Cómo saber si tu comida está caducada, según la ciencia
- Las fechas de caducidad se basan en estimaciones aproximadas.
- Los estadounidenses desperdician el 40% de los alimentos que compran anualmente, el equivalente a 218.000 millones de dólares (unos 191.000 millones de euros).
- En lugar de depender de fechas de caducidad imprecisas, ésta es la mejor manera de saber si los alimentos como los huevos, el queso, el pescado o las verduras han expirado, según la ciencia.
La mejor manera de saber si un alimento todavía está en buenas condiciones para su consumo no pasa únicamente por mirar la fecha de caducidad impresa en el paquete.
Las fechas de caducidad se basan en estimaciones aproximadas. Pueden informar sobre cuándo un cartón de huevos o un filete crudo probablemente alcanzará el límite de su mejor calidad, pero eso es todo, según se desprende de una investigación recopilada por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (Natural Resources Defense Council, NRDC), una organización ambiental sin ánimo de lucro.
"Millones de estadounidenses tiran a la basura comida en buen estado porque piensan que no es seguro consumirla después de la fecha indicada en el paquete", explica Dana Gunters, científica principal del Consejo de Defensa de Recursos Nacionales, en una declaración el año pasado.
Los estadounidenses desperdician hasta el 40% de los alimentos consumidos cada año, el equivalente a 218.000 millones de dólares (unos 191 mil millones de euros). En el caso de España, los ciudadanos desechan unos 26 kilos de alimentos de media al año, 1.229 millones de kilos en conjunto de acuerdo con el informe del consumo en Alimentación en 2017, que elaboró el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Además del dinero malgastado —alrededor de 1.500 dólares (1.315 en euros) al año para una familia de cuatro miembros, según el NRDC— el desperdicio de alimentos también significa que todos los recursos que se utilizaron para cultivar, almacenar y transportar alimentos también se desperdician.
Estas son las claves para saber si todo lo que hay en la nevera —incluyendo la leche, el queso, el humus y el pescado— está caducado.
Un huevo podrido flota.
Las cáscaras de los huevos son ligeramente porosas y, a medida que envejecen, comienzan a formarse pequeños sacos de aire entre la pared de la cáscara y el huevo.
Si el aire tiene una burbuja lo suficientemente grande como para hacer que flote en un tazón de agua, lo más probable es que se haya estropeado, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
El yogur caducado comienza a tener más líquido de lo normal.
Cuando se conserva en un recipiente sellado, el yogur puede durar entre una y tres semanas. Eso es debido a sus cultivos bacterianos vivos, que actúan como un conservante natural.
Pero cuando estos cultivos empiezan a morir, las cosas se complican. Se acumulará más líquido de lo normal en la superficie y, a veces, se formará moho.
Otros signos de caducidad incluyen una coagulación cerca del fondo, según StillTasty.
La carne cruda se vuelve viscosa cuando se pone mala.
La carne de ternera cruda con un olor fétido, una textura viscosa, o un tacto pegajoso es mejor desecharla, de acuerdo con el USDA.
Los cambios en el color, por otro lado, no indican necesariamente de que la carne cruda esté caducada, dice la agencia.
El humus caducado tiene un sabor agrio.
Si su humus comprado en la tienda comienza a presentar un sabor agrio, probablemente sea una señal de que ha está caducado, de acuerdo con EatByDate.
El aceite de oliva deja de oler a aceitunas cuando se pone malo.
"Un buen aceite de oliva debería presentar un olor aromático y afrutado y tener el mismo sabor que las aceitunas de las que está hecho", escribió el galardonado chef, Marcus Samuelsson, en su página web.
El aceite que está caducado a menudo huele a aceite de motor o a pegamento, según The Daily Meal.
El pescado en mal estado comienza a desprender un edor anormal.
El pescado fresco debe consumirse durante las 36 houras siguientes a su compra, según Whole Foods, EatByDate y The Kitchn.
El pescado echado a perder normalmente presentará una carne viscosa con una capa gruesa y resbaladiza. También puede desarrollar un olor más desagradable de lo normal.
Las verduras frescas adquieren un color amarillo cuando se ponen malas.
Las verduras verdes se ponen amarillas cuando caducan.
Dicho esto, algunas verduras todavía pueden sobrevivir, de acuerdo con el Greater Chicago Food Depository. Ellos sugieren cortar la porción descolorida de los vegetales como el apio y remojarla durante 10-15 minutos en agua helada para refrescarlos.
La leche agria se vuelve grumosa.
Señales de alarma en el caso de la leche podrida: cambios en la textura, el olor o la consistencia.
Cuando el ácido láctico en los productos lácteos comienza a producir bacterias, desprende un olor amargo. También puede presentar grumos o tropezones.
La fruta fresca cambia de textura al caducarse.
Si la fruta se vuelve blanda o granulosa, probablemente sea una señal de que no se debe consumir, según el Greater Chicago Food Depository.
Otras señales que advierten que una fruta ha salido mal incluyen la decoloración extrema, los malos olores o la piel arrugada que se está desprendiendo.
El pan de molde en mal estado produce moho.
Si hay moho en una rebanada de pan, no es seguro consumir otra rebanada, incluso si no hay moho visible en el resto de la hogaza.
Esto se debe a que el pan es poroso, lo que significa que el moho se esparce fácilmente por todo el pan.
Por otro lado, el pan que se vuelve rancio, duro o seco no está necesariamente caducado. El moho requiere humedad para crecer, por lo que el pan seco todavía puede encontrarse en buen estado para su consumo.
El fiambre caducado emite un olor extraño o cambia de textura.
Si el fiambre huele mal puede estar plagado de bacterias.
El pavo, el jamón o el salami que se ha vuelto duro o viscoso también es probable que esté caducado.
Las carnes frías compradas directamente en el mostrador de delicatessen deben consumirse en un plazo de tres días, según EatByDate.
El queso podrido empieza a oler a leche agria.
En el caso de los quesos, su caducidad está relacionada con la humedad.
Cuanto más suave y húmedo es un queso, más rápido se estropea. Los quesos en mal estado normalmente desprenden un olor a leche agria, según la chef Nora Singley.
Si el moho crece en los quesos blandos como el requesón o el queso cremoso, deben desecharse, según la clínica Mayo. Esto también es válido en el caso del queso rallado o cortado en rebanadas.
Los quesos más duros, sin embargo, tardan más en estropearse debido a su densidad. En muchos casos, es posible cortar una capa exterior mohosa y comprobar que el interior está bien, ya que el moho no penetra mucho en los quesos más duros como el queso cheddar o el parmesano.
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