Las trampas del Banco de España que aparecen en La Casa de Papel son reales, pero no las únicas: así se protegen las cámaras acorazadas más impenetrables del mundo

El Profesor, La Casa de Papel
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  • La Casa de Papel narra, en su tercera temporada, cómo una banda de atracadores intentan hacerse con la reserva de oro del Banco de España.
  • La serie detalla algunas de las conocidas trampas que hay en la cámara acorazada de dicha entidad, como que se inunda.
  • No es ficción: en la realidad se contempla un sistema de inundación en un foso que rodea a la cámara, ubicada a más de 30 metros de profundidad.
  • El Banco de España no es el único con trampas, este es el ranking de las cámaras más fortificadas en el mundo: Bélgica, Suiza, Inglaterra o los Estados Unidos, en el top.
  • Unos investigadores detallaron qué se puede aprender para la seguridad nacional tras el análisis de 23 grandes atracos.
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La tercera temporada de La Casa de Papel narra el intento de la banda del Profesor por hacerse con el oro de la reserva nacional del Banco de España. Todavía habrá que esperar a la cuarta —y quizá quinta— temporada de la serie para conocer el desenlace.

En esta ocasión, la serie, que estrenó su tercera parte el pasado mes de julio, detalla algunas de las trampas que esconde la cámara acorazada del Banco de España. Y para sorpresa de muchos de sus seguidores, muchas de estas medidas antirrobo son reales.

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Evidentemente, hay diferencias insalvables entre la realidad y la ficción. Lo que sí es seguro es que el banco español no es el único en el mundo que esconde este tipo de trampas para quienes se atrevan a llevarse por la fuerza lo que no es suyo.

Desde la base militar de Fort Knox, donde el gobierno de los Estados Unidos esconde la mayor parte de sus reservas en onzas de oro y dólares, hasta las singularidades de la cámara del Banco de Inglaterra o las nuevas cámaras acorazadas en los alpes suizos.

Estas son las cámaras acorazadas más impenetrables del mundo.

Las trampas del Banco de España son reales: estas son las diferencias con respecto a las que aparecen en La Casa de Papel

Sede central del Banco de España en la plaza de Cibeles en Madrid
Sede central del Banco de España en la plaza de Cibeles en Madrid

En la aclamada serie de Netflix, los atracadores tienen que idear un sistema para entrar en la cámara acorazada donde se esconde el oro de la reserva nacional. El problema es que si se detecta un intruso, la cámara se inunda gracias a un sistema de canalización que desvía el curso de dos arroyos subterráneos cercanos.

Hay variación con respecto a la realidad, pero sí: el agua tiene mucho que ver en la defensa de la cámara acorazada española,explicaba Verne en un artículo reciente.

El mismo arroyo subterráneo que surte a la cercana fuente de la Cibeles es el que inunda un foso con puente levadizo que se sitúa tras la última puerta blindada —de 20 toneladas— a 35 metros bajo el suelo.

El agua proviene del arroyo de Oropesa, también conocido como el Canal de las Pascualas, y en cuestión de segundos puede evitar el acceso a la cámara, para la que es necesario cruzar dos puertas blindadas si se quiere acceder la misma. La primera de ambas está en la superficie.

Afortunadamente, el Banco de España nunca ha visto cómo se inundaba el foso que rodea la cámara, aunque en ficción sí hemos podido comprobar cómo los atracadores tenían que sumergirse con un equipo de buceo para comenzar a extraer los lingotes de oro.

Suiza reutiliza los búnkeres excavados en la montaña como cámaras protegidas con alta tecnología

Lingotes de oro y francos suizos.
Lingotes de oro y francos suizos.

Tras el estallido de la crisis financiera en 2008 muchos decidieron apostar por conservar oro en cámaras acorazadas en lugar de contar con sus depósitos en una cuenta bancaria corriente. Así, unas antiguas instalaciones militares excavadas en las montañas de los Alpes han sufrido una gran transformación.

Podría ser, según Bloomberg, uno de los mayores depósitos de oro de todo el mundo. La cámara es un gran búnker para el que acceder hay que superar a un guardia de seguridad que ya cuenta con chaleco antibalas. Una discreta puerta de metal impide entrar.

