El caso de Scarlett Johansson con OpenAI revela un problema de la cultura del "pide perdón, no permiso"

La actriz Scarlett Johansson está muy enfadada con OpenAI.
La actriz Scarlett Johansson está muy enfadada con OpenAI.

 Evan Agostini/Invision/AP; Alyssa Powell/BI

Hasan Chowdhury,

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  • La estrategia a largo plazo de OpenAI puede estar en problemas.
  • El desarrollador de ChatGPT se enfrenta a acusaciones de que ha usado material de artistas para entrenar su IA sin permiso.
  • Su reciente enfrentamiento con la actriz Scarlett Johansson puede llevar más lejos esas críticas.

Los grandes críticos de OpenAI llevan tiempo manteniendo que la cultura del "pide perdón, no permiso" con la que Sam Altman ha construido exitosamente su empresa puede acabar pasándole factura.

Y puede que tengan razón.

El desarrollador de ChatGTP se vio envuelto esta semana en una polémica después de que Scarlett Johansson cargara contra la empresa después de que esta introdujera una nueva función de voz para su popular chatbot. Para Johansson, era evidente que una de las voces sonaba demasiado parecida a la suya, con la que interpretó una asistente IA en la película de 2013 Her.

"Cuando escuché la demo me quedé en shock, me enfadé y me pareció increíble que el señor Altman introdujera una voz que sonara tan extrañamente parecida a la mía", declaró Johansson en un comunicado que vio la luz en la emisora pública estadounidense, la NPR.

De hecho, la estrella de Hollywood tiene motivos para cabrearse.

Johansson explicó en su declaración que ya había rechazado una oferta de OpenAI en septiembre del año pasado para prestar su voz a la IA. A pesar de ello, se vio aludida en el anuncio de la semana pasada de la compañía, cuando desveló una funcionalidad de asistente por audio con una voz muy similar a la suya llamada Sky.

Por si fuera poco, Altman, el CEO de OpenAI, remató. Publicó un tuit durante la presentación. Escribió "her", en referencia a la película que coprotagonizó Johansson con su voz. En el filme, Theodore, interpretado por Joaquin Phoenix, mantiene una relación con una asistente IA personal, a la que le presta su voz la propia actriz.

OpenAI ha reaccionado a las críticas desactivando la voz Sky por completo. También ha publicado un comunicado en el que asegura que Sky "nunca pretendió parecerse a la voz de Johansson". Dicho esto, todo el caso revela que la compañía se enfrenta a un problema mucho más profundo.

La empresa de San Francisco, actual corazón de todo el entusiasmo por la IA generativa en todo el mundo, se enfrenta en múltiples frentes a un creciente número de críticas que exponen que ha entrenado sus modelos con propiedad intelectual de autores, editores y artistas sin su permiso explícito.

Aunque OpenAI sí pidió permiso a Johansson en esta ocasión, ha acabado creando una voz IA que para muchos sonaba casi igual que ella, cuando la actriz declinó amablemente involucrarse en el proyecto.

A otros, sin embargo, no se les ha pedido ningún tipo de permiso.

Sora, su nuevo modelo generador de vídeos presentado por OpenAI el pasado mes de febrero, podría haber estado usando vídeos de YouTube para entrenarse. En una entrevista con The Verge publicada esta semana, el CEO de la multinacional del buscador, propietaria de la plataforma de vídeos, ha reconocido que cree que OpenAI ha incumplido los términos y condiciones de YouTube.

Sam Altman, en la cuerda floja: el caos se apodera de OpenAI tras la llegada de GPT-4o

Ni Johansson ni Sundar Pichai, CEO de Google, han interpuesto denuncias contra OpenAI. Pero la estrategia del "pide perdón, no permiso" está empezando a llegar a latitudes en las que pueden acabar en un gran susto para Altman y los suyos.

Ya hay escritores que están disputando una tensa batalla judicial a través de un sindicato, al entender que muchos libros escritos por sus afiliados han sido utilizados sin permiso para entrenar el antiguo modelo de texto de OpenAI, GPT.

The New York Times también está presentando otra batalla legal, al entender que las respuestas que ChatGPT se parecen a menudo a textos extraídos de sus informaciones, síntoma para el prestigioso medio de comunicación de que OpenAi estaría dándose una vueltecita gratis por el sector de la prensa.

Los problemas legales de OpenAI podrían llegar a ser incluso mayores en la industria musical. Sony Music, que trabaja con artistas de la talla de Beyoncé, envió una carta a OpenAI y a otras empresas la semana pasada en la que advertía que utilizar a sus artistas para entrenar modelos IA es un uso "no autorizado".

Con la IA ya desatada por todo el mundo, es complicado predecir qué camino se adoptará. En los últimos meses, OpenAI se ha apresurado a firmar acuerdos de licencia con Reddit o con medios de comunicación como el Financial Times o Business Insider.

Pero muchos creadores que sospechan que se ha utilizado su trabajo para entrenar su modelo se harán una pregunta muy razonable: por qué a ellos no se les ofreció nada en primer lugar.

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Etiquetas: Trending, Inteligencia artificial, Música, OpenAI