Un 'trader' que ganó 8 millones de dólares en 2 años revela su estrategia para invertir en el 'boom' de la IA

Laila Maidan,
Jack Kellogg, 'trader'.
Jack Kellogg, 'trader'.

Jack Kellogg

  • Jack Kellogg dice que el mercado está estancado este año, pero que los valores relacionados con la inteligencia artificial están subiendo.
  • Persigue la etiqueta AI en busca de pistas sobre la evolución del sector. 
  • Busca operaciones relacionadas con C3.ai (AI) y sigue esos valores en una lista.

Jack Kellogg lleva desde 2017 operando con acciones.

Aunque al principio no tuvo mucho éxito, ha podido experimentar diferentes tipos de mercados. Ese primer año, lo hizo a través de paper trading (un simulador de inversiones), porque en su primer intento fracasó. 

Ahora le toca revivir 2017 operando de verdad. Pero ese año tiene muchas similitudes con el presente. Hasta ahora, la volatilidad no ha sido demasiado alocada en ninguna dirección, a no ser que se opere con valores de moda, como los relacionados con la inteligencia artificial. La experiencia es similar al boom del bitcoin durante la carrera alcista de las criptomonedas entre 2017 y 2018.

"Lo que ocurrió cuando el bitcoin pasó de 1.000 a 20.000 dólares en esos años, es bastante similar a lo que estoy viendo en las acciones de IA, porque la IA tiene mucha tracción en este momento con titulares y con traders muy ansiosos e interesados en ella", dice Kellogg.

Esta moda trae consigo muchas oportunidades de negociación en posiciones largas y cortas, porque los valores de IA se 'sobrecompran'. Así, se pueden aprovechar las posiciones largas al alza y las cortas a la baja, explica. 

 

Entre la búsqueda de valores alcistas y de grandes ganancias porcentuales, y el seguimiento de las conversaciones en Twitter, en enero Kellogg llegó a la conclusión de que el tema de la IA tenía mucho potencial. Así que empezó a centrar sus esfuerzos en este sector. 

Hasta la fecha, calcula que entre el 25% y el 30% de sus operaciones han sido con empresas relacionadas con la inteligencia artificial. En enero y febrero, ganó alrededor de 1,4 millones de dólares (unos 1,3 millones en euros al cambio actual), según los extractos de su cuenta de bolsa consultados por Business Insider

Las declaraciones de impuestos vistas también por este medio muestran que declaró más de 8 millones de dólares (7,4 millones en euros) en rendimientos por operaciones diarias en 2020 y 2021. Sus retornos cobraron impulso en 2020, cuando ingresó 1,6 millones de dólares (1,4 en euros). En 2021, esa cantidad ascendió a un total de 6,5 millones (casi 6 millones de euros).

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Cuando Kellogg opera con valores temáticos, empieza por identificar la llamada "cabeza de serpiente"

Por ejemplo, en 2017 y 2018, el bitcoin era la cabeza, y cualquier empresa relacionada con el activo, como las empresas mineras de bitcoin, eran el resto del cuerpo de la serpiente: en cualquier dirección que se moviera el precio del bitcoin, estas empresas tendían generalmente a seguirlo. 

En cuanto a los valores relacionados con la inteligencia artificial, Kellogg cree que C3.ai (empresa líder de software de IA) es la cabeza

Cuando la etiqueta de cotización AI pasó de 10 a 18 dólares por acción en enero, empezó prestar más atención a los movimientos de simpatía. Es decir, a valores relacionados con el corredor original o la cabeza porque son competidores o proporcionan productos y servicios similares o de apoyo. 

Estos valores también tienden a subir porque dirigen la atención de los inversores a todo el sector con la premisa de que se producirá un rendimiento similar. Los operadores a corto plazo suelen aprovechar este patrón apostando por las versiones más baratas del rival. 

Kellogg empezó a buscar estas jugadas escaneando Twitter y buscando tuits que incluyeran "$AI". Los leyó para ver qué otros valores se mencionaban. También hizo una búsqueda en Google y sacó artículos en los que aparecían otros valores. A partir de ahí, elaboró una lista de 20 a 30 valores relacionados con la inteligencia artificial. 

Aunque al principio es como si estuviese siguiendo la corriente, llega un momento en el que se aleja de la multitud y se centra en sus indicadores técnicos y en las pautas con las que está familiarizado. 

Estos indicadores incluyen el precio medio ponderado por volumen (VWAP), las tendencias de soporte y resistencia y la regresión lineal. Al principio, tantea el terreno abriendo una posición muy pequeña, de entre el 10% y el 15% del importe total que tiene previsto apostar por el valor. Después lo observa hasta que ve un punto de entrada mejor que le lleva a aumentar gradualmente su posición.

"Me aseguro de comprar este tipo de valores cuando están en rojo. Si vas a entrar en una posición y a hacer swing trading durante varios días, una semana, 2, 3 semanas, un mes, lo que sea, quiero asegurarme de que estoy comprando cuando la gente está vendiendo", explica Kellogg. 

Su objetivo es comprar en los niveles de apoyo que marca en su gráfico, mientras lo revisa a diario. Mucha gente comete el error de comprar cuando las acciones suben, como si las estuviesen persiguiendo. Es entonces cuando él quiere salir de su posición. 

