Si quieres dejar de comer snacks ultraprocesados, olerlos es la solución

Una mujer se come una hamburguesa.
Una mujer se come una hamburguesa.
  • Dada la gran relación entre el olfato y el gusto, nuestra nariz puede ayudarnos a mejorar nuestros hábitos alimenticios.
  • Podría parecer que este vínculo entre la boca y la nariz puede llevarnos a caer más en la tentación.
  • Pero unos científicos acaban de descubrir un truco para ayudarte a controlar esos antojos y consiste en oler la comida todo el tiempo que puedas.

Perder peso y llevar una dieta sana probablemente no sería tan difícil si la tentación no acechase tras cada esquina.

Una cosa es resistir al pasar delante de los estantes de patatas fritas o del chocolate, pero, ¿qué tendrá el olor de los puesto callejeros de comida rápida que hacen que sea tan difícil resistirse?

Está claro que tu sentido del olfato puede influir en gran medida en tus decisiones alimentarias, pero los científicos podrían haber descubierto como "engañar" a tu nariz.

Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Sur de la Florida y publicado en el Journal of Marketing Research, cuanto más tiempo pasas oliendo un alimento al que crees que no vas a poder resistirte, menos necesidad real sientes de comértelo.

El director del estudio, Dipayan Biswas, y sus compañeros escriben que, a veces, oler un alimento poco sano durante bastante tiempo es suficiente para que disminuyan tus ganas de comerlo.

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"Los sistemas olfativo y gustativo están fuertemente interconectados", apunta Biswas, "y los centros que regulan la sensación de recompensa en el cerebro no distinguen entre estímulos codificados por ambos sistemas sensoriales".

Si hueles alimentos poco sanos durante el suficiente tiempo, perderás las ganas de comerlos

Biswas instaló un vaporizador de fragancias en una habitación y alternaron entre esencias de alimentos "sanos" y "poco sanos", y también lo hizo en supermercados y cafeterías.

Los sujetos a investigar tenían que valorar si esos olores afectaban a su apetito.

Una pizza.
Una pizza.

Aquellos que percibían el olor de alimentos poco sanos como pizza o galletas durante 30 segundos, tendían a sentir más ganas de comerlos que quienes inhalaban el olor dos minutos.

Estos últimos terminaban escogiendo ingerir alimentos más sanos, como manzanas o cerezas.

El cerebro no distingue si algo se ha comido o solo olido

Como señala el estudio, oler los alimentos que te apetecen ya puede satisfacerte lo suficiente y, a menudo, tu cerebro no distingue realmente de dónde viene ese estímulo agradable.

Básicamente, tu cuerpo no registra si estás oliendo un alimento o si en realidad te lo estás comiendo, siempre y cuando solo tengas antojo por ese producto (es decir, siempre que no tengas hambre de verdad).

Así que la próxima vez que luches por resistirte a un snack, acércate a él dos minutos, inhala y ¡disfruta del olor!

Lee el artículo original en Business Insider Alemania.

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