Una vez dentro, hay un gran pasillo que desemboca en una puerta de varias toneladas de peso, blindada.

Reconocimientos de voz, lectura del iris, contraseña y llave son algunas de las medidas que la empresa, que prefiere no dar ni su nombre ni su ubicación a Bloomberg para evitar curiosos —y ladrones— impone a sus clientes.

Y es que quizá la mejor medida de seguridad para evitar un asalto sea precisamente esa, la discreción.

El pavimento de Londres esconde 250.000 millones de dólares en lingotes de oro, pero nadie sabe dónde ni cómo se protege

Un hombre pasa por la fachada del Banco de Inglaterra.
Un hombre pasa por la fachada del Banco de Inglaterra.

Hay 248.000 millones de dólares en el subsuelo de Londres. Es tanto peso —6.256 toneladas— que para evitar que el suelo se hunda, han convertido la cámara en la que se conserva el Tesoro del Reino Unido y el oro de otros tantos países en toda una mina de más de 30.000 metros cuadrados.

Lo explica la BBC, que detalla cómo en las instalaciones donde se conservan en palés los lingotes de oro no hay ni un ruido ni un solo olor. Evidentemente: el metal no desprende olores.

Esta cámara se ubica en Londres precisamente porque es uno de los principales mercados de este metal precioso a nivel internacional. De ahí que muchos terceros estados y actores económicos quieran guardar sus lingotes.

Las recámaras actuales fueron construidas a finales de los 30 y son tan seguras que fueron utilizadas como refugios antiaéreos durante la Segunda Guerra Mundial para los trabajadores del Banco.

Sin embargo, hay una larga tradición en medidas de seguridad que hacen del Banco de Inglaterra uno de los más impenetrables del mundo.

En 1863 los responsables del Banco de por aquel entonces recibieron una carta anónima que los invitaba a reunirse a medianoche en la cámara acorazada con el autor de la misiva.

Las autoridades se trasladaron a la hora pactada y de repente, del suelo, vieron cómo aparecía una cabeza.

Resultó ser un trabajador del alcantarillado que tenía la certeza de que una de las cloacas londinenses circulaba cerca de la cámara. Gracias al hallazgo, el Banco pudo mejorar su protección. Se recompensó al autor de la carta con 800 libras —un dineral para la época, cuenta The Spectator—.

De la cámara actual se desconoce su ubicación precisa, y para abrir sus exageradas compuertas son necesarias tres llaves de 90 centímetros. Pero probablemente, lo que le hace más impenetrable es lo poco que se conocen sus medidas de seguridad.

El subsuelo de Manhattan está lleno de lingotes de oro, y excavar no sirve de nada: los protege la roca madre de la isla

El edificio de la Reserva Federal del Banco de Nueva York.
El edificio de la Reserva Federal del Banco de Nueva York.

Uno de los muchos problemas que provoca el abastecimiento del oro es que su densidad es tal, que si concentras muchos lingotes su peso es demasiado para cualquier infraestructura. Esto no ocurre en el subsuelo del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

¿Por qué? Según explica su propia página web, la cámara acorazada de la Reserva Federal de Nueva York descansa sobre la roca madre de la Isla de Manhattan, con lo que es lógico pensar que en sus bóvedas descansen, según sus estimaciones, más de 497.000 lingotes de oro que suponen un peso de 6.190 toneladas.

La Reserva Federal de Nueva York no posee ninguno de estos lingotes: pertenecen a EEUU o a otros estados del mundo, así como a organizaciones públicas o privadas internacionales. Y quien quiera que guarde su oro en esta cámara, podrá estar tranquilo.

Nadie conoce la combinación al completo para abrirla. Siempre que se va a mover oro, se exige que estén presente hasta tres equipos distintos. Además, está protegida por una puerta de varias toneladas y de una profundidad de varios metros —en realidad, se trata de un gran cilindro— que sella herméticamente la cámara.

Esto provoca que si alguien se queda atrapado dentro de la cámara —cosa que al parecer nunca ha ocurrido— solo pueda contar con aire para respirar y sobrevivir unos pocos días.

