¿Por qué en China no hay segunda ola de coronavirus?

Mujer con mascarilla y la bandera de China

Reuters

China fue el primer país del mundo en aplicar confinamientos por la propagación del COVID-19.  Desde finales de enero hasta los últimos días de marzo la ciudad de Wuhan y otras zonas de la provincia de Hubei estuvieron cerradas. Es decir, volvieron a una vida relativamente normal cuando en Europa comenzaban los encierros.

A partir de entonces China no se ha tenido que enfrentar a demasiados brotes, e incluso han vuelto a la vida normal en muchas situaciones. Fue llamativo el caso de la fiesta en una piscina de Wuhan el pasado mes de agosto, a la que acudieron miles de personas y sin aparentes medidas de seguridad como el uso de la mascarilla.

También han regresado los teatros, cines, mercados y festivales de música. Todo ello en un contexto en el que España y el resto de países europeos imponen más restricciones con el fin de detener los contagios.

Resulta de interés que el país en el que estalló la pandemia mantenga ahora una vida de aparente normalidad. De hecho, actualmente no se detectan más de una veintena de contagios en todo el territorio chino

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¿Por qué no hay segunda ola en China? ¿Qué ha hecho este país para frenar al virus casi hasta su desaparición? A continuación, se muestran algunas claves.

Confinamientos más estrictos

Desde el principio, las medidas restrictivas fueron más duras en China que en los países occidentales. Wuhan se confinó con 560 contagios detectados, mientras que España lo hizo con 5.700, esto ha provocó que la pandemia fuese más fácil de controlar en sus momentos iniciales.

Los primeros casos de coronavirus en España se detectaron solo unos días más tarde del confinamiento en China, y aún así no se aplicaron restricciones hasta que se decretase el estado de alarma a mediados de marzo.

Además, en Wuhan se cerraron todos los sistemas de transporte, incluyendo aeropuertos, autobuses, trenes y metro. En España y otros lugares de Europa estas vías seguían abiertas aunque para casos excepcionales, como ir al trabajo, a un centro médico o al cuidado de una persona vulnerable.

En algunas zonas de Hubei sólo se permitió salir a hacer la compra cada 3 días, tarea que podía llevar a cabo un solo miembro de la familia o unidad de convivencia. En otras áreas se prohibió directamente salir de casa en todos los casos, y la compra de alimentos se hacía a través de internet. Estas medidas no se llegaron a implantar en Europa y parece imposible que se puedan siquiera plantear.

Sara Landesa, una empresaria española que vive en China desde hace 15 años, ha explicado a Uppers que en este país se eliminó el virus a través del confinamiento, y que después se hizo "una desescalada lenta, por etapas para no perder el control".

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Sistema de rastreo eficaz y test masivos

En China se han utilizado aplicaciones de rastreo de casos para así romper las cadenas de transmisión. La app de la que se sirvieron funcionaba como un semáforo que iba mostrando al usuario diferentes colores según su nivel de exposición al virus, de este modo era más sencillo implantar restricciones y hacerlo rápido.

Estas aplicaciones siguen funcionando a día de hoy, aunque no parezcan necesarias con un nivel de contagios reducidos la realidad es que sirven como cortafuegos, una primera línea de protección contra el virus.

Otra cuestión que se debe destacar es la realización de test masivos. En estos últimos días se han hecho pruebas de diagnóstico a los 9 millones de habitantes de la ciudad de Qingdao, y todo por un brote de 12 personas. De este modo, resulta rápido y eficaz contener la posible expansión, ya que se puede aislar a los positivos y sus contactos estrechos.

Quienes trabajan con uno de los positivos o viven en el mismo edificio se someten a una cuarentena obligatoria, así como los amigos y personas cercanas de los contagiados. "En 3 o 5 días saben quién está contagiado en una ciudad con más habitantes que Madrid", explica Landesa a Uppers.

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La segunda ola podría estar por llegar

Teniendo en cuenta todas las medidas de contención aplicadas parece complicado que a estas alturas China vaya a sufrir una segunda ola.

Sin embargo, algunos expertos advierten ya sobre este escenario. Es el caso del director del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital de Huashan (Shangái), Zang Wenhong, que afirma que la segunda ola de contagios en China será "inevitable".

Según este experto, la única forma de acabar definitivamente con la pandemia será gracias a una vacuna, pero como el grueso de la población tardará en recibir este remedio, todavía no se podría afirmar con seguridad que China ha vencido al virus.

Eso sí, hay que recordar que en China ya se está vacunando al personal sanitario y trabajadores esenciales, y que se piensa empezar a hacer con empleados de supermercado y profesores. Las vacunas en este país podrían estar listas para su comercialización en noviembre, pero no es un supuesto que esté confirmado.

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