Cómo cambiar de una actitud pesimista a optimista en tan sólo 4 minutos

Christiane Drummond,
Persona feliz y optimista

Ser optimista no es estrictamente una cualidad, sino una habilidad. No nacemos siendo optimistas, si bien hay personas que son más positivas que otras por naturaleza, se trata de una mentalidad que podemos aprender a adoptar.

Es una habilidad muy valiosa tanto a nivel personal como a nivel profesional. Pero, ¿exactamente en qué nos beneficia ser optimistas en el ámbito laboral?

Para empezar una mentalidad positiva fomenta el pensamiento creativo y nos ayuda a resolver problemas. Además, reduce los niveles de estrés, mejorando el bienestar y aumentando así la productividad.

No se trata de obviar los problemas y riesgos, sino de dejar de concebirlos como una barrera. Una persona optimista no se atasca al ver el lado negativo, sino que encuentra un camino alternativo para llegar al lado positivo.

Leer más: 7 hábitos y rutinas diarias para ser más feliz y productivo 

Los pensamientos negativos activan un área del cerebro – llamada amígdala – relacionada con la aversión al riesgo. Con el tiempo esta mentalidad pesimista se convierte en un hábito, e incluso los acontecimientos inciertos se conciben como algo negativo.

Afortunadamente podemos entrenar nuestro cerebro para activar el lado más optimista. Se trata de un ejercicio mental revelado por Fast Company que podemos llevar a cabo en 4 minutos siguiendo 4 sencillos pasos:

  • Paso 1: Durante el primer minuto debes concentrarte en identificar un pensamiento negativo: piensa en qué te preocupa, que te asusta o estresa. Anota todos en un papel y no pases ninguno por alto.
  • Paso 2: Una vez hayas vaciado tu cabeza de preocupaciones y plasmado todos en un papel es hora de calmar tu mente. Cierra los ojos y centra toda tu atención en la respiración fijándote exactamente en el lugar por donde entra el aire en tus pulmones. Mantén este estado durante otro minuto.
  • Paso 3: Ahora deja que fluyan tus pensamientos y fíjate en ellos. No intentes eliminar los pensamientos negativos, simplemente obsérvalos.
  • Paso 4: Última fase, la visualización. Imagina cuál sería el mejor resultado posible con todos los detalles posibles, desde los allí presentes hasta tus emociones y acciones.

Con el tiempo tu cerebro aprenderá a valorar la mejor situación posible de manera automática, evitando que te atasques ante un supuesto problema que puede tener una solución fácil y positiva.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.