes y porque estos no se trasladarán a las tarifas y al consumidor", explica Pastor.

En este escenario, el portavoz de la asociación —que aglutina a grandes actores del sector como Bizak, Lego, Mattel o Playmobil— señala que, en la mayoría de los casos, son las empresas las que están absorbiendo estos sobrecostes. 

La relevancia del sector en España agudiza el problema: de acuerdo con el último anuario de la AEFJ, la facturación alcanzó en 2020 los 1.558 millones de euros, solo un 5,4% menos que el año anterior. El impacto de la pandemia fue menor que en otras industrias y el juguete demostró su solidez en plena crisis económica y sanitaria.

En el censo de fabricantes aparecen 243 empresas, que emplean directamente a más de 4.800 personas y a otras 20.000 de forma indirecta, según se desprende del mismo informe.

Los polos industriales están en la Comunidad Valenciana y Madrid, con 36 y 90 centros, respectivamente. Pero, en esta ecuación, también aparece China, llave de las importaciones del juguete español y que atreviesa una crisis logística sin precedentes.

¿Cúal es el germen del problema?

El problema, en términos generales, reside en que la demanda contenida ha aflorado con la producción a medio gas y tratando de recomponerse tras el impacto del COVID-19.

A raíz de los brotes ocasionados por el coronavirus, las terminales portuarias chinas quedaron inactivas. A esto hay que sumarle que el país es el primer productor mundial de contenedores y copa el 90% de la capacidad global.

"En el sector de la juguetería, China es un país clave", apunta el experto en retail, Jorge Mas, quien añade que la demanda de contenedores está al límite. "Todo ello ha desencadenado un alza de tarifas que actualmente no estamos notando como se debería", añade.

La crisis energética en China ya pasa factura a Inditex, Mango y Tendam: los expertos anticipan una subida de precios y márgenes reducidos a las puertas de Navidad

"Se calcula que el total de contenedores en circulación ronda los 45 millones. Habitualmente, necesitaban de media 90 días para completar las rutas y, ahora, la cifra se sitúa en 180 días. Hay un déficit del doble de contenedores", agrega Beatriz Irún, profesora especializada en el mercado chino de la escuela de negocios ESIC.

Con una capacidad de producción cercana a los 5 millones de contenedores, se necesitarían 9 años para conseguir el equilibrio necesario, sin tener en cuenta una cuestión capital: la preocupación por el impacto ambiental.

Como resultado, los puertos asumen retrasos de hasta 10 semanas y el flete marítimo se ha encarecido hasta un 500%. El impacto en las materias también es evidente, con subidas del 90% en el cartón y el 40% en el acero, piezas claves en el sector juguetero.

La idiosincracia del sector: estacionalidad y financiación

Tienda de juguetes

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Pastor considera que, por su carácter estacional, el impacto en el sector del juguete se dejará notar en la primera mitad de 2022. 

Este vaticinio también lo comparte Irún. La experta explica, que aunque los datos invitan a ser más optimistas de cara a 2022, la industria del juguete, por sus particularidades, va a sufrir este impacto en mayor medida que otros sectores.

El sector comienza a trabajar en su hoja de ruta para la campaña de Navidad a un año vista. Después, en los primeros meses del año, se realizan los conocidos como pre-show —grandes ferias donde se presentan los productos y que sirven como pistoletazo de salida a la temporada—.

Irún explica que, con el 80% de las ventas concentradas en el último tramo del año, las empresas importadoras y distribuidoras de juguetes deben de calcular bien el momento de la llegada de stock.

Asimismo, la experta puntualiza que, si se recurre a la fabricación en China, hay que anticipar el pago, puesto que solo producen a demanda y, si no cobran por adelantado, no cursan las órdenes de compra. 

"Una vez recibidos los juguetes, las empresas importadoras los distribuyen a los puntos de venta financiándoles de media unos 3 meses, aunque se compite con multinacionales que, incluso, ofrecen no pagar las facturas hasta pasado un año", apunta Irún.

Esto supone que, si las empresas ya de por sí deben tener una fuerte capacidad de financiación, ahora el esfuerzo debe ser mayor por la incertidumbre en precios y las rutas logísticas. "Antes, los plazos logísticos se podían calcular en menos de 2 meses, ahora hace falta dilatarlos hasta 5", añade.

Ante este complejo entramado, uno de los grandes actores del sector, Mattel, que ganó 722 millones de euros en el tercer trimestre del año tras registrar unas ventas de 1.566 millones, afirma haber sorteado el impacto.

