Las esperanzas de China de convertirse en la mayor economía mundial se están topando con un gran obstáculo

A man walks by electronic display panels advertising a video footage of Chinese President Xi Jinping speaking at the World Economy Forum on a street in Beijing, Monday, June 25, 2018.
A man walks by electronic display panels advertising a video footage of Chinese President Xi Jinping speaking at the World Economy Forum on a street in Beijing, Monday, June 25, 2018.AP Photo/Andy Wong
  • El potencial de crecimiento de China podría reducirse hasta el 4,5% en 2030, según los analistas.
  • El Gobierno ha implantado programas de estímulo, desde recortes fiscales a incentivos para infraestructuras, en un intento por frenar el declive.
  • Pero podría resultarle cada vez más difícil, con la deuda como telón de fondo y en plena guerra comercial con EE.UU., que ha exigido reformas estructurales a la economía china.

La economía de China está creciendo a su menor ritmo en las últimas 3 décadas y algunos economistas aseguran que lo peor está por llegar.

Se espera que el potencial de crecimiento de China se ralentice al 5,5% entre 2021 y 2025, frente al actual nivel del 6,5%, según nuevas estimaciones de analistas de JPMorgan. Y podría reducirse al 4,5% en 2030, un ritmo que podría complicar que China adelante a EE.UU. como la mayor economía mundial.

"Esto significa que China seguirá siendo la segunda mayor economía mucho más tiempo de lo esperado", según afirmaron los analistas en una nota de investigación este miércoles. "La transición hacia un potencial de crecimiento más bajo podría ser volátil y requiere reformas equilibradas para avanzar hacia un modelo de crecimiento impulsado desde dentro con desapalancamiento y reestructuración del sector público".

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Los funcionarios en Beijing han tratado de reforzar la confianza a través de una serie de medidas de estímulo implementadas en los últimos meses, incluidos recortes fiscales, cambios en la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener como reservas y diversos incentivos para impulsar el gasto.

Pero esos programas podrían tener poco margen para expandirse en una economía que ha luchado para acabar con los niveles relativamente altos de deuda en los últimos años. En 2018, la relación entre la deuda y el PIB de China subió por encima del 250%.

También podría ser cada vez más difícil evitar una desaceleración, ya que la actual guerra comercial entre Washington y Beijing aporta aún más incertidumbre. Los funcionarios de la Administración Trump han presionado a China para que desarrolle cambios estructurales como parte de cualquier acuerdo comercial, incluida la reducción del apoyo estatal a los programas industriales y de la violación de las normas de propiedad intelectual.

No ayudarán probablemente los cientos de miles de millones de dólares en aranceles sobre productos de EE.UU. y China, especialmente considerando que gran parte del crecimiento de China en la última década ha sido resultado de la expansión del comercio.

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El miércoles, el Departamento de Comercio aseguró que el déficit comercial de EE.UU. con China se redujo en noviembre. Pero la disminución fue probablemente en parte resultado de una mayor volatilidad en los flujos comerciales en los últimos meses a medida que las empresas se adaptan al proteccionismo, según el economista de Moody's Adam Ozimek.

"Es importante no interpretar demasiado las fluctuaciones mes a mes, incluso más de lo normal", dijo. "Independientemente de los desarrollos a corto plazo, no salir del déficit comercial a base de aranceles".

Aunque la subida de aranceles podría no influir en la balanza comercial de manera significativa en el corto plazo, sus efectos se están manifestando en la actividad comercial, según el becario del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales Scott Kennedy.

"Los aranceles finalmente están lastrando y reduciendo el comercio en ambas direcciones, lo que perjudica a los productores y consumidores al menos en el corto plazo", afirmó.

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