Cerrar todas las nucleares y térmicas de carbón en 2025 costaría solo 186 millones

Andrea Núñez-Torrón Stock,
Planta de energía nuclear

El documento publicado por Greenpeace y titulado “Único sentido: 2025 sin carbón ni energía nuclear” y realizado por el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Comillas de Madrid. es muy claro en torno a sus principales conclusiones: es plenamente viable sustituir la potencia nuclear y de carbón en 2025 de cara a un mix energético renovable, tanto desde el punto de vista de cobertura de demanda, como del de la estabilidad de frecuencia.

El dilema de escoger entre ambas es falso y “la futura ley de cambio climático tiene que establecer el fin de ambos en 2025”, ha apuntado la responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, Raquel Montón, que subrayaba que “en las peores condiciones posibles, la seguridad de suministro está garantizada, y en todos los casos la alta penetración de renovables y el ahorro energético disminuyen los costes”.

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Los expertos que han elaborado el estudio han partido de varios escenarios hipotéticos de demanda eléctrica, de generación convencional y de inversión en energías renovables, para 2025 y 2030, siguiendo las directivas europeas, los parámetros de seguridad y los supuestos más desfavorables en torno a la generación de energía hidroeléctrica o eólica.

Tal y como detallan desde El Periódico de la Energía, la primera parte del informe analiza la viabilidad del sistema eléctrico empleando únicamente instrumentos de flexibilidad como la gestión de la demanda o las consecuencias de la carga inteligente de los coches eléctricos, mientras que la segunda parte mete elementos de inversión adicional.

De este modo, desde Greenpeace concluyen que la diferencia entre el coste total de un escenario sin carbón ni nuclear -con un crecimiento de la demanda eléctrica contenido y alto porcentaje de renovables-, en relación a uno con nucleares y carbón -con crecimiento de la demanda elevado y el mínimo porcentaje de renovables para el cumplimiento de las directivas europeas- es del 1,8%, lo que implica un gasto de 186 millones de euros. Por ejemplo, solamente la construcción del almacén de gas Castor costó 10 veces más.

Además, la descarbonización implicaría un ahorro de emisiones de CO2 para el sistema y su coste disminuye en los escenarios de baja demanda y alta penetración de renovables, mientras que el cierre ordenado de las centrales nucleares en 2025 implica un incremente del coste del sistema de entre 800 y 1.200 millones de euros al año, equivalente a entre un 6% y un 20% del total del sistema de generación.

Cuando se pauten valores medios para la producción hidráulica y eólica, los costes absolutos de operación y las emisiones bajan, aumentando el porcentaje de renovables entre un 5 y un 8% según los escenarios. Cuanto mayor sea la generación de energías limpias, más se abaratará el precio mayorista, favorecido por el uso de instrumentos de flexibilidad que posibilitan un mejor aprovechamiento.

La Ley de Cambio Climático, más necesaria que nunca

Desde Greenpeace solicitan que se garantice en España el cumplimiento del Pacto de París y que se elabore una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que propicie un sistema “100% renovable, eficiente e inteligente”, cuyo comienzo debe ser el cierre simultáneo del carbón y las nucleares en nuestro país, cerrando las centrales y no concediendo más licencias de explotación nuclear.

Los ecologistas solicitan abandonar toda normativa que lastre los cierres de las centrales, demandan mayor participación democrática en el sector energético y la procura de un marco jurídico que propicie el asentamiento de las renovables y la mejora de la eficiencia energética, impulsando las inversiones y garantizando una transición “justa e inclusiva”.

Puedes leer el informe completo de Greenpeace aquí.

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