El Chapo Guzmán y Pablo Escobar: así se comparan los 2 mayores narcotraficantes de la historia
- En los últimos 50 años, 2 grupos criminales han dominado el narcotráfico: los cárteles de Medellín y Sinaloa.
- Cada uno ha estado liderado por una figura carismática: Pablo Escobar en Medellín y Joaquín "El Chapo" Guzmán en Sinaloa.
- Sus reinados terminaron, pero persiste su reputación de decadencia y crueldad.
Joaquín "El Chapo" Guzmán acaba de ser condenado a cadena perpetua por un tribunal del estado de Nueva York (EE.UU.) por 10 delitos que incluyen asesinato, tráfico de drogas y blanqueo de dinero. El rey del narcotráfico también tendrá que cumplir una condena adicional de 30 años de prisión y compensar a EE.UU. con una multa de 12.600 millones de dólares (unos 11.200 millones de euros).
Pero "El Chapo" no ha sido el único narcotraficante importante en el continente americano, sino que comparte con otra persona el título de capo de la droga más poderoso y peligros desde finales de los años 70.
Pablo Escobar, hijo de un agricultor de la zona rural de Colombia, y Joaquín "El Chapo" Guzmán, originario de las escarpadas montañas de la Sierra Madre de México, distribuyeron cantidades incontables de cocaína y otras drogas en todo el mundo antes de que terminaran sus reinados, el de Escobar en 1993 en un sucio tejado de Medellín y Guzman en 2017, cuando fue extraditado a EE.UU. tras ser detenido en México. Ahora, Guzmán pasará el resto de su vida en una de las prisiones más duras de EE.UU..
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Mientras ascendían a la cima, Escobar y Guzmán acumularon cantidades obscenas de riqueza y expusieron al mundo a horrores espantosos.
El cártel de Medellín de Escobar y el cartel de Sinaloa de Guzmán traficaban con diferentes productos, se enfrentaron a diferentes competidores y trabajaron en mercados diferentes, pero al compararlos podemos comprender su poder y su alcance.
Pablo Escobar
Nacido en una modesta familia de agricultores cerca de Medellín, en el norte de Colombia, Escobar comenzó su carrera con delitos menores, pero pronto dio el salto al contrabando y finalmente comenzó a transportar cargamentos de marihuana.
A finales de los años 70, él y varios de sus socios comenzaron a traficar con cocaína fuera de Colombia, que sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína, y a principios de los 80, su cartel de Medellín, que incluía a un megalómano obsesionado con Hitler y un piloto estadounidense,exportaba cocaína valorada en millones de dólares al voraz mercado estadounidense.
Es difícil medir los ingresos de Escobar, pero se estima en unos 420 millones de dólares (poco menos de 370 millones de euros) a la semana a mediados de los 80, lo que supone unos 22.000 millones de dólares (sobre 19.500 millones de euros) al año. A finales de esa década, vendía el 80% de la cocaína mundial e introducía 15 toneladas diarias en EE.UU..
Escobar despilfarró mucho dinero en sí mismo y su familia y financió causas locales, construyendo viviendas y campos de fútbol y dando dinero a los más pobres. Estas acciones le hicieron popular y difundieron una imagen de hombre campechano.
"Pablo ganaba tanto cada año que registrábamos el 10% como pérdidas porque las ratas se lo comían al almacenarlo, sufría daños por agua o se perdía", como aseguró un hermano de Escobar en un libro que publicó en 2009.
El imperio de Escobar atrajo la atención del gobierno colombiano, que intentó acabar con él. Los enfrentamientos entre el gobierno y los narcotraficantes desataron una ola de violencia de un año de duración en Colombia.
El Gobierno colombiano, con asistencia de EE.UU., puso en marcha un grupo especial para acabar con Escobar, que sufrió importantes bajas en su primer encuentro con el cartel. A mediados de 1991, la campaña del Gobierno obligó a Escobar a negociar un acuerdo que le permitió encerrarse en una cárcel diseñada por él mismo en las montañas cercanas a Medellín.
A mediados de 1992, las pruebas de que Escobar estaba realizando actividades de narcotráfico desde la prisión obligaron al Gobierno a intentar detenerlo. En cambio, Escobar huyó de la prisión y echó a correr.
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Durante este tiempo, él y su familia viajaron de escondite en escondite, sin permanecer en el mismo lugar durante más de 2 días. En un momento dado, Escobar quemó 2 millones de dólares en fajos de billetes para calentar a su familia.
