Cómo comer percebes: la guía definitiva para no ponerte perdido salpicándote

Los percebes son uno de los manjares más ricos y preciados que se pueden comer. Prueba de ello es su elevado precio que, dependiendo del tamaño puede llegar a superar los 200 euros el kilo en fechas especiales como Navidad o verano.

Este animal crece adherido a las rocas y para quitarlo es necesario usar una raspa con destreza. Captan el oxígeno disuelto en el agua y por eso tienen más calidad cuanto más batida y fría es esta. De ahí lo difícil que es cogerlos llegando a zonas rocosas con fuertes olas que a veces incluso les cuesta la vida a quienes los recolectan.

¿Cómo se comen?

Hay algo en común entre quienes se enfrentan a un plato percebes por primera vez y es no saber cómo comerlos. Y es que su extraña forma no da muchas pistas de cómo hacerlo y es muy fácil abrirlos mal, romperlos o mancharse.

Lo recomendable para abrirlos es tirar de ellos a partir de la uña y siempre dirigiéndolo al plato para que no te salpique. Sujeta con una mano la parte de la uña y con otra el cuerpo y gira cada una de ellas en dirección contraria para no mancharte. Ahora solo queda llevarlo a la boca y disfrutar. Aunque hay quienes se comen la carne de la uña, no es para nada lo común y se suele tirar.

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Así se cocinan

Al contrario que la mayoría del marisco, los percebes se comen calientes y cocidos para poder apreciar al completo su sabor y textura. Preferiblemente se cuece en agua de mar y muy pocos minutos. Simplemente hay que esperar a que el agua hierva, echarlos y retirarlos cuando esta vuelva a hervir. Además se sirven tapados con un paño de tela para conservar el calor el máximo posible.