Cómo convertir el 'mindfulness' en un hábito, según un profesor de Harvard

Mindfulness en el trabajo.
Mindfulness en el trabajo.

Los beneficios del mindfulness o meditación son bien conocidos, así como su adaptación a los lugares de trabajo, pero eso suele conllevar el desarrollo de la práctica como rutina, algo difícil de conseguir.

La falta de tiempo suele ser la razón más común en los que dejan de meditar, entre muchas otras, si bien su puesta en práctica conlleva numerosas ventajas espirituales y fisiológicas. 

Matthias Birk, profesor de Harvard, explica que la mayor parte de los ejecutivos con los que trabaja le dicen que ya lo han probado, pero solo unos pocos admiten que sea parte de su rutina. Algunos se estancan porque tienen poco tiempo y sienten que no está funcionando.

Birk lleva practicando meditación 20 años y la ha trabajado con cientos de ejecutivos de Columbia Business School, la Universidad de Nueva York y empresas como Goldman Sachs y McKinsey.

Para el profesor, estas son las 4 claves para convertir el mindfulness en un hábito: 

Encuentra una comunidad

El éxito de las apps de meditación durante la última década ha hecho que se tenga la percepción de que la meditación tiene que hacerse de forma individual. "Lo mejor de esta tendencia es la accesibilidad: cualquiera puede empezar a meditar con un par de clics en su teléfono", explica.

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No obstante, el profesor hace hincapié en que esta práctica se ha hecho en grupos durante miles de años. Birk incide en que meditar en grupo tiene 2 beneficios principales: la responsabilidad, ya que el grupo se reúne en una fecha y una hora concretas, y el apoyo social de otros, que hace que te inspires a través de su progreso.

"La mayor parte de ejecutivos que conozco y que ha establecido una práctica regular ha encontrado y sostenido alguna clase de comunidad", señla. 

Comprométete a mantener un horario innegociable

Además de formar parte de una comunidad, establecer un tiempo para tu práctica personal es muy importante. Birk da el ejemplo de Patrick, director en un banco de inversión: informó a su equipo que iba a meditar cada día a las 15 horas y que no podía ser interrumpido.

Asimismo, reservó ese tiempo en el calendario. Patrick le explicó a Birk que el hecho de que su oficina tuviese las paredes de cristal ha reforzado su compromiso en cierto modo: su equipo lo ve y espera verlo sentado en silencio a diario.

Trabaja con un monitor

Al igual que en muchas otras destrezas, necesitas trabajar con un profesor si quieres alcanzar cierto nivel. Lo mismo pasa con la meditación. "Puedes aprender por ti mismo lo básico de golf y piano, pero mejorarás antes si tienes un monitor que observe y te de un feedback personalizado", destaca Birk. 

El profesor explica que, a veces, puedes sentir que no estás haciendo ningún progreso o tener emociones a las que no sabes enfrentarte solo: para eso está el monitor, para guiarte.

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No obstante, Birk advierte de que, en estos momentos, aún no hay una certificación reconocida internacionalmente para los profesores de mindfulness y recomienda buscar en organizaciones que cuenten con experiencia.

Olvídate de las expectativas de un progreso lineal

"Todos tenemos ciertas expectativas en cuanto a la meditación", explica Birk, pero añade que no todas las sesiones tienen el efecto deseado. Frente al entrenamiento físico, con el mental puedes tener la sensación de que no "está funcionando". 

El profesor asegura que hay que ver esas ocasiones como señales que indican que estás en el buen camino, que tu mente está aprendiendo el proceso de relajación.

"A veces, nuestras mentes tienen problemas a la hora de relajarse", apunta. "La clave es entender que el progreso no siempre es lineal ni como nosotros lo entendemos".

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