Cómo se controlan los billetes de euro falsos y robados a través de su tinta y de qué manera ha evolucionado esta seguridad para controlar el dinero electrónico

La lucha contra la falsificación de billetes de euro ha logrado disminuir los billetes falsos detectados a cifras históricas.
La lucha contra la falsificación de billetes de euro ha logrado disminuir los billetes falsos detectados a cifras históricas.
  • El número de billetes falsos detectados en Europa en 2020 fue de 460.000 del total de 25.000 millones en circulación.
  • La tinta de seguridad es un elemento clave en la lucha contra la falsificación y la empresa responsable de proporcionarla para más de 150.000 millones de billetes comenzó su andadura en España.
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De los más de 25.000 millones de billetes en euros en circulación en Europa durante el año 2020, tan solo 460.000 se returarion del mercado por ser falsos, dejando una proporción de diecisiete billetes falsos por cada millón de billetes auténticos, según el Banco Central Europeo.

Haber logrado estas cifras significa alcanzar el nivel históricamente más bajo de billetes falsos detectados anualmente por cada millón de billetes auténticos en circulación, pero: ¿Cómo se consigue luchar contra la falsificación?

Los billetes en euros se fabrican "utilizando tecnologías de impresión sofisticadas" e incorporan elementos de seguridad como marca de agua que se crea confiriendo diversos grados de grosor al papel, o el uso de una tinta que permite añadir verificaciones de seguridad con luz infrarroja.

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Martín Sarobe es CEO de SICPA, una empresa que protege alrededor de 150.000 millones de billetes en cerca de 100 países con su tinta de seguridad, y el ejecutivo afirma: "La falsificación actualmente es prácticamente inexistente".

"Los billetes de banco son, yo me atrevería a decir, el documento más robusto, más protegido que existe en el mundo", sentencia Sarobe.

Uno de las formas en que se usa la tinta para detectar billetes robados es a través del sistema inteligente de neutralización de billetes, IBNS por sus siglas en inglés. El sistema activa una tinta que mancha los billetes "cuando un criminal abre un contenedor de efectivo protegido como un cajero", de acuerdo al BCE.

Un recorrido por la seguridad que empezó en España

La compañía que él dirige en España cuenta con 160 empleados, factura unos 20 millones de euros en nuestro país y prevé cifras de crecimiento entre el 5% y el 10% en los próximos años. Sus inicios, no obstante, vienen de un ámbito muy distinto.

SICPA es la creación que Maurice Amon echó a rodar en 1927 para suplir de grasa animal a la industria alimentaria. 16 años después la compañía había virado hacia la tinta de seguridad, produciendo su primera producción de tintas de seguridad que se aplicaría a los billetes de 100 pesetas españoles.

La ambición de la empresa llegó hasta el punto de que la segunda generación de la familia, encarnada en Albert Amon, se encargó de diseñar un protocolo de seguridad e impresión estandarizado que en 1969 fue adoptado por la policía internacional, INTERPOL, y todavía están vigentes.

Esta apuesta por la innovación y el desarrollo ha quedado impregnada en la empresa a día de hoy, cuenta Martín Soribe a Business Insider España. Por eso, pese a no estar trabajando directamente en el desarrollo de plataformas de pago digitales como Bizum, sí trabajan en verificar la identidad digital de quien ordena esas transferencias.

La verificación de la identidad digital
La verificación de la identidad digital

La gestión de la identidad digital para reforzar la seguridad

"Lo último en que estamos trabajando es en la identidad digital autosoberana", cuenta Sarobe, que califica el concepto de revolucionario. "Las identidades que uno tiene para el manejo de una red social al final... no tengo el control de esa identidad. Yo cedo ese control a la plataforma donde esté", asegura. 

"Si quiero acceder, por ejemplo a una discoteca donde está prohibido el acceso a menores de 18 años, yo puedo dar mis credenciales en las cuales digan mi nombre y simplemente la edad. No tengo por qué facilitar dónde vivo o quiénes son mis padres".

La propuesta de SICPA vendría a sustituir la identificación de doble factor que ocurre actualmente al emitir una orden de pago digital. De esta manera, comenta, se lograría descentralizar los datos de los usuarios bancarios, además de dotar de mayor libertad sobre qué datos se comparten.

Para lograr materializar esta idea, Sarobe asume no solo que necesitan seguir trabajando, sino que se necesita un consenso internacional para que la identidad digital de una persona europea, por ejemplo, funcione en Estados Unidos.

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