Las Martas piden paso: la salida de los principales directivos de Inditex y El Corte Inglés marca una nueva era empresarial en un momento lleno de turbulencias

En imagen, Marta Ortega y Marta Álvarez, presidenta de Inditex y de El Corte Inglés, respectivamente.
En imagen, Marta Ortega y Marta Álvarez, presidenta de Inditex y de El Corte Inglés, respectivamente.

Business Insider España

"2020 nos ha hecho más fuertes y sólidos" y "os pido vuestro apoyo y paciencia mientras sigo aprendiendo de todos cada día" son las 2 frases pronunciadas por Marta Álvarez y Marta Ortega, respectivamente, en 2 momentos trascendentales para ambas. 

La primera la verbalizaba la presidenta de El Corte Inglés (ECI) durante la Junta General de Accionistas en la que se daba luz verde a un plan estratégico, con el que la compañía esperaba dar carpetazo al mordisco de la crisis sanitaria en sus cuentas. 

La segunda pertenecía a la misiva que la heredera de Inditex, Marta Ortega, trasladaba a la plantilla el pasado 1 de abril, día en el que tomaba las riendas como presidenta del grupo que forjó su padre.

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A pesar de los diferentes contextos, las lineas entre ambas se acercan: tanto Álvarez como Ortega asumen el peso de seguir la estela empresarial marcada por sus padres, y las 2 encaran, con diferencia, el momento más crucial de sendas compañías.

La abrupta salida de Víctor del Pozo, CEO de ECI, coloca a Álvarez en la gran cabeza visible del grupo, mientras que la inesperada marcha de Pablo Isla de Inditex ha abierto la puerta a Ortega como presidenta del grupo textil. 

Isidoro y Amancio: los nombres que marcan el camino

Amancio Ortega, fundador del grupo textil Inditex, con su hija Marta Ortega.
Amancio Ortega, fundador del grupo textil Inditex, con su hija Marta Ortega.

Imaxepress / Alamy 

Isidoro Álvarez hizo de El Corte Inglés —la compañía fundada por su tío, el empresario Ramón Areces— un referente mundial.

Isidoro se incorporó a la cadena con solo 18 años, pero ya en 1959 fue nombrado consejero y, tras el fallecimiento de Areces (1989), llegó a la presidencia. Asumió el cargo hasta 2013, cuando tomó el testigo su sobrino, Dimas Gimeno, quien 4 años después —y tras una guerra interna—, le sucedió Jesús Nuño de la Rosa.

Durante su legado, la compañía alcanzó la plenitud empresarial, gracias, en parte, a la diversificación de negocio: desde hipermercados a compañías de seguros, pasando por agencias de viajes y su producto estrella, la moda.

Una robusta estructura empresarial que, aún a pesar del impacto de la pandemia, sigue colocando al grupo como un gigante patrio: dispone de 80.814 empleados y 1.995 puntos de venta, de los que 85 son grandes almacenes, según arroja su última memoria anual.

Por otro lado, hablar de Amancio Ortega es hacerlo del fundador de un imperio sin precedentes. Son muchos los hitos logrados desde que en 1963 el empresario iniciara su andadura en un taller de confección. El principal es haber sabido generar con Zara un éxito sin igual.

La expansión internacional de su primera enseña en la década de los 80 es la artífice de que Inditex sea hoy un coloso: 7 marcas —entre las que aparece Pull&Bear,Massimo Dutti o Stradivarius— y 20.000 millones de euros en ventas lo atestiguan. 

Un brillo empresarial debido, en gran medida, al acierto de Ortega a la hora de elegir el momento y las manos en las que delegar la empresa que él mismo gestó. Primero con José María Castellano, con quien salió al exterior y dio el salto al parqué y, posteriormente, con hasta ahora su principal baluarte, Pablo Isla.

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Marta Álvarez, presidenta de El Corte Inglés
Marta Álvarez, presidenta de El Corte Inglés

El pasado mes, la compañía de grandes almacenes protagonizaba un nuevo viraje con la marcha de su consejero delegado, Víctor del Pozo, después de 5 años en el cargo.

La salida llevaba aparejada la creación de una comisión ejecutiva delegada, que se convertía en el máximo órgano ejecutivo de la empresa. Con la decisión, Marta Álvarez pasaba concentrar el poder ejecutivo.

Solo 11 meses antes había reforzado su peso accionarial con su nombramiento como presidenta del patronato de la Fundación Ramón Areces, el principal accionista del grupo, al disponer de un 40,07% del mismo. Se solventaba así la anomalía de que la principal cabeza de la empresa no lo fuera de su principal accionario, incide Cinco Días.

El movimiento, además, mandaba un mensaje de unión entre la gestión y accionariado tras los años más turbulentos para la compañía. "El principal reto para Marta es consolidar el cargo y desterrar esa imagen de giro e incertidumbre", apunta Paco Lorente, profesor sobre comportamiento del consumidor en ESIC. 

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El experto apunta a que este cambio puede brindar a la presidenta la oportunidad de "dejar su sello" en la toma de decisiones, especialmente, en un momento tan convulso como el actual, y que se suma a la ya delicada posición de la que parte la empresa. 

La irrupción del COVID-19 desató la tormenta perfecta para el grupo. Un hecho que se evidencia en el primer resultado negativo de su historia y un ERE que terminó afectando a casi 3.000 personas, el 3,7% de su plantilla. Dos coyunturas inéditas en el seno de la empresa.

De esta forma, el grupo asume una obligada metamorfosis, que debe llevar implícita la tarea de captar al público más joven a través de la digitalización, pero también la destreza para capear una tormenta económica mundial que amenaza con estancar el consumo. 

Blindar márgenes ante el acecho de Shein: el legado para Marta Ortega

Marta Ortega, nueva presidenta de Inditex en sustitución de Pablo Isla.
Marta Ortega, nueva presidenta de Inditex en sustitución de Pablo Isla.

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Credit Suisse lanzaba hace unos meses la alerta: "Creemos que el principal desafío para Inditex es crecer en un sector con poco potencial y con menos tiendas, ante la agresiva competencia de operadores como Shein".

Y la conminación se materializó: la valoración de Shein se sitúa ya en 100.000 millones de dólares (92.000 millones en euros), tras una ronda de financiación. Se trata de un 46% más de la capitalización bursátil de Inditex (62.738 millones), que tras las correcciones sufridas, lleva casi un año lejos del disputado euroclub.

Pero con el gigante chino no acaban los retos porque, como apunta la firma, el gigante gallego encabeza una nueva era y lo hace con menos red comercial. El grupo opera 6.477 puntos, son 1.013 menos desde 2019. El motivo radica en Inditex Open Platform (IOP), que busca hacer de la omnicanalidad un hecho.

"Si el reto de Amancio fue la capilaridad y tener tiendas en los mejores emplazamientos, la seña de identidad de su hija puede ser lograr lo contrario: retraer la red, y aún así poder mejorar la experiencia de la misma", plantea Lorente.

Pero además de dirigir una multinacional con menos tiendas y más rivales al acecho, la operativa para Marta Ortega tampoco se postula fácil.

La subida de costes de producción, sumada a la amenaza latente de estanflación –estancamiento de la economía mientras el ritmo de la inflación no cede– ha provocado que Inditex haya decidido subir sus precios un 2% en España, y un 5% a nivel mundial. 

El motivo –y también reto– lo explicaba el propio Pablo Isla en su último acto como presidente: "Hay tensiones inflacionistas y la compañía lo que quiere es proteger los márgenes". 

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