Sin hacer ruido, China se ha convertido en una potencia biotecnológica que regirá el futuro de la industria farmacéutica

Allison DeAngelis,
China BI

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  • La industria biotecnológica china ha crecido en los últimos años, tras cambios en la regulación y el mercado bursátil.
  • Varias biotecnológicas chinas han establecido sus sedes en Estados Unidos y recibido aprobación de la agencia estadounidense reguladora del medicamento.
  • Van a ser "competidores globales, y esto tendrá implicaciones globales", asegura un inversor.
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Durante los últimos años, gigantes farmacéuticos como Johnson & Johnson y Merck han dado la bienvenida a nuevos vecinos en suelo estadounidense.

Empresas biotecnológicas chinas, sin hacer ruido, han comenzado a instalarse a pocos kilómetros de sus instalaciones.

El mes pasado, por ejemplo, la biofarmacéutica china BeiGene anunció que se dispone a construir un centro de investigación y desarrollo de 42 hectáreas en el pequeño suburbio neoyorquino de Hopewell.

Otras empresas chinas como Hutchmed y Legend Biotech también han comenzado a operar en Nueva Jersey, y están contratando personal a gran ritmo, con vistas a llevar sus fármacos a Estados Unidos.

El crecimiento de estas empresas en Nueva Jersey, donde tienen presencia la mayoría de las 20 compañías farmacéuticas más grandes del mundo, es uno de los signos de que la industria biotecnológica china ha llegado para quedarse.

Estas empresas chinas han levantado cantidades récord de capital, y están investigando con fármacos innovadores.

Fuentes próximas a estas empresas han asegurado que la escena biotecnológica china, que algunos analistas pronostican que doblará sus ventas respecto a los 30.000 millones de dólares actuales, pronto competirá con la estadounidense.

"Incluso si no te interesa China, tienes que estar informado de esta situación porque estas empresas van a convertirse en competidores globales, y eso tendrá implicaciones globales", explica Brad Loncar.

Loncar es un investigador biotecnológico que en 2018 fundó el fondo indexado de inversión especializado en la industria de la salud china más grande del mundo.

Brad Loncar, inversor en biotecnología y CEO de Loncar Investments.
Brad Loncar, inversor en biotecnología y CEO de Loncar Investments.

Brad Loncar

El fondo de Loncar, que monitoriza a 66 compañías de biofarma y cotiza bajo el símbolo CHNA, ha subido año a año un 21% en 2021, pese a que el índice biotecnológico global más grande del mundo ha bajado un 7%.

Su fondo, Loncar Investments, está valorado en 16 millones de dólares.

Este nuevo mercado de biotecnología asiática, que está controlado férreamente por el gobierno chino, está suministrando fármacos significativamente más baratos que pueden dar un vuelco al contexto biotecnológico global.

China se ha reformado para crecer

La presencia China en la industria biotecnológica no ha ocurrido de la noche a la mañana. Hace unos años, su industria estaba "adormilada".

Las empresas controladas por el gobierno dominaban el mercado del país asiático, muchas de ellas produciendo medicinas genéricas y recaudando amplios beneficios, pero con pocos incentivos para investigar nuevas medicinas.

En 2015, no obstante, los líderes de China resaltaron el papel de la biotecnología como parte de una visión llamada "Hecho en 2025", que esperaba incrementar la presencia de China en ciertas áreas estratégicas, como el desarrollo de fármacos.

A lo largo de los años posteriores, el país puso en marcha múltiples reformas que fuentes internas señalan como detonantes del boom biotecnológico.

China reforzó su propia entidad reguladora de comida y fármacos, llegando incluso a contratar a supervisores con experiencia tanto en agencias estadounidenses como europeas.

El gobierno, además, se unió en 2017 a una entidad reguladora internacional clave que fija los estándares para la calidad, seguridad y eficacia de las medicinas, el ICH.

Ese mismo año, China comenzó a actualizar el listado de medicinas por los que paga anualmente, añadiendo más medicinas y más nuevas de forma rutinaria.

A medida que el gobierno comenzó a pagar por nuevos fármacos, también introdujo medidas para reducir el precio de los medicamentos genéricos.

