Cómo saber si un yogur está malo: 5 pistas antes de meter la cuchara

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Los yogures naturales son una buena fuente de proteínas, vitaminas del grupo B y A y minerales como calcio, fósforo, magnesio y zinc dentro de la dieta. 

Eso sí, recuerda que conviene vigilar su contenido en azúcar para no llevarse sorpresas y mirar el etiquetado al detalle para asegurarte de que tengan la mayor calidad posible.

 Desde la Fundación Española del Corazón destacan el importante valor probiótico de los yogures por su riqueza bacteriana: sus fermentos enriquecen la microbiota intestinal y benefician al sistema inmune. 

También son ideales para bajar el colesterol, mejorar la intolerancia a la lactosa y prevenir y tratar la diarrea en niños y adultos, especialmente tras la toma de antibióticos.

¿Cómo saber cuando un yogur está en mal estado?

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 Sara Cervera/Unsplash

Desde el pasado año 2014 los yogures pueden llevar fecha de consumo preferente en función de su elaboración, ya que en la mayoría de casos únicamente pierden propiedades con el avance de los días, pero su consumo no implica peligros para la salud. 

De esta manera, si tu primera duda es si puedes comer un yogur caducado, la respuesta es que sí. Cuando atraviesa la fecha de consumo preferente sus propiedades sensoriales, como el aroma, el sabor o el color pueden verse alteradas.

¿Qué señales te indican que un yogur está malo? Estas son algunas de las más significativas.

  • Exceso de líquido: Es normal que el yogur tenga líquido y de hecho, no lo deberías tirar. Este suero proteico es muy saludable y contiene los 9 aminoácidos esenciales. Sin embargo, si aparece en exceso, podría indicar que el producto está malo. 
  • Moho: La presencia de moho en los alimentos siempre es un signo de alerta al que deberías prestar atención, ya que puede contener micotoxinas. Si hay rastros de moho en la parte superior del yogur, descarta el producto completo.
  • Olor rancio: Los yogures que se han echado a perder se caracterizan por un olor agrio y desagradable, similar al de la leche en mal estado. Hazle caso a la sabiduría de tu olfato. 
  • Textura grumosa: Si la consistencia se ha transformado en una textura similar al requesón, es señal de mal augurio. Normalmente debería parecer suave y cremoso, a excepción de otros productos como el kéfir, que tienen grumos de forma natural. 
  • Cambios de color: La decoloración o la aparición de líquido marrón o amarillo turbio también indican que debes tirar todo el contenido del envase. 

Según datos de 2020 recogidos por Statista, cada español consumió de media alrededor de 7,5 kilogramos anuales de yogures sin aditivos, 500 gramos más que en 2019.

Para conservarlo mejor, guarda el yogur abierto en un recipiente hermético y con tapa dentro de la nevera. Nunca lo dejes a temperatura ambiente, ya que podría estropearse en unas pocas horas.

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