El chef José Andrés y su equipo han servido más de un millón de raciones de comida a los ucranianos que huyen de la guerra

Kelsey Vlamis,
World Central Kitchen

Desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero, la organización estadounidense sin ánimo de lucro fundada por el chef José Andrés, ya ha servido más de un millón de comidas a personas que han huido de la guerra.

En solo tres semanas, World Central Kitchen se ha instalado en 5 países, aliándose con docenas de cocineros y restaurantes locales en Ucrania y ha montado una enorme cocina en Przemyśl, (Polonia), que puede cocinar 100.000 raciones de comida por día.

"Cuando vimos que esto sucedía en las noticias, no hubo dudas. Todos nos subimos a un avión de inmediato y vinimos aquí para hacer lo que mejor sabemos hacer", explica Fiona Donovan, directora de operaciones de auxilio de la organización, desde Polonia.

Más de 3 millones de ucranianos han huido de su país desde que comenzó la guerra, según las Naciones Unidas, y muchos han escapado a países vecinos como Rumania, Moldavia y Hungría, en todos los cuales WCK está trabajando ahora, además de Ucrania. Pero casi dos tercios de todos los refugiados ucranianos han llegado a Polonia, donde WCK ha establecido una gran parte de sus operaciones.

"Esta situación es horrible", afirma Donovan, quien añade que muchos refugiados no tienen nada más que sus maletas y la ropa que llevan puesta.

“Cuando las personas se encuentran en situaciones como esa, con esa incertidumbre y ese trauma, siempre queremos estar ahí para apoyar”, explica.

El grupo tiene equipos ubicados en los 8 pasos fronterizos entre Ucrania y Polonia y sirve platos calientes a los refugiados las 24 horas del día. Una empresa tan grande requería la coordinación con chefs y restaurantes locales que pudieron entrar en acción muy rápidamente y comenzar a alimentar a las personas con la ayuda de WCK, según Donovan.

Además de enviar a los miembros de su propio equipo a diferentes ciudades, WCK también ha contratado a personas de allí para que actúen como traductores, conductores de reparto y gestores de los espacios, mientras que otras personas de la zona ofrecen su tiempo como voluntarios para ayudar a servir la comida.

"Lo que hacemos es relativamente simple: alimentamos a la gente"

WCK fue fundada en 2010 por el chef José Andrés, un chef español nacionalizado estadounidense con una estrella Michelin que cuenta con restaurantes en varias ciudades de EEUU, actúa como primera respuesta acudiendo a la primera línea de desastres naturales y crisis humanitarias para garantizar que las personas estén alimentadas.

"Ofrecer comida caliente con una sonrisa, mostrarle a la gente que estamos pensando en ellos y que estamos aquí para ayudarlos en lo que podamos es realmente importante para nuestra misión y cómo nuestro objetivo siempre es actuar", asegura Donovan.

"Estamos ofreciendo más que solo calorías y sustento: una deliciosa comida preparada por un chef que la gente disfrutará compartir durante un momento tan difícil".

WCK cocinó para los haitianos después del devastador terremoto de 2010, para los puertorriqueños en 2017 después del huracán María y en el sur de California ese mismo año para las personas afectadas por un incendio forestal masivo. Toda su experiencia en respuesta a desastres les permitió reaccionar rápidamente a la guerra en Ucrania, incluso si ahora existen algunos desafíos únicos.

"Habitualmente se trata de una situación de desastre, el evento ocurre y luego termina", puntualiza Donovan, y dijo que, por lo general, su grupo entra después de que finaliza el suceso devastador.

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"Pero esta es una crisis continua. Las cosas cambian todos los días", añade.

Abrieron WCK Relief Kitchen, un enorme almacén convertido en una operación de cocina, en Przemyśl, Polonia, porque estaba cerca de donde veían a un gran número de refugiados cruzar la frontera. En solo unas semanas, WCK instaló electricidad, plomería, refrigeración y una docena de hornos, —sin mencionar 12 enormes paellas que pueden cocinar miles de comidas a la vez—.

Tienden a hacer sopas y guisos contundentes o comida deliciosa y reconfortante que puede alimentar a una multitud, pero también han estado ofreciendo cosas como compota de manzana y chocolate caliente, especialmente para los muchos niños que han huido de la guerra.

El propio José Andrés también ha estado en Polonia y Ucrania, cocinando para los refugiados y contribuyendo como todos los demás.

"Hace lo que hace el resto del equipo. Ayuda a cocinar la comida, va a los sitios de distribución, conoce a las familias a las que servimos", detalla Donovan, afirmando que él también es la inspiración detrás de toda su operación.

El trabajo de WCK en Europa del Este acaba de empezar, según Donovan. Ella indica que el grupo anticipa que llevará a cabo una respuesta a gran escala durante mucho tiempo, pero sigue siendo uno de los aspectos más simples de la guerra.

"Estamos aquí para ayudar a nutrir a las personas", concluye. "Es bastante simple. Esta es una situación muy compleja por muchas razones, pero lo que hacemos es relativamente simple: alimentamos a las personas".

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