Estas son todas las claves para negociar tu despido y conseguir tu indemnización

Negociar la indemnización por despido
  • La baja voluntaria conlleva compensación si el centro de trabajo es trasladado, hay una modificación sustancial de las condiciones pactadas o por incumplimiento grave del empresario.
  • El acuerdo transaccional, una fórmula que favorece tanto a empresa como trabajador, recomendable.
  • Las circunstancias del negocio, una baza para que el empleado logre mejores condiciones económicas de salida y el acceso al cobro del paro.

El fin de la relación laboral entre un trabajador y la empresa que lo tiene en nómina puede producirse en diversos escenarios. Si se trata de cualquier tipo de contrato temporal, simplemente a la conclusión del mismo. En cambio, en caso de ser indefinido, el asunto se torna algo más complejo.

Baja voluntaria del trabajador

De entrada, si tú, como contratado, decides marcharte libremente de la compañía no tendrás derecho a indemnización (ni tampoco a prestación por desempleo). Aunque hay algunas excepciones o matices que te contaremos unas líneas más abajo y que pueden permitirte, como mínimo, negociar una compensación económica con el empresario.

Despido procedente o improcedente

También existe el supuesto de que la empresa prescinda de tus servicios de forma unilateral. En esa tesitura cabe la posibilidad de que sea un despido procedente (los menos habituales, porque las causas del mismo deben ser poderosas y hay que acreditarlas) o improcedente, que suele ser la mayoría. Al carecer de un motivo para echar al afectado, el legislador entiende que la empresa debe compensarle por el perjuicio causado.

Si te hallas en ese situación, quizá te interese saber que hay hasta3,8 millones de empleos vacantes en Europa: éstos son los 11 países con más puestos de trabajo sin cubrir.

La indemnización por despido improcedente en 2019

Tras la reforma laboral aprobada en 2012 por el entonces Gobierno de Rajoy -que el Banco de España asegura hoy no ha reducido la temporalidad ni la desigualdad-, existen dos vías para calcular la indemnización por despido improcedente, que incluyen el tiempo trabajado con anterioridad o posterioridad a la fecha en que fue adoptado ese paquete de leyes. Queda como figura a continuación.

  • Si el contrato fue firmado antes del 12 de febrero de 2012, la compensación para el empleado será de 45 días de salario por cada año de servicio, con un máximo de 42 mensualidades.
  • Si el documento entre las partes fue formalizado después de la citada fecha, la indemnización se reduce a 33 días de sueldo por cada ejercicio trabajado, siendo el tope de dos años.
  • La tercera variable es la que rige por un contrato de fomento del empleo, que, con independencia del año de formalización, implica un resarcimiento de 33 días de paga por cada doce meses cotizados, alcanzando el mismo límite que en el apartado precedente.

¿Es posible irse de la empresa con una indemnización?

A pesar de que pueda parecer que, a tenor de lo expresado, 'no hay más cera que la que arde', sí que existen sendas entre medias de los caminos principales. Una de ellas es que te marches de la compañía por propia voluntad recibiendo una satisfacción económica, lo cual supone, además, que tendrías derecho a cobrar el paro. Aunque desde una perspectiva conceptual encaja en el despido improcedente, salvo casos contados, las cantidades que se manejan suelen ser menores.

Excepciones de baja voluntaria con indemnización

Tal y como se apuntó al principio, existen determinadas situaciones en las cuales el trabajador tiene la opción legal de extinguir la relación que le une con la empresa teniendo derecho tanto a indemnización como a prestación por desempleo. Son las siguientes:

  1. El traslado del centro de trabajo de modo permanente que obligue al empleado, a la vez, a cambiar de residencia. En cuyo caso, éste debe recibir como compensación 20 días por ejercicio trabajado hasta el tope de un año.
  2. Cuando se dé una modificación sustancial de las condiciones de trabajo pactadas el profesional se hará acreedor de una indemnización igual a la anterior, pero con un máximo de nueve mensualidades.
  3. Al producirse un incumplimiento grave por parte del empleador (impagos, retrasos continuados en el abono del salario, acoso laboral, etc.) el resarcimiento económico se elevará hasta la categoría más dura, la fijada para el despido improcedente con contrato firmado antes del 12 de febrero de 2012 ya mencionada (45 días por año).