China ha continuado expandiendo un programa de obtención basado en el volumen, en el que las empresas compiten en precios para conseguir que el gobierno cubra sus medicinas genéricas.

El resultado ha sido una reducción drástica de los precios, que ha llevado a muchas farmacéuticas chinas a pivotar hacia el mercado que mueve los beneficios en estos momentos: las nuevas medicinas.

En última instancia, los mercados de capital locales recibieron un fuerte impulso en 2018, cuando la Bolsa de Hong Kong (HKEX) implementó lo que informalmente se conoce como la excepción biotecnológica.

Bajo esta excepción, algunas empresas del espectro biotecnológico reciben exenciones en cuanto al volumen de ingresos y beneficios necesarios para salir a bolsa.

Muchas biotecnológicas que invierten gran parte de su dinero en procesos costosos de desarrollo de fármacos pudieron entonces empezar a cotizar.

El ascenso de la biotecnología china logra récords de OPV, capital y acuerdos

El resultado final de todas estas medidas anteriores es una escena biotecnológica en plena ebullición en China, en la que el capital fluye, nacen empresas y el talento científico se desborda.

El número de acuerdos de inversión de capital riesgo en biotecnología y farmacéuticas se ha triplicado entre 2015 y 2020, según muestran los datos de PitchBook.

Esos acuerdos, además, han crecido considerablemente en tamaño, con el valor total de los acuerdos realizados pasando de 1.100 millones de dólares en 2015 a 10.500 millones en 2020.

2021, de momento, va camino de romper nuevos récords. El ritmo de la industria farmacéutica apunta hacia los 12.000 millones de dólares, argumenta Joshua Chao, analista de biotecnología en PitchBook.

La excepción biotecnológica del mercado de Hong Kong ha hecho que su bolsa sea tan activa como el Nasdaq en cuanto a ofertas públicas de venta de empresas biotecnológicas.

La adopción inicial de esta regla en Hong Kong, además, ha convertido su bolsa en una opción mucho más atractiva para las empresas chinas que otros intercambios bursátiles domésticos, como el de Shanghái y Shenzhen.

Hong Kong Stock - BI

Reuters

Las biotecnológicas han recaudado tanto dinero, si no más, en Hong Kong que en mercados estadounidenses, reflejan datos compilados por Loncar.

En 2019, 4 de las 10 OPV más grandes del sector de la biotecnología se llevaron a cabo en Hong Kong, y el año pasado, esa cifra subió a 8 de 10, incluyendo las 4 ofertas más grandes.

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Los niveles récord de dinero ya han propiciado un cambio en el flujo de innovación.

China ya no se centra solo en producir medicinas genéricas o en copiar fármacos que imiten a tratamientos vanguardistas. Según algunas métricas, ya se ha situado al nivel de innovación biotecnológica de Estados Unidos.

Un ejemplo de este escenario es que durante 2020 por primera vez ha habido más registros de nuevos fármacos en China que en EEUU, de acuerdo a un informe de Michael Yee, un analista de Jefferies que alega que estas cifras presagian los acuerdos que están por llegar con las biotecnológicas de China.

La gran mayoría de la industria biotecnológica china se ha centrado, además, es tratamientos contra el cáncer.

La mayoría de empresas que han establecido equipos en Estados Unidos ya están llevando al mercado norteamericano fármacos desarrollados en China.

En 2019, BeiGene recibió la histórica primera aprobación por parte del FDA, el organismo regulador de fármacos en EEUU, de un fármaco contra el cáncer desarrollado en China. El fármaco se llama Brukinsa, y lucha contra los linfomas bloqueando una señal que ayuda a que las células cancerígenas crezcan.

La empresa con sede en Hong Kong, Hutchmed, que se centra en tratamientos contra el cáncer y enfermedades inmunológicas, espera recibir aprobación estadounidenese para sus fármacos.

A principios de este año, la compañía presentó al FDA su primer fármaco contra el cáncer. Su CEO, Christian Hogg, afirma que la empresa espera tener un equipo de unas 175 personas en EEUU a finales de 2021.

Desde ahí, defiende el ejecutivo, la empresa espera crecer rápidamente, ya que Hutchmed planea lanzar múltiples fármacos en el mercado estadounidense durante los próximos años.

