Cómo saber si un huevo está malo en tan solo un par de segundos

Si sigues una dieta omnívora u ovolactovegetariana es probable que los huevos sean una de tus fuentes habituales de proteína. Este alimento de origen animal contiene los 9 aminoácidos esenciales y además, te aporta grasas insaturadas, vitaminas D y B, calcio, hierro, cobre y zinc. Lo ideal es consumirlo completo, incluyendo la clara y la yema. 

Seguramente te haya sucedido en alguna ocasión: abres la nevera, buscas un huevo, y de repente, quieres saber si está fresco porque no recuerdas cuando lo has comprado y temes que te siente mal.

Comer un huevo en mal estado provocar una infección por salmonela, una de las intoxicaciones alimentarias más comunes en España y que se caracteriza por síntomas como vómitos, diarrea, fiebre, escalofríos y calambres abdominales. Entonces, ¿cómo saber si un huevo está malo? Hay un par de técnicas que pueden ayudarte en tan solo un par de segundos. 

Desde Healthlinedestacan que, con el paso del tiempo, la calidad de un huevo se va deteriorando a medida que la bolsa de aire en el interior se agranda y las claras se vuelven más delgadas. No obstante, se echa a perder definitivamente cuando comienza a descomponerse debido a bacterias o moho.

Recuerda que los huevos adquiridos en supermercados tienen fecha de consumo preferente, como máximo de 28 días desde la fecha de puesta. Durante este período los huevos se mantienen frescos, aunque puedes comerlos más allá de estas semanas evaluando su estado. 

Hay 3 técnicas básicas: la prueba de olfato, ia inspección visual y la prueba de flotación.

Lo prueba de olfato para saber si un huevo aún es comestible

La prueba del olfato es el método más antiguo, simple y confiable para saber si un huevo se ha echado a perder. Independientemente de si están crudos o cocidos, los huevos en mal estado desprenden un mal olor inconfundible. 

Casca el huevo en un plato o tazón limpio y aproxima tu nariz: no hay medias tintas. Si apesta, deberás tirarlo a la basura y por supuesto, limpiar el recipiente. Si huele normal, continúa preparando tu receta.

Realiza la inspección visual del huevo

No está de más señalar que también hay aspectos visuales significativos que delatan que un huevo está podrido o en mal estado: la viscosidad o las grietas apuntan a la presencia de bacterias, y una cáscara polvorienta puede señalar moho. 

Si la yema muestra una coloración rosada, azul, verde o negra en la yema o la clara también podría indicar que hay bacterias. 

La indiscutible prueba de flotación para saber si un huevo está malo

Solamente tendrás que llenar un vaso con agua e introducir el huevo que vayas a preparar. Si se hunde está fresco, y si se inclina hacia arriba, es viejo. Especialmente si flota, no deberías consumirlo.

El fenómeno obedece a que cuando pasan los días, la pequeña bolsa de aire en el interior del huevo crece a medida que se libera agua y se reemplaza por aire. Cuando la bolsa de aire es grande, el huevo puede flotar.

Esta técnica indica el grado de frescura, que no es siempre análoga al estado del huevo. Puede hundirse pero al abrirse, tener olor o alguna decoloración extraña.