La vuelta a la rutina, la acumulación del trabajo y el miedo al despido están disparando la ansiedad tras las vacaciones: 2 psicólogas explican cómo identificarla y gestionarla

Laincertidumbre que ronda a la pandemia del COVID-19 no sólo tiene que ver con frenar la propagación del patógeno, las dosis de refuerzo o con cómo tratar la enfermedad que el virus provoca. 

Es también el principal motivo de la ansiedad que sufren los trabajadores que tienen que hacer frente (una vez más) a una vuelta a la rutina sin la vieja normalidad.  

"La ansiedad ahora mismo está principalmente motivada por la incertidumbre respecto a cuáles van a ser los requisitos para volver. Este es de nuevo un paradigma absolutamente nuevo que puede crear problemas de salud mental a los trabajadores", reconoce Ana Sánchez-Anegón, terapeuta, coach y CEO de El Animal Emocional a Business Insider España. 

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A ello se suma que muchos empleados aún viven con miedo de una reestructuración dentro de la empresa que les lleve a perder su puesto. 

Otros, con un exceso de carga de trabajo por el despido de algunos compañeros de equipo. O reticentes a volver a las oficinas de forma presencial, a los horarios fijos y la rutina. 

"Las vacaciones son un periodo de descanso y relajación, cuesta volver a retomar las responsabilidades, especialmente si suelen ser muchas y muy pesadas", explica Raquel Moyá, psicóloga, coach y directora de ¿y psi hablamos?, un portal de psicólogos online. 

Para arrojar un poco de luz sobre cómo gestionar la ansiedad que todas estas situaciones provocan, Business Insider España ha preguntado a las psicólogas Sánchez-Anegón y a Moyá sobre qué situaciones generan más estrés y cómo hacerles frente. 

La pregunta del millón: cómo lidiar con la incertidumbre

Son muchas las incógnitas que aún quedan por resolver en la vuelta a la rutina este septiembre: ¿qué medidas nuevas impondrá la empresa?, ¿cómo se volverán a conciliar los horarios?, ¿qué pasa con los que aún no se han vacunado contra el COVID-19?

"Existen muchas sobre las personas que todavía no se han vacunado y no se saben muy bien cuáles van a ser los requisitos y las reprimendas que puedan sufrir. Este es un factor absolutamente nuevo", ejemplifica Sánchez-Anegón.

La CEO de El Animal Emocional reconoce que no existe una respuesta única a cómo lidiar con la incertidumbre.

"Para mí es como la pregunta del millón", dice. 

"Yo siempre recomiendo intentar vivir en el presente, evitando todos los momentos de ansiedad que podemos inventarnos en la mente". 

Según la psicóloga, pueden ayudar algunos ejercicios de control mental, como las técnicas de meditación, de respiración o de agradecimiento. 

Ten paciencia contigo mismo porque tu cerebro aún está de vacaciones: la acumulación de trabajo y las obligaciones podrían estresarte más de lo normal

"Generalmente cuando los profesionales se van de vacaciones no suele haber otra persona que esté haciendo su trabajo, por tanto queda pendiente una pila de tareas. A la vuelta, hay que resolver el doble de trabajo en la mitad de tiempo", dice Moyá.

A esto se suma que muchos equipos se han quedado con manos de menos por los despidos, los ERE y ERTE que ha provocado la pandemia. 

"Cuesta volver a retomar las responsabilidades, especialmente si suelen ser muchas y muy pesadas. (...) También tener paciencia contigo mismo, tu cerebro está aún en modo vacaciones y lo estará durante un tiempo. Hay que pensar que has estado las últimas semanas haciendo exactamente lo que te pedía casi en cada momento", explica la CEO de y psi hablamos?.

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Aunque no vuelvas a la oficina en esta segunda vuelta a la rutina en medio de la pandemia, es importante que sepas separar el trabajo del ocio. Una forma de hacerlo desde casa es diferenciando los espacios que dedicas a cada cosa. 

"Los que teletrabajen, quizá podemos añadir que sería interesante tener una zona específica dentro de casa para trabajar, y que para distraerse, salgan de esa zona. Que los descansos los hagan fuera de la zona de trabajo, por tanto que el despacho sea un "espacio libre de distracciones"", recomienda Moyá. 

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En lo que te adaptas a las nuevas rutinas, no dejes de lado los momentos de desconexión. 

"La vuelta a la oficina es otro factor de peso. Hay personas que tienen miedo al contagio o ansiedad social, por ejemplo. Las personas introvertidas que se encuentran muchísimo mejor en casa y tienen que volver, esta es una nueva adaptación", ejemplifica la CEO de El Animal Emocional. 

"El haber podido pasar demasiado tiempo desconectado de las obligaciones habituales del trabajo, puede provocar dificultades para volver a engancharnos a la rutina. O todo lo contrario, mucha facilidad por las ganas de volver a hacer algo", coincide Moyá.

Sacar tiempo de forma consciente para seguir disfrutando de los últimos rayos de sol de agosto o de las primeras tardes frescas del paso de verano a otoño pueden hacer mucho más llevadero el cambio. 

La directora de y psi hablamos recomienda aprovechar el tiempo de ocio para hacer cosas que te gustan y que estabas haciendo durante tus vacaciones. 

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"Ir de menos a más, cogiendo cada vez más trabajo, haciendo pausas, aprovechando el tiempo de ocio no solo para descansar, sino para hacer actividades placenteras, y descansar bien", recomienda Moyá, quien también sugiere que tomarse unos días para organizar entre los viajes y el primer día de trabajo podría ayudar.  

En esta misma línea, Sánchez-Anegón insiste en que no es recomendable obsesionarse con los paradigmas de ser productivos y conseguir objetivos: "Siempre se nos ha educado con esos paradigmas, pero lo que más empodera es la inteligencia emocional y el control mental". 

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España tiene 16.000 empresas menos que antes del coronavirus y sólo se ha recuperado el 60% del tejido empresarial previo a la pandemia, según Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa). 

Aún podrían verse en lo que queda de año algunas reestructuraciones o grandes movimientos como los que ha hecho la banca española. Y algunos trabajadores están pensando en eso todo el tiempo —aunque las probabilidades de que pase en su empresa sean inexistentes—. 

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De facto, algunos han visto como equipos que eran de 4 ahora son de 3 con las mismas tareas por repartir. 

"Hay miedo, un factor emocional, respecto a posibles despidos por reestructuración. Esto provoca mucha ansiedad y un impacto en la salud mental y emocional de la persona. Puede ser que el empleado esté viviéndolo como si las reestructuraciones no habrían terminado", explica Sánchez-Anegón.

Según Moyán, se debe sobre todo a la presión por conservar el puesto de trabajo. Al haber habido tantos ERE y ERTE, la gente siente que su puesto está más fácilmente en peligro y que por tanto es más fácil que prescindan de ellos.

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Las psicólogas recomiendan un tiempo de adaptación y prestar atención a los pensamientos tóxicos —tanto los negativos que te hacen sentir no vales para tu trabajo como los que son 100% positivos, aclara Sánchez-Anegón—.

"Tienes que entrenar tu mente para amortizarlos y cambiar tu percepción de ese momento. Una persona puede comer muy bien y hacer mucho ejercicio, pero si sigue pensando que le van a despedir, que no está haciendo bien su trabajo o que no es suficiente, no tiene salud".