Otro indicador que le impulsa a salir es la evolución del precio de la acción original. En este caso, si el ticker AI se está vendiendo o aparece en titulares negativos, es una señal de venta también para sus operaciones de simpatía. 

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Sin embargo, cuando se trata de una operación temática, deja más margen de maniobra a la acción porque está operando con una tesis más amplia, a diferencia de operar un día con una acción aleatoria basándose en datos técnicos. 

"Apunto a mayores ganancias porcentuales porque he visto estos patrones durante 7 años y todos hacen lo mismo", dice Kellogg. "Es decir, suben más de lo que piensas porque todo el mundo sigue creyendo en la idea de que son la próxima gran cosa".

BigBear.ai Holdings Inc. (BBAI) fue uno de los valores con los que empezó a operar después de que apareciera en los titulares por conseguir varios contratos de entrega indefinida/cantidad indefinida (IDIQ) por valor de 900 millones de dólares de las Fuerzas Aéreas estadounidenses. 

Las acciones cotizaban justo por debajo del dólar antes de subir a más de 3 dólares el 12 de enero, día en que se publicó el comunicado de prensa. Kellogg la observó hasta que determinó que tenía un nivel de soporte en torno a los 2 dólares. Empezó a subir el 18 de enero a un precio de entre 2,36 y 2,43 dólares, según los datos de su cuenta vistos por Business Insider

Pero al día siguiente salió de su posición a un precio de entre 1,96 y 2,02 dólares para recortar sus pérdidas después de que la operación se volviera en su contra.  

El 26 de enero volvió a intentarlo y volvió a entrar en una posición a un precio medio por acción de 2,12 dólares. Mantuvo estas acciones hasta el 14 de febrero, cuando las vendió entre 4,66 y 4,83 dólares cuando se dio cuenta de que se estaban rompiendo los niveles de soporte. La acción había estado bajando desde el día 6, después de que su precio de cierre alcanzara un máximo de 6,11 dólares.

También intentó tomar una posición directa en AI el 31 de enero, comprando 5.000 acciones a un precio de 20,16 dólares, pero salió el mismo día a 20,06 dólares, con una pérdida de 0,10 dólares por acción. 

Según cuenta a Business Insider, no había conseguido estimar la dirección del precio. Aunque AI ha bajado desde sus máximos de principios de marzo, Kellogg cree que aún tiene recorrido al alza. Espera otro repunte para el sector este año o el próximo, lo que podría llevar a las acciones de AI a nuevos máximos. 

La IA se encuentra aún en sus primeras fases de desarrollo

Jay Jacobs, responsable en Estados Unidos de fondos cotizados temáticos y de renta variable activa de BlackRock, estima que aún queda entre el 80% y el 85% del mercado en términos de oportunidades de crecimiento. Esto se debe a que la tecnología aún se encuentra en la primera fase de adopción a lo largo de un ciclo de 5 etapas conocido como la Curva S. 

"Dicho esto, no me decido a comprar nada ahora mismo porque todavía parece que necesita más tiempo para consolidarse. Sólo con mirar los gráficos, no me parece que estén preparados porque no mantienen los niveles de soporte. Muchos de ellos se están desvaneciendo", apunta Kellogg. 

Pero tampoco ha empezado a jugar en el lado opuesto de la operación, vendiendo en corto los valores del sector. 

El motivo es que no ha observado una fase de euforia en la que todo el mundo hable de la IA durante la cena de Navidad, por ejemplo. También cree que los precios de las acciones de la IA no han entrado en modo "supernova total", lo que básicamente significa que las acciones suben agresivamente durante un periodo de varios días. 

"Mi madre no me manda mensajes preguntándome por las acciones de inteligencia artificial. Aún no ha llegado a ese nivel", dice Kellogg. " Cuando más gente empiece a hablar de ello, es cuando la operación corta estará lista".

 

Una segunda y mayor subida del sector estaría probablemente impulsada por un catalizador, como noticias de Microsoft, Google, ChatGPT o cualquier titular que señale un gran avance en la tecnología, añade. Entonces buscará valores relacionados con el sector que empiecen a subir y observará dónde caen y crean niveles de soporte.

"C3.ai tiene un máximo ahora mismo en torno a los 31 o 32 dólares por acción, y está cotizando entre 20 y 25 dólares. Creo que si la acción empieza a hacer base entre 28 y 30 dólares y a acercarse a los máximos y, luego, sigue alcanzando nuevos máximos hasta los 50 dólares, en ese momento se producirían muchas operaciones potenciales y de simpatía", explica su teoría.

Uno de los principales problemas de la negociación por modas es que la gente se deja llevar por la expectación y es más probable que espere un objetivo de precio masivamente alto

Es similar a lo que les ocurrió a quienes siguieron comprando bitcoin en 2017 y 2018. Si bien la criptomoneda consiguió un nuevo máximo 4 años después, si quieres mantener un activo tanto tiempo, como un inversor, es mejor apostar por empresas sólidas como las 100 principales acciones tecnológicas porque tienen baja volatilidad y sustancialmente menos riesgo, sugiere Kellogg.

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