Cómo celebrar San Valentín si tu pareja lo odia y a ti te encanta, o viceversa

Celebrar o no celebrar fechas como San Valentín siempre puedes ser un motivo de desencuentro.
Celebrar o no celebrar fechas como San Valentín siempre puedes ser un motivo de desencuentro.
  • Algunas personas odian, literalmente, el día de San Valentín.
  • Desafortunadamente, también es posible que algunas de esas personas terminen en una relación con otra persona a la que sí le guste celebrarlo.
  • Las dos personas pueden estar contentas si están dispuestas a llegar a un acuerdo. 
  • Lo más importante es recordar que no se trata de ganar o perder, sino de ser capaces de ver la situación desde el punto de vista de la otra persona.

Una pareja puede discutir sobre muchas cosas diferentes. Desde no ir a una fiesta que una de las personas consideraba importante hasta no lavar los platos. A veces, una pareja puede incluso llegar a distanciarse por celebrar o no celebrar San Valentín.

Puede que alguien en la pareja vea San Valentín como la enésima artimaña comercial para vender más. Del mimo modo, puede que la otra persona lo vea como una cita ineludible, como la ocasión perfecta para tener un día romántico repleto de regalos y detalles.

Esta expectativa, explica la psicóloga Lisa Aronson Fontes, puede causar problemas, sobre todo cuando uno de los dos miembros de la pareja piensa que el día tiene que ser, sí o sí, perfecto.

"La gente, especialmente las mujeres, a menudo tienen una imagen idealizada de lo que debe ser el día de San Valentín por referentes como las películas", explica Fontes a Business Insider. "Sentimientos perfectos, cero conflictos, rosas estupendas… Por eso, y al igual que puede pasar con otras celebraciones, es muy fácil que las grandes expectativas se conviertan en frustración; lo idílico es muy difícil de lograr en la vida real".

No se trata de salirte con la tuya

Otro problema es cuando las expectativas existen pero no se corresponden dentro de la pareja. Una forma de evitarlo es que cada persona de la relación piensen continuamente y a medida que se acerca el día: "¿Cómo puedo complacer a mi pareja?". Según la psicóloga Fontes, el objetivo es transmitir y ofrecer amor, no lograr lo que más nos convenga.

"El objetivo no es vencer en ninguna discusión sobre San Valentín, mostrar quién manda. El objetivo, en cambio, debe ser transmitir amor", explica. "Y si para ello el cliché habitual de San Valentín –una docena de rosas rojas y una caja de bombones– no encaja con lo que espera la otra persona, entonces hay que pensar qué cosas pueden gustarle que también muestren afecto".

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También puede ser que una de las personas rechace por completo cualquier tipo de celebración romántica. "No forma parte de lo que soy, no sería yo si lo hago", podría decir. Pero si una persona ni siquiera está dispuesta a pensar en formas alternativas (e incluso gratuitas) de tener un día especial, puede que alguien también deba considerar si realmente quiere que esa persona forme parte de su vida.

"¿Y qué más da si es una cesión? Cedemos por las personas que queremos, nos adaptamos", asegura Fontes. "Tu pareja quiere sentirse especial en un día como ese, así que lo haces. Una persona no es menos auténtica por darle a su pareja algo que la otra persona quiere". 

Descubre cuál es el problema

Según la profesora de psicología de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Siracusa (EE. UU.) y directora del Close Relationships Lab (laboratorio de relaciones íntimas) en la misma universidad, Laura VanderDrift, lo primero es saber por qué se quiere (o no) celebrar San Valentín. Una vez se sepa, la presión por hacerlo se reduce considerablemente.

Puede que a una de las personas le guste mostrar su amor en público, salir a cenar en restaurantes románticos o puede que simplemente le guste pasar un tiempo a solas.

"Creo que es importante tener en cuenta si las actividades que suelen formar parte de un día de San Valentín pueden resultar poco atractivas, pensar que si la connotación cultural de un día como este es la que añade quizá demasiada presión a la fecha e impide disfrutar", explica a Business Insider VanderDrift.

"Si el problema es lo último, puedes probar a replantear el día de forma que las dos personas estén contentas: quizá quieres celebrar tener una relación de la forma que te apetezca y no necesariamente como parte de San Valentín, con todo lo que puede suponer culturalmente. Si tu pareja simplemente no quiere hacer lo que a ti te apetecería, intenta ponerte en su lugar".

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Las relaciones requieren un equilibrio de opiniones, decisiones y creencias. Esto incluye lo que sea que decidas hacer el día de San Valentín. En última instancia, mostrar disposición para modificar tus preferencias personales por el bien de una relación es una buena señal. Además, hacer concesiones por un día no hace daño. Es más, podría ser el punto que marque realmente la diferencia a largo plazo.

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