Wall Street vaticinó que la economía rusa se desplomaría tras la invasión de Ucrania: estos 3 gráficos demuestran que no ha sucedido

George Glover,
La economía rusa ha desafiado los pronósticos pesimistas iniciales de Wall Street en los últimos seis meses.
La economía rusa ha desafiado los pronósticos pesimistas iniciales de Wall Street en los últimos seis meses.

Kremlin/Reuters

Cuando las fuerzas del presidente Vladímir Putin invadieron Ucrania a finales de febrero, muchos analistas de Wall Street se apresuraron a anunciar el hundimiento económico de Rusia. Seis meses después, se han visto obligados a revisar esas previsiones.

Aquellas nefastas advertencias parecían estar a punto de hacerse realidad en las semanas posteriores al estallido de la guerra. Los aliados occidentales impusieron sanciones económicas, como la prohibición de importar petróleo y la exclusión del rublo ruso de los mercados internacionales de divisas.

Pero la economía rusa ha demostrado una gran resistencia. Estos tres gráficos lo demuestran.

El crecimiento económico se mantiene

En marzo, el principal banco de inversión JPMorgan señaló que el producto interior bruto de Rusia caería un 35% en el segundo trimestre en comparación con el anterior. Goldman Sachs pronosticó que su economía sufriría la mayor contracción desde la implosión de la Unión Soviética a principios de la década de 1990.

Sin embargo, el PIB ruso cayó únicamente un 4% interanual en los últimos tres meses hasta el 30 de junio. De hecho, su crecimiento económico se contrajo a un ritmo más rápido tras el estallido de la pandemia de coronavirus, cuando el PIB cayó un 7,4% en el segundo trimestre de 2020.

A la vista de ello, JPMorgan ha concluido que la economía rusa ha resistido el peso de las duras sanciones. 

Los datos disponibles "no apuntan a un desplome abrupto de la actividad, al menos por ahora", han señalado recientemente sus estrategas en una nota. "El modelo del PIB, por lo tanto, parece cada vez más consistente con una recesión prolongada, pero no muy aguda".

Unas exportaciones de materias primas rusas más fuertes de lo previsto, incluido el petróleo, han contribuido a sostener la economía. El país también se ha beneficiado de una sólida demanda entre sus propios consumidores y de un programa ideado por el Kremlin para mantener bajo el desempleo, según el Fondo Monetario Internacional.

"La demanda interna está mostrando cierta resistencia gracias a la contención del efecto de las sanciones en el sector financiero nacional y a un debilitamiento del mercado laboral menor de lo previsto", indicó el FMI en julio.

Del aumento del precio de la gasolina al fortalecimiento de las alianzas en África, Putin está consiguiendo victorias en todo el mundo.

Las exportaciones de petróleo crecen gracias al giro hacia Asia

Los analistas de Wall Street también pronosticaron que las prohibiciones occidentales a la importación de petróleo perjudicarían gravemente a Rusia, tercer productor mundial de petróleo, por detrás de Estados Unidos y Arabia Saudí.

Su economía depende en gran medida de sus exportaciones de energía, ya que los ingresos por petróleo y gas representaron el 45% de su presupuesto nacional el año pasado, según la Agencia Internacional de la Energía.

Estados Unidos impuso un embargo a las importaciones rusas de energía en marzo, mientras que la UE acordó una prohibición gradual —que por ahora afecta al 75% de las compras rusas de petróleo— en mayo.

En marzo, Goldman Sachs afirmó que era poco probable que Moscú encontrara otros socios comerciales de crudo, ya que su expulsión del sistema bancario SWIFT impedía al Banco Central de Rusia utilizar sus reservas de divisas.

"Para demostrar este punto, no hay noticias sobre aumentos de las compras chinas de crudo ruso hasta el momento, ya que China tampoco ha aumentado las importaciones de crudo iraní o venezolano en los últimos años", señalaron sus analistas.

Sin embargo, Rusia sigue exportando 7,4 millones de barriles de petróleo al día, según datos de Bloomberg correspondientes al mes de julio.

Las compras de petróleo ruso por parte de la India han desempeñado un papel importante. Sus importaciones crecieron durante cinco meses consecutivos antes de caer ligeramente en junio. Sin embargo, sigue consumiendo 1 millón de barriles de petróleo ruso al día, lo que supone un aumento del 900% respecto a febrero.

Y Europa aún no ha conseguido desprenderse del crudo ruso. Según los datos de Bloomberg, la UE sigue recibiendo 2,8 millones de barriles diarios. Esto supone un descenso del 30% respecto a los 4 millones de barriles diarios de febrero.

 

La actividad de las fábricas y los servicios se reactivan

Wall Street veía que los sectores manufacturero y de servicios de Rusia iban a sufrir las consecuencias de las sanciones económicas de Occidente.

A raíz de la invasión de Ucrania, el índice compuesto de gestores de compras de Rusia —que sigue la evolución de ambos sectores— se desplomó. Pasó de 50,8 en febrero a 37,7 en marzo; una cifra superior a 50 indica crecimiento y una inferior a 50, contracción. 

Los estrategas de Goldman Sachs afirmaron que la contracción fue "generalizada, con fuertes caídas en los componentes de producción, nuevos pedidos y, especialmente, nuevos pedidos de exportación". Indicaron que Moscú debería prepararse para más descensos.

Pero varios meses después, el PMI compuesto de Rusia ha vuelto a crecer.

El índice subió a 44,4 en abril, superó los 50 en junio y alcanzó los 52,2 puntos el mes pasado. Esta última lectura significa que la salud económica de Rusia está floreciendo, lo que dista mucho de las predicciones catastrofistas de Wall Street.

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