Aunque esas tres tesituras son las contempladas en el Estatuto de los Trabajadores, la realidad cotidiana esconde otros contextos. Por ejemplo, que un empleado con una antigüedad considerable no se encuentre a gusto en la compañía, su rendimiento cotice a la baja y desde la empresa se vea con buenos ojos una salida pactada que evite el pago de la indemnización al completo. O que, sin llegar a aprobar un expediente de regulación de empleo (ERE) o un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), la marcha del negocio no sea positiva y la dirección contemple con alivio la salida de algunos asalariados llegando a un acuerdo.

Cómo negociar un despido con indemnización

Si esa melodía te suena familiar, o si estando en otra situación buscas marcharte de la empresa con algo de dinero en el bolsillo, seguramente te interesarán los siguientes consejos para negociar un despido con indemnización.

  • La primera cuestión es alertarte sobre los peligros de forzar un despido. Si optas por una dejación de funciones puedes encontrarte, de un día para otro, con un despido procedente que te vetará el acceso tanto a una posible indemnización como al cobro de la prestación por desempleo. Así que es mejor que sigas cumpliendo con tus responsabilidades, no sólo por conveniencia, sino por mera ética profesional. Si acaso, huelga de celo.
  • Situaciones como las descritas suelen ser 'una patata caliente' para las dos partes. Así que puedes tratar de tantear a tu jefe para ver si la empresa está dispuesta a negociar. Si es así, tienes margen de maniobra para conseguir una compensación.
  • El conocimiento que tienes de la empresa, una baza a tu favor. Por muy baja que sea tu responsabilidad tendrás información bastante fiable sobre el estado del negocio, ya que estás inmerso en él. Si sabes que la compañía no pasa por un momento positivo, intenta 'jugar' con ello proponiendo a los responsables de la misma una salida beneficiosa para todos: tú te llevas una cantidad y el derecho al paro, y la otra parte se ahorra 'un pellizco' de la indemnización y seguir pagándote el sueldo.
  • En un escenario de estas características, un acuerdo transaccional de despido puede ser una bendición. De nuevo, tanto empresa como trabajador salen ganando, ya que se trata de un pacto aceptado por ambos. La primera abona una cierta compensación -menor generalmente que la establecida para el despido improcedente- pero se asegura la renuncia a una reclamación posterior por parte del asalariado, que sale con el montante que haya sido capaz de negociar y la puerta abierta del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el antiguo Instituto Nacional de Empleo (INEM).
  • Tirarse un farol, un arma de doble filo. No todas las personas tienen la misma capacidad, la oratoria o el temple para negociar. Si vas a jugar fuerte, ten muy presente tu situación financiera, tus posibilidades laborales de futuro y tus responsabilidad personales o familiares. Sí, puedes sacar más tajada, pero también salir perdiendo si no tienes una posición real de fuerza respecto a la compañía.
  • "Te arreglo los papeles del paro". Por manida, no hay que olvidar los peligros que entraña la práctica tras esta frase. Si en la negociación sale el punto de percibir la prestación por desempleo como elemento de intercambio (lo cual es altamente probable), cuidado con lo que aceptas, porque intentar 'colarle' a la Seguridad Social un despido improcedente que no lo es supone un fraude de ley. Dejando a un lado las consecuencias para la empresa, que son graves, como empleado, si la Inspección de Trabajo detecta la maniobra, puedes verte obligado a devolver las cantidades indebidamente percibidas del SEPE y que te caiga una prohibición de obtener otra prestación por desempleo o ayuda similar durante un año.
  • Finalmente, no olvides que cada negociación es un mundo y que, en gran medida, lo que logres será por haberte movido con inteligencia, tacto y teniendo cuidado al tensar la cuerda. Aunque en ocasiones la situación puede ser insostenible en el trabajo, te aconsejamos que tengas paciencia y que esperes tu oportunidad para poder dejar la empresa con una indemnización bajo el brazo.

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