Concursos, 'realities' y 'talent shows', mina de oro para las televisiones y, ahora, también para las plataformas de streaming

Diez conocidos cómicos españoles se enfrentan al reto más difícil de su carrera: aguantar encerrados seis horas sin reírse mientras intentan hacer reír a sus compañeros. En juego, 1.000.000 euros que el ganador podrá donar a la ONG de su elección. Todo ocurre bajo la escrutadora mirada de Santiago Segura que desde, una sala anexa, observa a todos los participantes y controla el cumplimiento de las normas del programa.

Esta es la premisa de LOL: Si te ríes, pierdes, un concurso que cualquier espectador podría imaginar ubicado en el horario de máxima audiencia de cualquier cadena de televisión. Es, sin embargo, una producción de Amazon y solo se puede ver en dicha plataforma. No es la única compañía que está impulsando este tipo de programas. Netflix anunciaba recientemente tres nuevos formatos de telerrealidad de producción propia: Insiders (programa para el que se organizó un casting masivo al que la gente se apuntó sin tener ni idea qué les aguarda), Amor con fianza (que presentará Monica Naranjo, en el que varias parejas deberán poner a prueba su honestidad) y Georgina (centrado en la vida de la influencer y actual pareja de Cristiano Ronaldo, Cristina Rodríguez). 

Que ahora proliferen formatos tradicionalmente televisivos en las ofertas de las grandes agentes del streaming global responde a una línea estratégica de contenidos cada vez más consolidada. Aunque la no ficción sigue representando una proporción muy pequeña en los catálogos si se compara con los contenidos de ficción, su contribución a la hora de satisfacer a una audiencia con intereses cada vez más diversos es evidente. “Tenemos mucha variedad”, asegura Oscar Prol, responsable de contenidos unscripted de Amazon en España. “Hemos hecho un documental ‘puro’ como El Desafío, un docu follow con Sergio Ramos, ahora comedia (LOL), en breve tenemos GEOS (una mezcla de película bélica, docu follow y reality). Estamos centrados en diferenciarnos, en ofrecer algo que no te pueda ofrecer no ya otra plataforma, sino ningún otro servicio”. 

El algoritmo de Netflix sí que acierta (aunque tú creas que no)

El objetivo de las plataformas parece evidente: transferir parte de la elevadísima demanda por este tipo de formatos en televisión hacia su terreno, para así consolidar su posición en los hogares como servicios capaces de satisfacer a públicos muy diversos y ser la opción de entretenimiento por defecto, como en tiempos lo fue la tele del hogar. Estreno a estreno, asegura Prol, lo están consiguiendo. “La gente identifica cada vez más que en un servicio como Prime Video cabe todo”. 

Para Paco Asensi, responsable de negocio digital en DeAPlaneta, incorporar al ecosistema de plataformas estos programas va de la mano de la consolidación del mercado. “La primera ola de popularidad de las plataformas se saldó con una captación un público muy específico, pero en el actual escenario de competencia encarnizada, las plataformas necesitan penetrar en el territorio de la televisión para ampliar la masa de suscriptores”. La no ficción, asegura, es un pilar estratégico fundamental. “Ya no se conforman con haber conquistado a su audiencia más afín, saben que la batalla final se librará en parte en los segmentos tradicionalmente televisivos”, asegura.

La transformación que experimentan estos formatos cuando salen de su ecosistema más convencional, aunque sutil, parece inevitable. El streaming está impulsando el formato, ofreciendo nuevos puntos de vista en algo de sobra conocido. Para Miguel Martín, showrunner de LOL, esto brinda nuevas oportunidades al sector. “Nuestra impresión es que ahora podemos hacer realidad esas ideas que, en muchos casos, en el lineal no pueden pasar del papel. Han sido el revulsivo para todos esos proyectos que siempre hemos querido sacar. Hay más margen para la experimentación”. También resulta evidente lo mucho que las plataformas pueden aportar en términos de conocimiento de su audiencia es muy valioso. “Las productoras tienen su expertise. Nosotros tenemos la experiencia de los datos, de lo que nos funciona y no nos funciona y entre todos creamos el mejor formato posible”, afirma Óscar Prol. 

Los formatos de no ficción en el ámbito del streaming siguen sorteando los retos derivados de la adaptación a una disciplina de consumo que tiene poco que ver con la que tiene lugar en parrilla. Para Jaime Guerra, director de Producción de Contenidos de Mediaset España, la televisión añade elementos que elevan el formato. “Nosotros aportamos especialmente la fortaleza del directo, la cita fiel en la que el espectador sabe que si no está en ese momento ante el televisor, tablet o móvil se puede perder grandes momentos que además se comentan en simultáneo a través de las redes sociales; en segundo lugar, nuestro espectador participa del desarrollo y evolución de algunos de esos programas; por otra parte, tenemos el motor promocional de incalculable valor entre televisión y digital en numerosas ventanas de programas y espacios para autopromociones; y, por último, una experiencia de más 20 años de realización de formatos de tipo reality o talentque son por naturaleza complejos de crear y afianzar”.

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Es cierto que el estreno en bloque, que impulsa el consumo en forma de maratón, tiene sus ventajas. La ausencia de publicidad y la inmersión en la historia permite que la historia fluya más y se perciba como más real. Pero, evidentemente, obliga a renunciar en gran medida a los dos grandes elementos que sostienen el interés de estos programas: la experiencia en directo y las toneladas de conversación social. Paco Asensi no considera, sin embargo, que sea un escollo insuperable. “En formatos más tradicionales de entretenimiento puede realinearse esa conversación social. Es más, creo que si alguien no está visionando el formato en el momento del directo y, por tanto, está fuera de la conversación en ese momento, no se sentirá especialmente afectado porque las redes sociales hayan divulgado que ha pasado durante la emisión. Es similar a las emisiones en Twitch. Tiene ese cariz de temporalidad, de necesidad de estar en el momento concreto, aunque puedan disfrutarse a posteriori por tiempo limitado”. Lo más importante para Miguel Martín es no perder de vista a la audiencia. “La clave de que funcione la experiencia es tratar de conseguir que la gente se lo pase bien genuinamente. Y tratar de sorprenderlo para que, cuando esté dentro de una plataforma, no se encuentre las mismas cosas que se encuentra en lineal”. 

Con los antecedentes de la ficción, planea el interrogante de si será posible la coexistencia de ambos tipos de producciones (televisivas y de plataformas) o si el streaming acabará engullendo el género. “No considero que vaya a erosionar nuestro consumo, queda una larga coexistencia entre plataformas y televisión”, afirma Jaime Guerra. “Al igual que nos hemos convertido en productores y distribuidores de producto de ficción para plataformas, podemos serlo de formatos de entretenimiento. Hasta ahora en Mediaset España hemos hecho de la amenaza de algunos una gran ventana de oportunidad para la compañía”.