Cómo Tesla consiguió resolver su primer gran problema: las explosiones de baterías

Imagen de la fábrica de Tesla en Fremont (California)
Imagen de la fábrica de Tesla en Fremont (California)

REUTERS/Joseph White

  • Tesla afrontó en sus inicios, en 2005, un problema crucial: el sobrecalentamiento de baterías.
  • El aumento de temperatura de las celdas provocaba explosiones, lo que llevó a la empresa de Elon Musk a investigar este asunto hasta hallar una solución, según revela un nuevo libro.
  • La compañía californiana es hoy la referencia del sector, pero sigue afrontando problemas, como los accidentes de su sistema de asistencia al conductor.
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El camino que ha llevado a Tesla a convertirse en el fabricante de referencia del sector de los vehículos eléctricos —el segundo trimestre de este año fue el más rentable de su historia, con 1.142 millones de dólares de beneficio— está jalonado de un sinfín de anécdotas sobre cómo solventó sus primeras dificultades.

Una de ellas, relatada en un libro que ya ha sido noticia por revelar los ataques de ira de su fundador, Elon Musk, el volumen escrito por el periodista del Wall Street JournalTim Higgins, Power Play: Tesla, Elon Musk, and the Bet of the Century, revela cómo la compañía tuvo que sortear en sus inicios un problema fundamental: la fiabilidad de sus baterías, que explotaban por sobrecalentamiento.

En 2005, el fabricante surcoreano de baterías LG Chem remitió una carta a Tesla reclamando la devolución inmediata de las baterías que había vendido a la startup californiana. En esos años ya se habían incendiado cargamentos de baterías de AC Propulsion, uno de los precursores de la movilidad eléctrica, y Apple también había organizado la devolución de varios dispositivos con baterías de LG Chem.

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Sin embargo, los dirigentes de Tesla decidieron no devolver las baterías. Sabían que si lo hacían no encontrarían otro fabricante que les surtiera de celdas para crear su prototipo. Así pues, uno de los cofundadores y director tecnológico de la compañía, JB Straubel, y uno de sus primeros empleados, Gene Berdichevsky, decidieron probar de primera mano la resistencia de las baterías.

Un día del verano de 2005, según el extracto del libro revelado por Engadget, dieron el día libre a todos los empleados e instalaron en el aparcamiento un bloque de baterías pegadas entre sí. Conectaron un cable a una de ellas para calentarla desde una distancia prudencial. 

Cuando alcanzó los 130 grados Celsius, la celda se incendió y posteriormente fueron explotando, una tras otra, todas las demás. Al día siguiente, Straubel enseñó los restos de las explosiones al primer consejero delegado de la compañía, Martin Eberhard. Hicieron otras pruebas y provocaron nuevas explosiones.

Explosiones y pruebas

Tesla reunió un grupo de especialistas en baterías para evaluar las posibilidades de que otras celdas se incendiaran, y su veredicto fue que incluso los mejores fabricantes de baterías tenían una probabilidad de generar celdas tendentes a sobrecalentarse y explotar.

Su estimación era de una celda defectuosa de cada millón, pero para Tesla, que pretendía poner 7.000 celdas por vehículo, eso suponía una probabilidad de explosión de uno entre cada 150 ó 1.500 vehículos. Demasiado riesgo para una compañía que pretendía dirigirse a un consumidor de alto nivel, y que lo último que deseaba era encontrarse con una explosión en la mansión de alguno de sus compradores.

A partir de entonces, Tesla puso en marcha un equipo específicamente para resolver este problema, que realizaba pruebas diarias para enfriar las baterías y utilizaba equipos de protección para bomberos para hacer sus pruebas e incendiar celdas para entender su comportamiento.

Dado que no conseguían evitar que se calentara cada celda, decidieron prevenir un calentamiento en cadena, separándolas por milímetros y ubicando entre ellas pequeñas tuberías con un líquido con sales minerales que evitaba que se transmitiera el calor y al mismo tiempo disipaba la temperatura de las celdas que se sobrecalentaban. 

A partir de entonces, la compañía californiana comenzó a construir vehículos con éxito hasta convertirse en el fabricante de referencia de la movilidad eléctrica y una de las 10 mayores empresas mundiales por valoración bursátil, actualmente situada en los 700.000 millones de dólares.

De las explosiones de baterías a los accidentes de Autopilot

Más de 15 años después, los problemas para Tesla ya no son las baterías que explotan —aunque recientemente Tesla tuvo un incendio en un almacén de baterías en Australiasino los accidentes provocados por sus servicios de asistente al conductor, el paso intermedio antes de la ansiada conducción autónoma.

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) dio a conocer recientemente la investigación que está realizando respecto a 18 accidentes en los que estaban involucrados vehículos de esta compañía con la función Autopilot.Esta investigación podría afectar a 765.000 vehículos vendidos por Tesla entre 2014 y 2021.

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El siguiente paso en asistentes a la conducción de la empresa es Full Self-Driving que según la compañía llevará a la conducción autónoma, aunque por el momento está muy lejos de serlo. El magnate de origen sudafricano pretende que este sistema evolucione hasta ser clave en futuras flotas de taxis autónomos o robotaxis que permitan a Tesla abrir un nuevo negocio como proveedor de software.

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