He volado 15 horas en clase 'business' y no creo que pueda volver a hacer un vuelo largo en clase económica: así ha sido mi experiencia

- Pasé 15 horas volando de Nueva York a Dubái en la clase business de Swiss Air.
- Mi billete de 2.600 dólares (2.460 euros) mereció la pena por el espacio para las piernas, los cómodos asientos y otras ventajas.
- No creo que pueda volver a volar en clase económica para los viajes de larga distancia.
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Este invierno, decidí escapar de las gélidas temperaturas de Nueva York para tomar el sol en Dubái.

Rachel Dube
Me preocupaba pasar 15 horas volando, así que me atreví a reservar un billete de clase preferente por 2.600 dólares (alrededor de 2.460 euros al cambio actual) en Swiss Air. Por ejemplo, un billete en clase económica para el mismo vuelo de ida suele costar unos 650 dólares (615 euros).
El tiempo total de vuelo de Nueva York a Dubái (Emiratos Árabes Unidos) fue de poco más de 15 horas, con una breve escala en Zúrich (Suiza).
Esto es lo que se siente al volar en clase ejecutiva durante el largo viaje:
Facturé rápidamente en LaGuardia y me dirigí a la sala VIP de Swiss.

Rachel Dube
El aeropuerto internacional John F. Kennedy estaba más vacío de lo que pensaba.
Aunque me faltaba algo de papeleo, pude facturar en el mostrador de Swiss Air, pasar rápidamente por el control de seguridad y dirigirme a la sala VIP de Swiss en unos 30 minutos.
Escaneé mi billete para entrar y los asistentes me mantuvieron informada cuando el vuelo empezó a embarcar.
El acceso a estas salas es una ventaja fabulosa de volar en clase business. Tienen lugares cómodos para sentarse, comida, cargadores y duchas.
Después del tiempo dedicado a relajarme antes del vuelo, subir al avión fue muy tranquilo.

Rachel Dube
La clase business fue el primer grupo en embarcar, y fue agradable entrar directamente en el vuelo sin tener que esperar en la cola o que llamaran a mi número.
Al embarcar, los auxiliares de vuelo cogieron mi abrigo y lo colgaron. También me dieron vino espumoso.
Los asientos eran amplios y estaban dispuestos en filas de cuatro o cinco.

Rachel Dube
Había uno o 2 asientos junto a la ventana de la derecha, 2 asientos en el centro del avión y uno o 2 asientos junto a la ventana de la izquierda.
El vuelo iba prácticamente vacío, por lo que había incluso más espacio de lo normal.

Rachel Dube
La azafata nos mencionó que la clase business tenía entre un 15% y un 20% de capacidad y estaba relativamente vacía.
Esto hizo que el servicio fuera aún mejor para los que optamos por volar en clase business y nos dio la posibilidad de movernos a cualquier asiento que quisiéramos.
Cuando llegué a mi asiento había una almohada, una manta y unos auriculares esperándome.

Rachel Dube
Los asientos de la clase business tenían cada uno una almohada y una manta para que el vuelo nocturno fuera lo más cómodo posible.
Salí de Nueva York sobre las 9 de la noche y quería dormir en el avión, así que estos artículos eran fundamentales.
También recibí un kit con elementos esenciales para el vuelo, como calcetines, artículos de tocador y un antifaz.

Rachel Dube
También había un elegante kit de Victorinox en mi asiento. Incluía un cepillo de dientes, pasta de dientes, un antifaz para bloquear la luz, tapones para los oídos y un par de calcetines.
Lo que más me gustó de volar en clase preferente fue la posibilidad de mover el asiento en multitud de posiciones, incluida la de cama plana.

Rachel Dube
Como sería por. la mañana cuando aterrizara en Zúrich (y de noche en Nueva York), quería que mi cuerpo se adaptara a la hora para evitar el jet lag.
Mi plan era cenar y luego ir a dormir.
Además, el asiento tenía mucho espacio para las piernas y para guardar todas mis pertenencias.

Rachel Dube
No me preocupaba en absoluto dónde pondría mi equipaje de mano y mi bolso.
Había un compartimento debajo de la pantalla, otro delante de mí, uno para mis zapatos y muchos encima de la cabeza.
También había una pantalla de gran tamaño en la que se podían ver películas o la televisión.

Rachel Dube
También puedes usarlo para seguir el vuelo o escuchar música. No lo utilicé mucho.
El vuelo tenía varias opciones para la cena y se pedía el desayuno al subir al vuelo.

Rachel Dube
Tras el despegue, pedí la cena antes de quedarme dormida.
Elegí el salmón, que estaba delicioso, y algunas verduras. La calidad fue una agradable sorpresa, ya que la comida de los aviones no suele ser la mejor.
No sabía como si estuviera empaquetada y los auxiliares de vuelo convirtieron mi bandeja en una mesa gourmet, con mantel y cubiertos.
Después de la cena, me dirigí al baño, que era casi el doble de grande que el de la clase económica.

Rachel Dube
Tenía un espejo enorme y mucho espacio en su interior.
También podías poner una tapa sobre el inodoro si querías sentarte y maquillarte o cuidarte la piel. Además, el baño estaba muy limpio.
Pasado el tiempo, mi padre y yo convertimos nuestros asientos en camas plegables.

