Cómo espesar una salsa con los trucos de la abuela

Espesar salsa

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Aprender cómo espesar una salsa es elemental en la gastronomía mediterránea, donde mojar el pan está a la orden del día y un gran porcentaje de platos llevan su propio aderezo. 

A lo largo y ancho de la geografía los paladares disfrutan con salsas típicas como los mojos verde y picón canarios, el romesco catalán, el omnipresente alioli, la salsa brava o la salsa española, típica de carnes y con su distintivo aroma a vino tinto.

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Una buena salsa tiene el punto justo de sal, es consistente y cremosa, provoca una explosión de sabor y combina adecuadamente los ingredientes para completar y mejorar el plato al que se destina.

Si una salsa te ha salido demasiado líquida, existen varias maneras de espesarla que puedes poner en práctica, tanto técnicas culinarias como ingredientes comodín. 

Formas de espesar una salsa fáciles y rápidas

Las albóndigas son inseparables de su tradicional salsa.
Las albóndigas son inseparables de su tradicional salsa.

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La primera vía es reducir la salsa de forma natural: Es el modo ideal para reducir líquidos cuyo sabor quieras intensificar. 

Según explican desde The Gourmet Journal, la reducción consiste en hervir la salsa destapada a fuego lento para que adquiera una consistencia de jarabe, más cremosa. Es posible reducir vino tinto, vinagre, zumos de naranja, brandy o coñac, caldos de carne, verdura o pescado.

Añadiendo diferentes elementos también podrás espesar tu salsa. En ocasiones, si son productos sólidos requerirán un proceso de triturado con la batidora. Estos son algunos ingredientes que te ayudarán en tu propósito:

  • Harina o maizena: Para aplicarla sin que se formen grumos, diluye primero una generosa cucharada en un poco de agua fría y añade la mezcla a la salsa, manteniendo el calor a fuego medio y sin dejar de remover hasta que espese con la consistencia deseada. 
  • Copos de patata: Puedes añadir directamente fécula o copos de patata para lograr una salsa más cremosa. Liga perfectamente y aporta una agradable textura. 
  • Goma xantana o agar a agar: Ambas también son sustancias espesantes a las que puedes recurrir para los aderezos de tus platos. Sus ventajas son que no aportan olor, sabor ni color al resultado final. 
  • Nata, leche o mantequilla: Debes tener en cuenta el sabor característico de estos productos lácteos, así como el aporte de grasa, a la hora de añadirlas a fuego lento para que tu salsita coja cuerpo. 
  • Frutos secos triturados o pan rallado: Ideales para darles consistencia y sabor a salsas y guisos. Si no tienes pan rallado, también vale un trozo de pan, idóneo para absorber el líquido.
  • Yema de huevo: Mezclar un poco de la salsa con una yema de huevo cocido hasta que quede totalmente disuelta, incorporar y remover hasta que quede integrada es otro método eficaz. 
  • Hortalizas y legumbres cocidas: En este caso también deberás triturarlas, sirviendo como útil fórmula espesante. 

No olvides comprobar el punto de sal e incorporar a cada salsa tus especias favoritas. 

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