¿Cómo calcular tu relación deuda-ingresos? La medida que ayuda a ver cuál es tu estabilidad financiera

Consolidar deudas
  • Tener unas finanzas personales ordenadas requiere de tener un buen equilibrio en tus cuentas.
  • La relación deuda-ingresos puede servir de referencia para ver la estabilidad financiera que tienes, por lo que su cálculo es una interesante práctica.
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Tener unas finanzas personales saneadas es importante de cara a la salud económica a futuro. 

Cuando se quiere lograr la libertad financiera, una de las patas fundamentales para conseguir el éxito reside en tener unas cuentas ordenadas. Para ello, la relevancia de la planificación financiera cada año y ajustarse al presupuesto es primordial. 

Para desarrollar un hábito de ahorro correcto los expertos en planificación financiera siempre aconsejan no ingresar más de lo que se gasta, controlar los gastos mensuales con la mayor precisión posible, automatizar el ahorro o intentar generar ingresos pasivos

Pero más allá de eso, es interesante que conozcas la importancia de la relación deuda-ingresos que tienes, cómo calcularla y de qué manera tenerla bajo control para evitar más problemas a futuro. 

La relación deuda-ingresos es una manera en que las entidades que te prestan el dinero miden su capacidad para gestionar los pagos que debes hacer mensualmente para pagar el capital que te han prestado. Este ratio es una de las formas que los prestamistas tienen para medir su habilidad para manejar las cuotas que abonas cada mes. Es decir, tu grado de solvencia.

Tu relación de deuda e ingresos indica la proporción de tu ingreso mensual que se destina a pagar tu deuda. Se puede calcular como un porcentaje. El procedimiento para calcular esta relación implica conocer tu obligación total de pago mensual de la deuda y tus ingresos brutos mensuales.

Para calcular la relación deuda-ingresos, lo que debes hacer es sumar todos tus pagos mensuales y dividirlos por los ingresos brutos que percibes al mes. La retribución bruta mensual es generalmente la cantidad de dinero que ganas antes de impuestos y otras deducciones. 

Por ejemplo, si pagas 500 euros mensuales por tu hipoteca, otros 200 euros mensuales por el préstamo de coche, y 100 euros mensuales por el resto de tus deudas, tus pagos mensuales son 1.200 euros. (500 + 200 + 100 = 800)

De este modo, si tus ingresos brutos mensuales son de 2.500 euros mensuales (puede ser la suma de lo que ganas en pareja), entonces tu relación deuda-ingresos es del 32%. 

La evidencia proveniente de varios estudios de préstamos hipotecarios, sugiere que los prestatarios con una mayor relación deuda-ingresos son más propensos a incumplir los pagos mensuales. 

Una relación de deuda-ingresos del 43% es importante porque, en la mayoría de los casos, es la proporción más alta que una entidad financiera puede asumir para ofrecer una hipoteca.

Sin embargo, hay algunas excepciones. Por ejemplo, un pequeño acreedor debe considerar su relación de deuda-ingresos o nivel de endeudamiento, pero está autorizado a ofrecer una hipoteca calificada con un índice de endeudamiento superior al 43%. En la mayoría de los casos, se considera que un prestamista es un pequeño acreedor si contó con menos de 2.000 millones de euros en activos en el último año y no emitió más de 500 hipotecas en el ejercicio anterior.

¿Cuál es una buena relación deuda-ingreso?

Una vez llegados a este punto cabe plantearse la duda de cuál es una buena relación deuda-ingreso. Como regla general, un porcentaje más bajo se considera mejor. Una proporción de entorno al 10% indicaría que solo una décima parte de los fondos disponibles se están utilizando para el pago de la deuda.

No obstante, si la proporción fuera más alta, sobre el 60%, podría ser una señal de endeudamiento muy elevado. Si el 60% de los ingresos brutos de una economía doméstica se utilizaran para pagar deudas, dejaría muy poco dinero para asumir otro tipo de gasto.

Por consiguiente, una relación que es igual o inferior al 36% se considera aceptable. Una proporción baja indica que puedes pedir prestado más. Sin embargo, si la proporción es alta, debes centrarte en formas de reducirla en lugar de conseguir más deudas.

Para que te puedas hacer a la idea, este breve esquema puede ayudarte a hacer una buena composición de lugar:

  • 10% – Una relación cómoda. No deberías tener problemas para conseguir un préstamo siempre que cumplas con los otros requisitos del prestamista.
  • 20% – Esta también es una buena proporción. Debería ser fácil conseguir más dinero para su negocio.
  • 36% – Estás en tu límite. Si necesita más fondos, deberá convencer al prestamista de que estarás en condiciones de pagar.
  • 40% – Podría ser difícil obtener una respuesta positiva a tu solicitud de préstamo. Pero no te rindas. Podrías encontrar un prestamista que esté dispuesto a aprobarte un préstamo.
  • 50% o más – Probablemente no deberías más prestado. En su lugar, debes centrarte en mejorar tu relación deuda-ingresos.

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