Además, al cerrar su compuerta se introducen cuatro llaves que mediante un sistema de relojería impide que se vuelva a abrir hasta el siguiente día hábil.

Por supuesto, y al estar la cámara justo encima de la roca madre de Manhattan, quien quiera intentar acceder a la misma desde alguna estación de metro cercana necesitará de buen material. Al menos, una tuneladora con punta de diamante.

Evidentemente, las vibraciones por romper la roca alertarán al personal de seguridad.

El ejército de los EEUU defiende la reserva de oro de Fort Knox, la más impenetrable del mundo

Acceso al centro de armamento del Ejército de los EEUU en Fort Knox, Kentucky.

Situada en el estado de Kentucky, Fort Knox guarda cerca de 150 millones de onzas troy de este metal preciososegún el último informe de la Oficina del Servicio Fiscal de los Estados Unidos. Esta base militar reúne gran parte del tesoro americano, y no solo el de los Estados Unidos: muchos países de todo el mundo fían sus depósitos para que los custodie EEUU.

No es para menos: si quieres asaltar Fort Knox más vale que lo hagas bien armado, porque el único que lo ha intentado hasta la fecha ha sido la némesis del espía más famoso de todos los tiempos, 007. Sí, Goldfinger.

Por supuesto, los empleados de Fort Knox ni confirman ni desmienten ninguna de las medidas antirrobo que se contemplan en el recinto. Sin embargo, Business Insider publicó hace años algunos de los detalles de la base militar.

Puertas blindadas de 20 toneladas, un batallón de policía fuera del perímetro, rejas electrificadas, radares, campos de minas, torretas, e incluso ametralladoras guiadas por laser, además de los 30.000 soldados que defienden este fuerte lo convierten en uno de los más impenetrables del mundo.

Algo podemos aprender de los grandes atracos: esta investigación revela cómo mejorar la seguridad tras 23 grandes robos

El Profesor en La Casa de Papel.

Los grandes atracos pueden ser útiles, después de todo. Ningún país ni corporación quiere ver comprometido su tesoro o sus reservas de oro, pero lo cierto es que solo de la experiencia ayudan a mejorar las labores de prevención.

Bajo esta premisa cuatro investigadores de los Sandia National Laboratories, en Livermore, California; y de la Academia Naval de los Estados Unidos, en Maryland; estudiaron concienzudamente 23 importantes atracos de calado mundial.

El famoso “atraco del siglo”, un robo de diamantes de Amberes, en Bélgica, se saldó con la pérdida de 100 millones de dólares en joyas y metales preciosos. Fue un atraco que tuvo lugar en 2003 y que perpetró una banda que fue conocida como La Escuela de Turín, y que dirigió Leonardo Notabartolo, quien fue condenado a 10 años de cárcel y ya disfruta de su libertad condicional.

Notarbatolo alquiló una oficina dos años y medio antes del asalto. El local era cercano al Centro Mundial de Diamantes de Amberes y lo utilizó para ganarse la confianza de su plantel. La banda logró burlar un sinfín de medidas de seguridad.

Junto al atraco al Centro de Diamantes de Amberes, el estudio se detiene también en el atraco al Museo Gardner de Boston, que en 1990 supuso la pérdida de 440 millones de dólares en arte; o el robo a los diamantes del Hotel Carlton, que supuso la pérdida también de 69 millones de dólares en joyas mientras los asaltantes amenazaban al personal y a los clientes con una ametralladora.

Lo que el estudio concluye es que el perfil medio de este tipo de atraco lo ejecutan hombres de 30 años aproximadamente que son capaces de burlar medidas convencionales de seguridad, como cerraduras, cámaras y guardias desarmados.

Dos de cada tres atracos, además, se llevan a cabo porque cuentan con la colaboración de personal del lugar a robar, y que las estrategias más eficaces son controlar las cámaras y amenazar a la gente, según recoge Popular Mechanics.

Lo que deja claro el estudio, que puedes consultar aquí, es que los humanos somos el eslabón débil a la hora de cometer un crimen de este calibre.

Algo que El Profesor, en La Casa de Papel, sabe perfectamente.

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