Fernando Marco, director general para España del fabricante de la icónica muñeca Barbie, explica que desde la compañía anticiparon la escasez de suministros y el aumento de los plazos de entrega. Para ello, activaron un plan que incluía la adquisición de materias primas o la deslocalización de la producción.

Desde el grupo danés de juguetes Lego explican que también se han apoyado en su red de fábricas, distribuidas por todo el mundo, para amortiguar el impacto

No obstante, la empresa conocida por sus bloques de construcción no niega que lo dinámico de la situación la hace compleja: "Estamos trabajando muy duro para minimizar cualquier interrupción, tomando medidas rápidas para responder a cualquier problema que surja y supervisando la situación muy de cerca".

La dependencia de China: la cara y la cruz del juguete

En imagen, fábrica de juguetes en la ciudad china de Jiujiang, en China.
En imagen, fábrica de juguetes en la ciudad china de Jiujiang, en China.

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Hablar de China es hacerlo de la fábrica del mundo. También de la del juguete. De los 1.228 millones de euros registrados en importaciones para España, 726 millones provenían del país asiático, según se desprende de los últimos datos de la AEFJ. 

Sin embargo, lo que en años previos a la pandemia suponía su mayor ventaja competitiva es ahora su condena: son cadenas suministro muy eficientes en costes pero que, como contrapartida, asumen largos ciclos de suministro y de transporte, mayoritariamente marítimos. 

En paralelo, el hecho de concentrar buena parte de la producción en este mercado provoca que la capacidad de reacción ante cualquier disrupción quede mermada. De hecho, Asia aglutina el grueso de las importaciones del juguete español, con un 63,33% del total. 

Desde la asociación explican que, de cara a esta campaña, China sufrirá pero seguirá dominando. Hasta agosto, precisan, ha crecido un 11%: "En unidades gestionadas, el crecimiento no será tanto, pero la subida de precio será determinante para el alza".

¿Es posible restar peso a China? Pastor lo explica así: “Si fue posible deslocalizarse, debería ser posible relocalizarse”. Sin embargo, lo hace con poca convicción porque, pese a que existe la voluntad dentro la de industria, la idiosincrasia del sector complica todo movimiento. 

"Tendemos a pesar que el juguete es sencillo, pero no lo es", reflexiona. El presidente de la asociación precisa, por su parte, que al lado de una fábrica hay al menos 30 empresas auxiliares y cualquier cambio de estrategia implica tenerlas en cuenta. 

La complejidad de desacoplar toda una industria ha hecho que otras alternativas al transporte marítimo se pongan sobre la mesa. Es el caso de la línea ferroviaria que conecta Yiwu, Pekín y Madrid, inaugurada hace solo unos años.

Irún valora lo positivo de la iniciativa, pero admite que todavía está lejos de ayudar a descargar otras vías logísticas existentes: "El principal problema para España es que, al ser el último país de la ruta, su capacidad de carga es limitada. En cuanto a los costes, son iguales o superiores a los marítimos". 

Volver a los niveles previos a la pandemia, el objetivo

El consumo del juguete en el mercado nacional cayó un 7% durante el año pandemia, hasta situarse en los 1.100 millones de euros, como refleja el informe anual de la asociación.

Hasta octubre, el sector se había recuperado un 4%, cerca de los niveles previos a la pandemia. Pero, pese a esta discreta recuperación, Pastor reconoce que el mercado doméstico está lejos de los 2 dígitos que presentan otros países, como el 30% que se espera para Estados Unidos. 

Con todo, el vaticinio que hace la asociación es cerrar el año con un nivel cercano a 2019, cuando consumo alcanzó los 1.171 millones, el mayor pico desde que la asociación recoge datos. 

En volver a este nivel ayudará el motor que suponen las exportaciones a Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido. Hasta agosto, esta vía de negocio había crecido un 19,5% frente a lo anotado en 2020, cuando se alcanzaron los 673 millones de euros. 

Esta visión alentadora también la comparten desde Lego: "Somos optimistas, y lo somos apoyándonos en los resultados obtenidos a nivel global durante el primer semestre, en el que nuestras ventas al consumidor crecen a doble dígito, superando los datos de la industria juguetera".

El grupo danés de juguetes ganó 847 millones de euros en la primera mitad de un año, un 140% más que en el mismo periodo de 2020. Las ventas al consumidor avanzaron un 36%, según comunicó la  empresa.

Con todo ello, el deseo del sector es que el problema sea coyuntural y que la ansiada recuperación se haga notar en la ya inminente campaña de Navidad. 

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