El secreto de la conciliación laboral no es volver a casa temprano todos los días

Hombre exhausto tras jornada laboral
  • Para lograr la verdadera conciliación laboral, es importante tener en mente que no siempre es posible cumplirlo a rajatabla.
  • La experta en productividad Laura Vanderkam recomienda pensar en términos semanales y evaluar el tiempo dedicado al trabajo una vez transcurridas 168 horas.
  • Por otro lado, el experto en rendimiento del factor humano Brad Stulberg se opone también a la conciliación entendida como reto diario, y plantea la conciliación por temporadas. 

Un reciente artículo de Olga Khazan publicado en el medio The Atlantic rompe una lanza a favor de la conciliación de la vida personal y laboral, si bien ofrece una nueva perspectiva sobre cómo cuantificarlo.

Todo trabajador con un mínimo de ambición está acostumbrado a hacer cábalas para compaginar su horario de trabajo con su vida familiar, y parece que poner tanto esfuerzo en conseguirlo podría tener paradójicamente el resultado opuesto. 

En su artículo, Khazan parafrasea a Brad Stulberg, coautor del libro "The Passion Paradox", quien recomienda cambiar la forma en que evaluamos las horas que invertimos en los diferentes ámbitos de nuestra vida, y hacer una valoración a largo plazo (por temporadas) en lugar de pararse a analizar cuántas horas al día dedicamos a trabajar, y cuántas a relajarnos. "Puede ocurrir que decidamos escribir un libro o empezar una familia, y eso lo cambia todo", contaba Stulberg a The Atlantic. "La vida transcurre por temporadas, y cada una de ellas requiere una gestión del tiempo diferente, y menos mal, porque si no dificilmente podríamos enfocarnos en una sola tarea y hacerlo bien".

La opinión de Stulberg recuerda a la de la experta en gestión del tiempo Laura Vanderkam, y a su visión del concepto de conciliación en franjas de 24 horas como una trampa.

La idea de "la trampa de las 24 horas" se fundamenta en que vivimos con el convencimiento de que la conciliación laboral debe respetarse todos los días sin excepción, y que cada 24 horas de reloj, debe darse un balance perfecto entre las horas que dedicamos al trabajo y las horas que dedicamos a todo lo demás. Y es ahí dónde reside el error para esta experta, ya que existen situaciones en las que es directamente imposible, como la de los padres que compaginan sus tareas del hogar con un trabajo fuera de casa. 

Una mejor opción a ojos de Vanderkam sería la de pensar en términos semanales, y no pararse a analizar nuestros progresos hasta haber alcanzado las 168 horas. No todos los días vamos a conseguir compaginar 8 horas de jornada laboral con dos comidas familiares y una cita con nuestra pareja, pero probablemente logremos distribuirlo a lo largo de la semana.

Cada vez más mujeres de ingresos elevados optan por trabajar menos horas un par de días a la semana para disfrutar de la vida en casa


Vanderkam es la autora de numerosos libros sobre productividad y administración del tiempo a lo largo del día, incluyendo "I Know How She Does It". En dicho trabajo, la autora expone que la mayoría de la gente tiene la impresión de que su semana transcurre de lunes a jueves al mediodía. Si no han logrado conjugar todos sus quehaceres, tanto laborales como personales, en esa franja de tiempo, se autoconvencen de haber fallado como empleado, como padre, y como ser humano en general. 

Por este motivo, Vanderkam recomienda cambiar la forma en la que ordenamos el tiempo en nuestra mente, y pensar en el fin de semana como tiempo en el que también podemos ser productivos. Es decir, no sentirnos culpables si trabajamos el fin de semana, si con ello podemos irnos de la oficina a una hora razonable entre semana y ganar en calidad de vida de lunes a viernes.

La autora recomienda también contabilizar el tiempo que pasamos con nuestros hijos durante el fin de semana como parte de esa conciliación laboral, en lugar de pensar que la semana acaba a todos los efectos el viernes. "El fin de semana contribuye a equilibrar esas horas de más que podemos haber hecho durante la semana. Por eso es importante no llegar a conclusiones hasta el domingo".

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En su libro, Vanderkam recopila las experiencias de más de una veintena de mujeres de altos ingresos, a quienes anima a llevar la cuenta del tiempo que emplean en cada ámbito de su vida a medio plazo. Algunas de estas mujeres optaron por largas jornadas de trabajo un par de días a la semana, para así reducir su jornada laboral en los días restantes y tener la conciliación garantizada. 

En definitiva, estos autores arrojan la idea de que la conciliación laboral no depende de salir del trabajo religiosamente a la misma hora, y de que se puede ser un buen padre y un buen empleado incluso volviendo a casa tarde del trabajo, o incluso aspirando a un puesto en una consultoría al tiempo que se es padre, lo que normalmente requiere pasar gran parte del tiempo viajando.

Con un poco de creatividad, todo es posible. 

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