¿Cómo ha cambiado la inflación nuestra dieta? Menos pescado y más vino

Una pescadera sirviendo pescado.

Getty Images

  • Según el último informe del mes de julio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los productos cárnicos han descendido su consumo un 16%, siendo el producto que más ha caído. Mientras que el vino de D.G.P. y los aceites que no sean de oliva o girasol son los que más han crecido.
  • Además, las familias con menor poder adquisitivo son las que más se están privando de comprar tantos alimentos como antes, lo que hace que busquen sustitutos más baratos pero con menor poder nutricional.
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Con la situación económica actual, marcada por la inflación, es normal que los españoles busquen recortar gastos de cualquier lado. Y, uno de los primeros sitios donde buscan el ahorro es en la cesta de la compra

A lo largo de este año, los hábitos de compra de los consumidores han cambiado para tratar de adaptarse a la subida de los precios y adquieren menos alimentos de la dieta mediterránea

Según el último informe publicado en julio por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los alimentos que más han bajado sus ventas han sido los productos cárnicos, cuyo consumo descendió el pasado mes de julio más de un 16% respecto a julio de 2021. La compra de pescado también se redujo un 14%. El pan, un 9,4% y los huevos, un 8,5%. 

En contraposición, han aumentado las ventas de vino con indicación geográfica protegida y los aceites que no son ni oliva ni girasol, como los aceites de linaza o coco, cuyo consumo aumentó un 10%. Respecto a los vinos, la subida fue del 1,7%, es decir, se pasó de consumir 25,7 millones de litros en julio de 2021 a 26,2 millones de litros en el mismo periodo de este año.

En total, según informaNius, los españoles tomaron un 8,8% menos de productos alimentarios. Sin embargo, tan solo consiguieron reducir el gasto en un 5,1%.

Otro de los cambios de hábitos de consumo que se ha visto es que los españoles ha reducido el número de litros o kilos que compran. Una reducción que no siempre se nota en el bolsillo. Por ejemplo, los españoles comieron 45,1 millones de kilos de huevos menos, pero, en cambio, pagaron 17 millones de euros más por ellos. 

Unos cambios en la alimentación que afectan mucho más a las personas en situaciones económicas vulnerables. Según Rubén Sánchez, responsable de Facua, las personas con menor poder adquisitivo se están privando de comprar tantos alimentos como antes o alimentos con los precios más caros. Por ejemplo, están sustituyendo carnes o pescados por otros con menor aporte nutritivo. 

"Quien antes comía pescado con arroz, ahora come arroz con un poco de pescado o incluso elimina el pescado de la dieta. Todo ello implica que los perjuicios económicos que nos está provocando esta coyuntura de alzas importantes de los precios para aumentar los márgenes de beneficios en las grandes empresas, deriva en una peor calidad de vida y un efecto negativo en nuestra salud, al sustituir productos esenciales por productos cuyo aporte nutricional no es tan propio de la dieta mediterránea, que suponen un exceso de hidratos de carbono o de grasas saturadas. Todo ello supone una merma en nuestra salud que luego puede tener consecuencias en el sistema sanitario y provocar un mayor gasto en sanidad", afirma Sanchéz. 

Para intentar ahorrar un poco más en la cesta de la compra, pero no perder calidad, la OCU recomienda elegir bien el lugar donde se realiza la compra. Según los cálculos realizados por la organización, este año las familias van a afrontar un sobrecoste de más de 830 euros en el gasto anual en alimentación. 

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