Con el tiempo, comenzó a esconderse por su cuenta, pero se mantuvo en contacto con su familia, evitando los esfuerzos de las autoridades por rastrear sus comunicaciones. El 2 de diciembre de 1993, su suerte se acabó. Las fuerzas de seguridad colombianas, que supuestamente estaban trabajando con Los Pepes, un grupo paramilitar que también estaba rastreando a Escobar, se reunieron en la casa de Medellín donde se encontraba.
Cuando irrumpieron por la puerta, Escobar se apresuró a huir por la azotea. Al igual que muchos detalles de su vida, no está claro quién disparó el arma que mató al narcotraficante más poderoso y peligroso del mundo.
La muerte de Escobar llevó a la disolución de su cartel, pero su imperio criminal ha tenido un impacto duradero en Colombia. Su principal rival, el cartel de Cali, tomó el control en los años posteriores, aprendiendo de los errores de Escobar. Pero el cartel de Cali cayó a mediados de los 90, lo que llevó a una especie de evolución en el mundo del crimen de este país.
En los últimos años, el mejor sicario de Escobar fue liberado de la cárcel y se convirtió en una especie de activista político de derechas en Colombia. El hijo de Escobar, que ha denunciado a los medios de comunicación por "glorificar" a criminales como su padre, y su viuda han sido acusados recientemente de lavado de dinero en Argentina.
El expresidente colombiano César Gaviria, que supervisó la caída de Escobar, ha pedido al mundo que no luche contra las drogas con las medidas duras que él utilizó, y el actual presidente del país, Iván Duque, ha puesto en marcha iniciativas más concretas el mes pasado para romper con el pasado, presidiendo la demolición de la casa de Escobar en Medellín.
Joaquin "El Chapo" Guzman
Guzmán no fue el primer señor de la droga que salió de las montañas de la Sierra Madre en el estado de Sinaloa, en el noroeste de México, pero el cartel que recibió el nombre de ese estado se convirtió en una potencia global bajo su mando.
Como jefe del cartel de Sinaloa, Guzman supervisó el cultivo de marihuana y adormidera en todo México y recurrió a proveedores sudamericanos para satisfacer sus apetitos en los Estados Unidos, Europa y Asia. En su apogeo, el cartel tuvo presencia en 24 de los 32 estados de México y en hasta 50 países, incluida una extensa red en EE.UU.
En un momento dado, se publicó que el cártel controlaba el 35% de la cocaína producida en Colombia y, según la Administración de Control de Drogas, suministró el 80% de la heroína, cocaína, marihuana y metanfetamina que llega a la región de Chicago cada año.
También se cree que el cartel de Sinaloa tiene una inmensa presencia internacional. La actividad del cartel ha sido detectada en Australia, Hong Kong y Filipinas. El cartel o las personas vinculadas a él han sido localizados en África occidental y septentrional.
En 1993, poco después de alcanzar los puestos más altos del cartel de Sinaloa, Guzmán huyó a Guatemala después de un tiroteo con rivales en Guadalajara, México, en el que murió a un cardenal. Fue apresado en el país centroamericano y encerrado en una prisión mexicana.
Se escapó en 2001, supuestamente escondido en un carrito de lavandería. Según los informes, esa fuga se organizó a través del personal de seguridad del estado que trabajaba para Guzmán, lo que deja entrever sus supuestos vínculos estrechos con el Gobierno. (Un funcionario de seguridad de alto rango en la prisión era de Sinaloa y más tarde se convirtió en la mano derecha de Guzmán en el cartel).
Estuvo huyendo por 13 años antes de ser detenido en Mazatlán, México, en la costa de Sinaloa, en febrero de 2014. Después de un período de 17 meses en la cárcel, durante el cual continuó dirigiendo el cartel, escapó nuevamente de manera espectacular.
Según un informe, los secuaces del cartel cavaron un túnel debajo de la prisión pero se equivocaron de zona. Sin ser detectados ni desanimarse, simplemente cavaron otro túnel, lo que le permitió a Guzmán deslizarse y conducir una motocicleta modificada durante medio kilómetro hasta una casa parcialmente construida cerca de la prisión.
Después de 6 meses de fuga, Guzmán fue recapturado a principios de enero de 2016 en Los Mochis, una ciudad en Sinaloa, no lejos de donde nació.
