Los coches con los que BMW desarrolla la conducción autónoma

• BMW ha inaugurado un campus dedicado en exclusiva a trabajar en el coche autónomo.
• Cuenta con una flota de 40 coches que circulan a diario por Alemania para recopilar información.
• Esa información alimenta a los sistemas de machine learning que darán vida al coche autónomo del futuro.

De momento son 40, pero a finales de año llegarán a ser 80. Y para 2019, está previsto que sean 140. Por ahora, todos los coches con los que BMW desarrolla la conducción autónoma son Serie 7 que está utilizando ahora mismo en su recién inaugurado Campus de Conducción Autónoma para trabajar en el coche autónomo. De este campus saldrá el coche que se conduce solo.

La semana pasada, BMW inauguraba en la ciudad alemana de Unterschleissheim (cerca de Múnich, en Alemania) su Campus de Conducción Autónoma, un complejo de 23.000 metros cuadrados de superficie en el que ahora mismo ya se está trabajando en el coche sin conductor. De este centro saldrán tanto las tecnologías de asistencia a la conducción que incorporarán los futuros coches de la marca, como también la tecnología que dará vida al coche cien por cien autónomo que tarde o temprano terminará por llegar a las carreteras.

Pero un coche autónomo no se construye de la noche a la mañana. El fabricante alemán trabaja con plazos que apuntan hacia el año 2021 para la introducción en el mercado del Nivel 3 de conducción autónoma —con el lanzamiento del BMW iNext—, y hasta entonces el objetivo de este campus no será otro que recopilar el mayor número posible de información. Tratar esa información, y al mismo tiempo llevar todas las tecnologías que sea posible a los actuales coches de la marca para mejorar la seguridad.

Y ahí es donde entran en juego estos Serie 7. Cada uno de estos coches —ahora mismo son 40 unidades, recordemos— salen cada mañana de sus garajes para circular por las calles alemanas con todos sus sensores activos. Hacen kilómetros, kilómetros y más kilómetros sin tener ningún destino: están ahí para enfrentarse a situaciones cotidianas en la carretera —con un conductor al volante, eso sí—, para que así los ingenieros puedan alimentar su sistema de machine learning con más y más ejemplos de imprevistos del día a día al volante.

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¿Qué sensores lleva cada uno de estos coches? Depende de la información que quieran recopilar los ingenieros en casa caso, pero en mayor o menor medida incluyen:

• Cámaras laterales.
• Cámaras delanteras (fabricadas por Mobileye).
• Cámaras traseras.
• Radares de corto alcance (SRR).
• Sensores por ultrasonidos (USS).
• Y radares LIDAR.

En total, más de 40 sensores por cada coche. Los coches que menos equipados van en cuanto a sensores regresan al final del día con unos 16 TB de datos recopilados, mientras que los que van completamente equipados —tal y como lo estaría un coche autónomo de Nivel 5— llegan a la base con hasta 40 TB de información.

Los datos que recopilan la flota de coches autónomos en pruebas  de BMW incluyen grabaciones de vídeo, datos de los sensores y, en resumen, una imagen en 360º de todo lo que hay alrededor del coche en cada momento. De esta forma, después los ingenieros pueden reconstruir cualquier situación en la carretera dentro de sus sistemas.

Esta información se procesa y almacena en tiempo real en un enorme sistema que ocupa todo el maletero del coche. Este sistema también varía en su configuración dependiendo de la cantidad de información que se quiera recopilar con cada coche, pero los procesadores que se utilizan para trabajar con esta ingente cantidad de datos se dividen en tres grupos:

• Los que montan los coches con Nivel 5 de conducción autónoma (es decir, el nivel máximo). En este caso, el procesador alcanza una capacidad de cálculo de hasta 7,8 TFLOPS (Teraflops).
• Los de Nivel 3, que alcanzan una potencia de cálculo de hasta 3,6 TFLOPS.
• Y los de Nivel 2, que incorporan un sistema más sencillo.

Si Mobileye es la compañía que proporciona algunas de las cámaras que equipan estos coches, Intel es la encargada de suministrar las placas base con las que funciona este sistema. Uno de los modelos utilizados en estos sistemas es la Intel C3000, que la compañía americana presenta en su web oficial como un modelo capaz de alimentar coches autónomos de Nivel 3 (e incluso Nivel 4 en algunas situaciones).

En líneas generales, BMW compara la potencia de cálculo de estos sistemas con lo que vendrían a ser entre 75 y 150 ordenadores de escritorio convencionales (de nuevo, la cifra exacta depende de los sensores que equipe cada coche).

El hecho de que cada uno de estos coches equipe este nivel de tecnología le permite a la marca poner a prueba en un entorno real cualquier cambio en el algoritmo de su sistema de conducción autónoma. Los ingenieros pueden subir modificaciones diferentes en cada coche para así ver cómo se comporta en un entorno real. Eso, sumado a las simulaciones, permite depurar al detalle el código.

Y hasta ahora solamente hemos hablado de lo que hay dentro del maletero de estos coches. La magia ocurre fuera: una vez el coche regresa a la base, toda la información se transmite a unos centros de datos que tienen capacidad de almacenar información en PB (petabytes) —tal y como os contábamos en este artículo—. A partir de ahí es cuando empieza el trabajo de análisis, depuración y simulación que en unos años dará vida al coche autónomo cien por cien.