Cómo saber si un champiñón está malo: 4 señales de que ya no lo puedes comer

Los hongos como los champiñonesson un plus de sabor y componentes nutritivos para tu dieta. Brindan a tu organismo vitaminas, como las del complejo B (niacina y tiamina, riboflavina y ácido fólico) y minerales como el potasio, fósforo, calcio y selenio. Los macronutrientes que predominan son la proteína y el carbohidrato.

A la hora de cocinar estos hongos, es importante aprender a reconocer si un champiñón está malo y, por lo tanto, ya no es apto para su consumo. El olor, el color y la textura son los tres puntos principales a los que deberás atender. 

¿Pueden congelarse las setas frescas o es una pérdida de tiempo?

Para evitar que los champiñones se oxiden rápido, puedes guardarlos en la parte menos fría de la nevera en un táper forrado con papel absorbente para que chupe la humedad, su mayor enemigo. Lo ideal es comprarlos frescos y enteros y consumirlos lo antes posible.

En general, los hongos enteros de este tipo pueden durar refrigerados entre 7 y 10 días, aunque depende de cuantos días hayan pasado en el estante del supermercado. Busca siempre champiñones firmes, voluminosos y con los tallos y los sombreros intactos, sin roturas ni magulladuras. Los laminados se conservan durante un tiempo menor. 

4 claves para detectar un champiñón en mal estado

• Sequedad y arrugas: Un indicador de que un champiñón está pasado son las áreas marchitas, secas o arrugadas. Si todavía no están desteñidos ni tienen mal olor, deberías usarlos inmediatamente. Después de secarse, se marchitarán y ya no habrá vuelta atrás.
• La decoloración debe alertarte: Si aparecen puntos marrones o negros o magulladuras profundas, ya no son aptos para su consumo y deberías tirarlos. 
• Cobertura viscosa: Si los champiñones están babosos, quiere decir que se han vuelto inservibles y que podrían causar una intoxicación alimentaria.
• Olor agrio o a pescado: En alimentación, los malos olores son la señal de advertencia de que un ingrediente está putrefacto y ya no es comestible. El olor de un champiñón fresco debe ser dulzón y terroso. Por supuesto, si tiene moho, también debes tirarlo a la basura.