Cuando ya estaba de vuelta en la misma cárcel de la que había escapado 6 meses antes, los abogados de Guzmán presentaron múltiples apelaciones, y el propio Guzmán supuestamente hizo planes para cerrar un acuerdo con las autoridades estadounidenses. Su esposa condenó el trato que recibía en la cárcel.
Seguía existiendo preocupación por otra fuga, lo que supuestamente llevó a las autoridades a trasladarlo a otra prisión más cercana a la frontera con EE.UU..
El gobierno mexicano aprobó la extradición de Guzmán a los tribunales de EE.UU. en Texas y California a fines de mayo de 2016, y sus abogados respondieron con más apelaciones.
Sin embargo, en las últimas horas del mandato del presidente Barack Obama, Guzmán fue trasladado de una cárcel cerca de Ciudad Juárez, México, y trasladado en un avión hasta Long Island, donde las autoridades estadounidenses lo llevaron a Manhattan y lo encerraron en una de sus cárceles más seguras.
Pasó más de un año bajo vigilancia estricta y casi en total aislamiento antes de que comenzara su juicio en noviembre de 2018.
Durante los 34 meses de juicio en Brooklyn (fue trasladado de su celda durante el proceso), los fiscales mostraron pruebas de que dirigía una organización criminal en expansión que movió grandes cantidades de drogas, corrompió a la policía y a los políticos a todos los niveles y cometió actos de violencia brutal contra rivales y civiles.
Un desfile de testigos tomó el estrado, incluido un traficante colombiano y el hijo y hermano de Ismael "El Mayo" Zambada, una figura poderosa y oscura que era el compañero de Guzmán en la cima del cartel.
Guzmán fue condenado por todos los cargos a mediados de febrero y acaba de ser sentenciado a cadena perpetua en ADX Florence, una prisión de máxima seguridad en Colorado llamada "Alcatraz de las Rocosas".
Guzmán ha demostrado ser resistente y astuto, pero su condena en EE.UU. marca el final de la larga carrera de este traficante de 61 años, y los funcionarios de EE.UU. están dirigiendo su atención a los 14.000 millones de dólares (12.4000 millones de euros) que dicen que escondió.
En México, el cartel de Sinaloa resistió la agitación en los meses posteriores al arresto de Guzmán. Los rivales desafiaron el control de los hijos de Guzmán y Zambada, quienes, según informes, unieron fuerzas para hacerse cargo de la organización.
Hombres armados atacaron la casa de la madre de Guzmán, que se encuentra en su ciudad natal en Sinaloa. Los propios hijos también fueron atacados, con al menos uno de ellos secuestrado en agosto de 2016 pero liberado ileso días más tarde.
En febrero de 2017, los hijos de Guzmán fueron emboscados por hombres armados que aseguraron trabajar para Damaso López Núñez, el exfuncionario de seguridad que se convirtió en miembro del cartel y llegó a ser la mano derecha de su padre.
Los hijos de Guzmán y Zambada parecen haberse deshecho de sus rivales, que incluían a los cárteles y facciones rivales encabezadas por el hermano de Guzmán y por López y su hijo, Damaso López Serrano. (Ambos han sido capturados y están en EE.UU.; López testificó en contra de Guzmán).
La violencia en México ha aumentado durante varios años, y algunas regiones experimentaron picos en los meses posteriores al arresto de Guzmán, supuestamente por la lucha para llenar el vacío que dejó.
En todo el país, la violencia sigue aumentando, pero en Sinaloa, la tendencia se ha invertido; ese cambio se ha atribuido a la estabilidad renovada dentro del cartel de Sinaloa, que ahora puede estar arremetiendo contra sus rivales.
Menos de 2 semanas después de la condena de Guzmán, el hermano de López fue asesinado a tiros en Sinaloa, y en Guadalajara, territorio del principal rival del cartel de Sinaloa, el cartel de la Nueva Generación de Jalisco, numerosas pancartas llamadas "narcomantas" han aparecido, amenazando con una "limpieza". Las pancartas se atribuyeron a Zambada.
El cartel de Sinaloa nunca ha tenido la estructura jerárquica de muchos de sus competidores, funcionando más como una federación de grupos, supervisada por Guzmán y Zambada, que se cree que tiene unos 70 años. Sigue siendo poderoso, pero este y otros grandes grupos de narcotraficantes como él pronto podrían ser cosa del pasado.
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