Rachel Dube
Afortunadamente, como el asiento lo controlaba yo, no fue necesario pedir ayuda a nadie para moverlo. Pude ajustar fácilmente su posición.
En general, fue el mejor vuelo en el que he dormido. Me desperté ligeramente por algunas turbulencias, pero dormí durante la mayor parte del vuelo.
La cama improvisada era mucho más cómoda de lo que pensaba. Además, me dieron almohadas y mantas adicionales porque la clase business estaba muy vacía.
Los asientos también se extendían más de lo que esperaba. Yo sólo mido 1,70 metros, pero mi padre, que mide 1,80 metros, también estaba muy cómodo en los asientos reclinables. Pudo estirar cómodamente las piernas.
Lo siguiente que recuerdo es que me desperté para desayunar una hora antes de aterrizar.

Rachel Dube
Tengo alergias bastante graves, así que siempre voy a lo seguro con la comida en los vuelos.
EasyJet planea eliminar la última fila de asientos para poder volar con menos tripulación
Los pasteles que elegí estaban calientes y llenaban bastante. Me preocupaba el jet lag, así que opté por hacer comidas más pequeñas a lo largo del día para evitar encontrarme mal.
Aterrizar fue la mejor sensación del mundo, hasta que me di cuenta de que tenía que volver a hacer un vuelo igual.

Rachel Dube
He volado antes durante 8 o 12 horas, pero eran vuelos directos.
Como tenía una escala en el medio, tenía una sensación de temor por tener que repetir la experiencia del vuelo por segunda vez.
El hecho de ir en clase preferente facilitó el viaje, pero el vuelo sigue siendo muy largo. Estar sentado durante tantas horas fue bastante difícil.
Para amenizar el tiempo en nuestra escala de 2 horas en Zúrich, nos dirigimos a la sala VIP de Swiss Air.

Rachel Dube
Tenía un enorme buffet de comida, duchas y muchos lugares para descansar dentro.
La sala VIP también tenía un magnífico espacio al aire libre. Era genial para pasar el tiempo y estaba cerca de las puertas de embarque, lo que facilitaba el embarque rápido cuando llegaba la hora.
A continuación, llegó la hora del siguiente y último vuelo de Zúrich a Dubái.

Rachel Dube
El vuelo estaba programado para salir alrededor de las 13:00 horas –hora de Zúrich–, y aterrizar a las 22:00 horas –hora de Emiratos Árabes Unidos–.
El avión tenía la misma configuración que el anterior vuelo e incluía almuerzo y aperitivos en cualquier momento del trayecto.
Como este avión era más nuevo, los asientos de la clase 'business' eran más agradables que los del vuelo anterior.

Rachel Dube
El asiento también estaba junto a una ventana y venía con una almohada, una manta y un kit de Victorinox (el mismo que en el vuelo anterior pero en un estuche diferente).
También tenía un enchufe, una luz de lectura y la posibilidad de moverse en diferentes posiciones de descanso.
Los asientos parecían más bonitos, pero tenía un poco menos de espacio para las piernas y menos opciones de almacenamiento que el primer vuelo.
Tenía casi el doble de espacio que en el primer vuelo. Seguía teniendo un compartimento para los zapatos y un pequeño lugar junto al asiento para los objetos personales.
Antes de despegar, se repartieron las bebidas y me entregaron el menú de a bordo para que pudiera elegir mi almuerzo.

Rachel Dube
Opté por no comer en este vuelo y me limité a picar de mis propios tentempiés, ya que acababa de comer en la sala VIP.
Sin embargo, el menú era increíble e incluía muchas comidas de temática suiza.
El baño era mucho más pequeño que el del vuelo anterior, pero seguía siendo agradable.

Rachel Dube
Tenía el mismo espejo de cuerpo entero y la misma iluminación, pero tenía mucho menos espacio en general. Parecía la mitad del tamaño del baño del vuelo anterior.
Pasé la mayor parte del vuelo viendo la televisión: había una gran selección de películas y la pantalla tenía un tamaño decente.

Rachel Dube
Había películas clásicas y algunas películas nuevas y populares para elegir. Además, tenía la posibilidad de ver el viaje en avión, escuchar música o ver programas de televisión.
Me mantuve despierta para evitar el 'jet lag'.

Rachel Dube
Para ponerme cómoda, pulsé un botón que sacaba la extensión de las piernas y elevaba ligeramente el respaldo. Era perfecto para ver la televisión.
Este vuelo pasó más rápido de lo que esperaba y estoy segura de que todo tuvo que ver con estar en clase business.
Otra característica interesante fue el poder acelerar las colas en el control de pasaportes.

Rachel Dube
Esperar en la cola de la aduana después de un largo vuelo no suele ser divertido, pero esta tarjeta hizo que el proceso fuera rápido. Era una característica de la clase business que nunca había experimentado ni sabía que existía.
Pequeños detalles como este se agradecen.
Finalmente, aterrizamos en nuestro destino: Dubái.

Rachel Dube
Después de esto, no creo que pueda volver a hacer vuelos de larga distancia en clase económica.
Al tener una lesión de espalda, este viaje supuso una gran diferencia a la hora de volar porque estaba más cómoda. Poder estirarme y dormir también me ayudó a evitar el jet lag, lo que contribuyó a que mi viaje fuera mejor en general.
A fin de cuentas, me alegro de haber derrochado en la clase preferente. Hizo que toda la experiencia de volar 15 horas fuera mucho mejor de lo que podría haber imaginado.