Cómo proteger los ojos de tus hijos frente al uso excesivo de las pantallas
- La mayoría de planes diseñados por los colegios por el coronavirus favorecen un modelo mixto de educación a partir de los 14 años, alternando clases presenciales y a distancia, lo que pueden aumentar el tiempo que tu hijo ya pasa frente a las pantallas.
- Mirar durante mucho tiempo una pantalla puede conllevar vista cansada, visión borrosa, ojos secos o incluso dolor de cabeza y cansancio.
- Pero puedes evitar estos daños en los ojos de tus hijos siguiendo algunos sencillos consejos dados por especialistas.
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Si ya te preocupaba el tiempo que pasa tu hijo con el móvil o el ordenador, la peculiar vuelta a las aulas como consecuencia del coronavirus es posible que contribuya a aumentar este.
La mayoría de planes desarrollados por los colegios para la protección frente al coronavirus apuestan entre sus medidas por potenciar un modelo híbrido a partir de los estudiantes de 14 años. Es decir, aunar educación a distancia y en remoto con el objetivo de favorecer ratios más bajas en las aulas.
Lo que implicará que el ordenador pase a ser una herramienta clave de su formación —ya sea como medio a través del cual seguir una clase online ya sea para consultar las plataformas educativas del centro donde pueden encontrar las tareas qué hacer desde casa.— En definitiva más tiempo frente a la pantalla.
Este exceso de tiempo mirando el ordenador, el móvil o la tablet a la larga puede derivar en problemas de visión.
Las consecuencias de enfocar la vista sobre pantallas durante periodos largos e ininterrumpidos de tiempo incluyen visión borrosa, fatiga visual, ojos secos, irritados o enrojecidos, visión doble o incluso dolores de cabeza y cansancio —los síntomas más habituales del conocido como Síndrome Visual Informático (SVI), que según los especialistas se da en el 90% de personas que pasan más de 3 horas diarias frente a un ordenador u otro tipo de pantalla.
A continuación los mejores consejos que te ayudarán a proteger la vista de tus hijos ante el uso de los dispositivos tecnológicos.
Mantén el dispositivo a una distancia adecuada
Una de las maneras de contribuir a reducir el esfuerzo que debe hacer el ojo al mirar una pantalla es colocando esta a una distancia adecuada.
Como explica el óptico optometrista Millicent Knight a The New York Timessi bien antes se solía leer con unos 40 centímetros de distancia, "ahora, lo que estamos encontrando, particularmente con los teléfonos, es que se está leyendo a una distancia de 25 a 30 centímetros".
Este acercamiento conlleva que los ojos, en lugar de permanecer relajados y en posición recta deban girarse un poco para enfocar la pantalla, lo que según el especialista "puede provocar fatiga de los músculos oculares, causando dolores de cabeza u otros problemas de visión."
Para evitar esto, asegúrate de que tus hijos mantienen una distancia respecto de la pantalla de al menos 40 centímetros.
Una distancia que también comparte en la revista especializadaserPadres Zoraida Marqués, óptica optometrista de Essilor.
Además Marqués incide en asegurarse de que el tamaño de la letra sea lo suficientemente grande como para permitir una lectura cómoda y en colocar la pantalla por debajo de la línea de mirada, "para evitar exponer demasiado la superficie ocular sin necesidad."
Ajusta el brillo
Evitar el deslumbramiento también resulta útil a la hora de reducir el daño de las pantallas en los ojos.
"Es fundamental regular el brillo de la pantalla durante su uso, de tal forma que no sea tan intenso como para que deslumbre. En este sentido, también cabe recordar que no deben utilizarse los dispositivos digitales en ambientes oscuros donde no hay una luz adecuada" aconseja Marqués en serPadres.
Asimismo el pediatra oftalmólogo Luke Deitz señala en The New York Times colocar las pantallas de los ordenadores de manera perpendicular a las ventanas para evitar el daño que puede ocasionar el deslumbramiento.
Haz pausas de manera frecuente
Uno de las mejores métodos para disminuir el riesgo de fatiga visual en tus hijos es favorecer que se tomen descansos de manera frecuente.
Según el consejo de la doctora Nagore Urrestarazu, oftalmóloga del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO): "Es idóneo descansar un minuto por cada 15 para ayudar a disminuir la fatiga ocular. Se puede aprovechar este tiempo para mirar por la ventana o al menos mirar a lo lejos”.
A la hora de tomarte pausas de las pantallas los especialistas también recomiendan la regla “20-20-20” que supone apartar la vista de la pantalla cada 20 minutos y observar algo que se encuentre a una distancia mínima de 20 pies (6 metros) por al menos 20 segundos.
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Y si te estás preguntando si debes optar por comprar a tus hijos unas gafas diseñadas para bloquear la luz azul, el consejo del pediatra oftalmólogo Luke Deitz en The New York Times es que deseches esa idea.
"No las recomiendo porque no tenemos evidencia definitiva de que sean seguras y solo un apoyo anecdótico para reducir la fatiga visual", asegura Deitz al medio.
Asegúrate de que tus hijos parpadean lo suficiente
No parpadear lo suficiente pueden acarrear problemas en tu vista como por ejemplo ojos secos o irritados. Y según parece, la tendencia es que cuando leemos, sobre todo en un dispositivo digital, se tiende a reducir la frecuencia de este acto reflejo.
"Estamos enfocando continuamente, con lo que los ojos tienen que hacer un esfuerzo constante, además mantenemos los ojos muy abiertos debido a la atención que requiere una pantalla, lo que hace que instintivamente reduzcamos los parpadeos, lo que reduce la lágrima y aumenta la sequedad ocular y además por la luz azul-violeta que emiten” explica Urrestarazu al medio Discapnet.
Siguiendo el consejo de la especialista asegúrate de que tus hijos parpadean conscientemente una vez cada hora "para ayudar a cubrir el ojo con una capa lagrimal", reduciendo así los riesgos de daño en los ojos por las pantallas.
Revisa su vista periódicamente
Por supuesto no olvides revisar de manera frecuente la vista de tus hijos.
Según los especialistas los recomendable es acudir a revisiones al menos una vez al año, sobre todo antes del inicio escolar.
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