La incipiente presencia China puede influir en el precio de los fármacos estadounidenses

China tiene la mayor población del planeta, que es 4 veces más grande que la de Estados Unidos, por lo que la industria biotecnológica de la nación tiene todas las papeletas para tener una influencia significativa sobre el mundo.

Los gigantes farmacéuticos occidentales han tomado nota, y han comenzado a lanzarse sobre los derechos de algunos compuestos desarrollados en China.

Este año, las empresas fabricantes de fármacos Novartis, AbbVie y Seagen se han hecho con los derechos de 3 fármacos desarrollados por las biotecnológicas chinas BeiGene, I-Mab, y RemeGen.

El valor total de los 3 acuerdos asciende a unos 1.000 millones de dólares por anticipado, que se convertirán en unos cuantos miles más si los ensayos clínicos tienen éxito y el producto consigue ciertos objetivos de ventas.

BeiGene BI

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Si China podrá exportar sus fármacos y a la vez reducir sus precios en el exterior es una cuestión distinta.

El sistema de reembolso de China ha ayudado a reducir los precios de su mercado doméstico, y algunos expertos vaticinan que podrá aplicarse el mismo efecto en Estados Unidos, a largo plazo.

Un fármaco contra el cáncer que cuesta 120.000 dólares en Estados Unidos puede costar tan solo 10.000 dólares en China, detalla Anh Do, socio del fondo de inversión especializado en Asia, Indus Capital Partners.

Do añade que las empresas chinas pueden ayudar, además, a reducir los precios generales de Estados Unidos y forzar a los productores americanos a vender a menor precio.

La industria biotecnológica de China todavía implica grandes riesgos

Las desarrolladoras  chinas de fármacos contra el cáncer están agitando el mercado, pero todavía tienen que diversificarse hacia otras enfermedades.

Un ejemplo de esto es que entre 2014 y 2020 se alcanzaron más de 150 acuerdos de derechos relacionados con fármacos contra el cáncer entre China y países occidentales, pero tan solo 20 relacionados con enfermedades cardiovasculares, explica Peter Fond, de RTW Investments.

Hogg explica que la industria local tiende a una mentalidad de rebaño, resaltando el "fiasco del PD-1" como un ejemplo clave.

Varias voces de empresas biotecnológicas chinas están desarrollando fármacos que atacan el mismo problema del cáncer, la proteína PD-1. Han llegado al mercado, por tanto, un buen puñado de medicinas que han recibido aprobación, provocando una sobreacumulación que ha provocado que los precios se hundan, matiza Hogg.

También existen riesgos inimaginables en Estados Unidos y otros países occidentales, que sí son una realidad en China.

El país presidido Xi Jingpin ha demostrado este verano que puede moldear industrias al completo de la noche a la mañana.

Ocurrió cuando hundió una industria de 100.000 millones de dólares al obligar a todas las empresas de educación tecnológicas, edtechs, a convertirse en ONG. O cuando prohibió el uso de Didi al acusarle de robar datos.

¿Podría China decidir repentinamente que paga mucho por salud y decirle a sus empresas que vendan fármacos a precio de coste? Según Chao, el analista de PitchBook, "la posibilidad de que eso ocurra no es cero".

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Cómo y cuándo las biotecnológicas chinas se expandan más allá de la oncología serán preguntas clave en estas dudas.

Los fármacos contra enfermedades raras han tenido tanto éxito en Estados Unidos porque los fabricantes cargan precios realmente altos por ellos a un grupo reducido de pacientes, llegando a cifras de 6 números.

En China, de momento, tan solo unas pocas empresas, como CANbridge, ubicada en Beijing, han comenzado a trabajar en estos campos.

"Va a ser la primera vez que el gobierno chino tenga que pensar en el precio de reembolso para una enfermedad rara, porque China siempre ha propagado el bien común para la gente común", relata Do.

"China es bastante práctica, en vez de gastar 2.000 millones de dólares para resolver una enfermedad rara que tienen 200.000 personas en China, lo invierten en oncología, que puede salvar a un millón de personas".

Este artículo fue publicado originalmente en BI Prime.

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